Symbolism (Jinx x Caitlyn)

Sin dueño

Capítulo 3

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Sin dueño

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"No eres mi dueño, no trates de cambiarme de ninguna manera."

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El encargado de la recepción en el crucero noxiano sabía que sería una larga noche, pero aun así daba una sonrisa, mostrando todos sus dientes amarillos, a la primera vista de cualquier bote en la superficie del mar que se aventurara a cruzar la niebla para llegar a la calidez que ofrecía esa velada a bordo.

—Buenas noches, señorita... caballero— saludó a los dos nuevos invitados luego de que otros hombres, encargados de acomodar las pequeñas naves que llegaban, ayudaran a que las refinadas personas pudieran poner sus pies en la recepción sin mojarse antes de entrar al crucero y de lleno a sus enormes salas.

—Buenas noches— contestó el hombre, un caballero delgado y alto, con una barba cuidada, corta y oscura al igual que sus cabellos.

Al encargado le dio gusto ver que vestía de etiqueta, como el protocolo esa noche marcaba. Pantalón de vestir negro con su chaqueta a juego y una camisa blanca que contrastaba con el chaleco apretado al cuerpo en tonos grises y negro también. El antifaz negro liso, de modelo simple y oscuro solo hacía por terminar muy bien con toda la apariencia.

—Si me permite su invitación.

—Oh, la invita soy yo— contestó la mujer a su lado, sacando un abanico verde que hacía juego con su vestido largo y acampanado en sus caderas. El encargado pensó que la voz de la mujer era horrible mientras esta parecía tratar de verse encantadora pestañando rápidamente mientras sus ojos celestes lo miraban con gracia—. Sírvase, caballero.

La chica le extendió un sobre que el tipo reconoció apenas tocarlo, pues la magia recorrió sus dedos como todas las demás invitaciones legitimas para ese evento.

—Y también...—siguió la mujer, haciendo que los encargados de los botes le acercaran una caja de oro puro con grabados extraños hasta donde ella estaba—. He venido a la velada no solo con la intención de mirar... sino que también me miren, a mí y a mi preciado regalo.

—Oh, bella dama— comentó el hombre mostrando de nuevo una sonrisa—. Mi señor estará encantando de poner más regalos a la mesa de todos. Por favor, mis hombres se encargarán de darle un lugar privilegiado.

—Se lo encargó mucho.

—Por supuesto... pero no pierdan más tiempo, es una noche un poco fría en estas aguas. Adentro seguro encontraran la comodidad que sus cuerpos anhelan.

—Cuento con que así sea— comentó la mujer, jugando con algunos risos que le caían a un costado y volviendo a jugar con su abanico.

El encargado mando a llamar a un hombre en el salón y este rápidamente se acercó para tomar el cofre y llevarlo adentro. La pareja recién llegada hizo lo mismo, siendo la dama la primera en entrar y el hombre le dio un respetuoso asentimiento al recepcionista antes de seguirla.

—... puedo notar que no es la primera vez que haces algo como esto— comentó Caitlyn, optando por mantener su tono de voz un poco más grave de lo normal, sosteniendo su fachada de caballero esa noche.

—¿Cualquier palabra que diga será usada en mi contra, oficial? — preguntó Ezreal llevándose una mano a la cara, fingiendo preocupación, su guante blanco contrastaba fuertemente con su maquillaje de tonos rojos.