Avatar: The Untamed Waterbender

Capítulo 30: El Día del Sol Negro

Twitter del artista: @ jianrenwurao

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Los primeros pasos de la invasión fueron como un conteo de reloj, y Wei Wuxian casi comenzó a relajarse. Lograron atravesar el bloqueo. La flota se dividió en secciones, dirigiéndose a sus respectivos objetivos. Incluso pasar las Grandes Puertas de Wen Mao fue más fácil de lo que había pensado: él y Jiang Cheng, junto con algunos maestros agua que habían venido del Polo Norte, pudieron convocar una ola para apagar el fuego, y entonces Nie Mingjue y un puñado de hombres cuidadosamente elegidos que habían pasado las últimas dos semanas practicando metal control pudieron abrir un pasaje a través de ellos. Los que no fueron elegidos para esa misión en particular se mantuvieron ocupados defendiendo los barcos de las aeronaves que se enviaron para atacarlos.

Nie Mingjue había estado extremadamente preocupado por esta posibilidad, pero los hermanos Lan habían señalado que los modelos más nuevos tenían un gran defecto en el sentido de que no habían sido construidos para enfrentarse a los maestros aire. "Se quedan en el aire porque el globo se llena de aire caliente", explicó Lan Xichen, "y el aire caliente sube. La tela es resistente, pero si se rasga un número suficiente de agujeros, el aire caliente escapará y la nave se hundirá".

"Interesante", dijo Nie Mingjue, con un brillo en los ojos mientras consideraba esto. "Entonces, en teoría, podríamos perforarlos con proyectiles lo suficientemente afilados".

Después de algunos experimentos, habían decidido que esto no funcionaría tan bien como esperaban. La tela era fuerte y estaba muy pegada sobre el marco de metal. No importa qué tan afilado sea el proyectil, cuando llegó a la aeronave, no tenía suficiente impulso para perforar la capa exterior.

Sin embargo, para Lan Wangji y Lan Xichen, esto no era un problema. Podían volar hasta los lados de la aeronave y usar armas tradicionales para cortar la tela.

"¿De cuántas aeronaves estamos hablando?" Preguntó Nie Mingjue.

"Tres como máximo", dijo Wen Qing, "probablemente dos. Son enormes, por lo que no hay ningún lugar cerca de la capital donde puedan estar estacionados, excepto directamente en la bahía, donde solo hay espacio para unos pocos. Y han pasado décadas desde que la ciudad capital fue atacada, décadas desde que la guerra llegó a la Nación del Fuego. Las defensas allí son sólidas, pero no más que eso".

"A menos que sepan que iremos", dijo Lan Wangji.

Wen Qing suspiró pero estuvo de acuerdo: "A menos que sepan que iremos".

Entonces, cuando fueron recibidos por solo dos aeronaves, Wei Wuxian lo tomó como una muy buena señal. Seguramente la Nación del Fuego habría tenido más naves en espera, si Jin Guangyao le hubiera dicho a Xue Yang sobre el eclipse. Lan Wangji y Lan Xichen despegaron en sus planeadores, mientras que Bichen llevó a Jiang Yanli y a Nie Huaisang. Wei Wuxian observó con satisfacción (y Lan Wangji que llevaba una espada se veía muy sexy, por lo que tomó nota mental de eso para más tarde) mientras golpeaban las aeronaves, esquivando cuidadosamente las bolas de fuego, abriendo agujeros en la tela.

"Eso es todo un espectáculo", murmuró Nie Mingjue, por lo que aparentemente apreciaba a Lan Xichen con una espada tanto como Wei Wuxian apreciaba a Lan Wangji.

Unos minutos más tarde, habían llegado a la orilla de la bahía y comenzó la verdadera batalla.

Wen Qing no se había equivocado al decir que las defensas de la ciudad capital eran sólidas. Solo había una forma de entrar, y el camino estaba flanqueado por torres blindadas. Después de la amplia playa, el camino zigzagueaba por la montaña, a través de un estrecho pasaje que se adentraba en la ciudad misma. Este camino también tenía su parte de torres blindadas. La ciudad fue construida en la caldera de un volcán que los maestros fuego controlaban, y las laderas de la montaña se curvaban a su alrededor.