Capítulo 6

4.2K 351 27
                                    

A Camila le resultó extraño estar en una boda sin sus padres, pero después de todo, ella misma había insistido en una ceremonia impersonal, sin familiares ni amigos. Por eso mismo se había puesto un vestido corto, de un rojo rabioso. Era el vestido más apropiado para interpretar el papel de la fulana de la familia.

Pero en cuanto llegó y vio la mirada de furia que Lauren le dirigía se sintió incómoda. Era evidente que estaba enfadada con ella, y que su enfado se acumularía por no poder expresarlo hasta que estuvieran a solas.

La noche anterior se había marchado de casa de Lauren, dejándole una nota para cuando regresara de su viaje, en la que le informaba de que dormiría en casa de unos amigos. En realidad había alquilado una habitación en un hotel barato y había pasado las horas comiendo chocolatinas y diciéndose que todavía estaba a tiempo de cancelar la boda.

Pero no lo había hecho. Y seguía sin saber por qué.

Cuando el funcionario dio permiso para besar a la novia, a Camila le desconcertó que Lauren la besara apasionadamente y le recordó que se había unido a una mujer a la que apenas conocía y con un extraño poder sobre ella.

En cuanto salieron del juzgado se vieron rodeados por una nube de fotógrafos que las siguió hasta el coche. Los lentes de sus cámaras se pegaron a los cristales para intentar conseguir una última fotografía.

Hubo un silencio tenso hasta que se adentraron entre el tráfico.

—Espero que tengas una buena excusa—Dijo Lauren al fin.

—No tengo por qué dar ninguna explicación—Replicó Camila con molestia.

—Puede que no. Pero me gustaría saber qué van a pensar tus padres cuando mañana aparezca tu fotografía con ese vestido tan poco apropiado.

Camila apretó los labios.

—No tengo mucha ropa. Y éste es mi mejor vestido.

Lauren la miró con desesperación.

—¿Por qué no me los has dicho? Podría haberte comprado algo. Eres una mujer verdaderamente complicada.

Camila se cruzó de brazos enfadada con Lauren.

—No necesitabas casarte conmigo para llegar a esa conclusión.

La risa de Lauren rompió la tensión.

—Supongo que tienes razón.

—Entonces, ¿por qué lo has hecho? —Camila se giró para mirarla de frente.

Lauren tardó en responder.

—Me parecía una buena idea.

—¿Y ahora? —Camila le sostuvo la mirada.

—También—Lauren aceleró—Y ahora que hemos aclarado las cosas, vamos a disfrutar.

Camila no quiso preguntar a qué se refería pero creía intuirlo. Cuando vio que no tomaba el desvío hacia su casa, la miró de soslayo.

—¿Dónde vamos?

—Quiero enseñarte algo. Le he pedido a la asistenta que preparara una bolsa con tus cosas.

Camila no sabía qué la irritaba más, si el hecho de que una desconocida tocara sus cosas o que Lauren no le hubiera comunicado sus planes para el fin de semana.

—Podía haberlo hecho yo misma—Refunfuñó.

—No te preocupes, no volverá a suceder.

—Si crees que va a cambiar algo porque me compres ropa, estás muy equivocada, y cuando necesite renovar mi vestuario, me ocuparé yo misma—Advirtió con seriedad.

Boda por escándalo Where stories live. Discover now