Avatar: The Untamed Waterbender

Capítulo 37: Despedidas [Final]

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El intercambio de prisioneros transcurrió sin problemas. Jiang Yanli observó y sonrió mientras las Guerreras Kyoshi se reunían con aquellas que habían sido capturadas durante el intento de 'rescatar' a Wei Wuxian de la capital de la Nación del Fuego. Jinzhu y Yinzhu se inclinaron ante Yu Ziyuan, y ella les devolvió la reverencia, pero luego las abrazó cuando pensó que nadie más estaba mirando. Algunos otros prisioneros fueron liberados, aunque la mayoría de los retenidos en la Nación del Fuego habían sido disidentes políticos, no miembros de otras naciones.

Miró a su hermano, que miraba con nostalgia a Wen Qing mientras hablaba con Nie Mingjue y Lan Xichen. Jiang Yanli sonrió y le apretó la mano. "Solo habla con ella, A-Cheng. No dejes que su nueva posición te intimide".

"No estoy intimidado", espetó Jiang Cheng de inmediato, y Jiang Yanli tuvo que luchar para no reírse. "Ugh, lo que sea".

Wen Qing se sentó con los líderes de todas las naciones para discutir la entrega de las reparaciones y Jiang Yanli esperó pacientemente hasta que terminó la reunión. Se había estado preguntando si Jin Zixuan recordaba o no quién era ella, y se sorprendió cuando se le acercó al salir de la reunión.

"Ah, Jiang-guniang", dijo con rigidez. "Espero que se encuentre bien."

"Muy bien, gracias", dijo Jiang Yanli, sonriendo. "Mejor de lo que he estado durante mucho tiempo".

Jin Zixuan asintió. "Pensé que tal vez le gustaría visitar Ba Sing Se. . . Realmente siento que no vio el mejor lado de la ciudad durante su estadía".

"Eso es indudablemente cierto", estuvo de acuerdo Jiang Yanli, y luego dijo en voz baja, "pero no, no en este momento". Ella vio su rostro caer y continuó: "Tengo mucho que hacer en casa, Jin-zongzhu. Sé que la guerra nunca le afectó como al resto de nosotros. No tengo eso en su contra. En todo caso, estoy feliz de que Ba Sing Se haya podido proporcionar un refugio para tanta gente. Pero me necesitan en el Polo Sur."

"Entiendo", dijo Jin Zixuan. "Aunque Ba Sing Se salió relativamente ileso, también haré muchas cosas para ayudar al resto del Reino Tierra. Será necesario distribuir los fondos y supervisar los proyectos. No es . . . el tipo de trabajo al que estoy acostumbrado. A-Yao siempre fue. . ."

Jiang Yanli esperó hasta que quedó claro que no sabía cómo terminar esa declaración. "¿Lo has visto?"

"No", dijo Jin Zixuan. "Lan-zongzhu y el general Nie piensan que es mejor si no lo hago, y no puedo estar en desacuerdo. Es difícil solo porque. . . quizás nunca conocí realmente a mi hermano. Pero siento que lo hice. Entiendo por qué se volvió tan amargado, resentido y hambriento de poder. Honestamente, nuestro padre fue tan cruel con él durante toda nuestra vida. Y su madre . . . Creo que A-Yao tuvo que encontrar una manera de justificar lo que le sucedió, porque de lo contrario no habría podido respirar a través de su odio hacia nuestro padre. . . así que se dijo a sí mismo que esto se trataba de protegerla". Jin Zixuan negó con la cabeza. "Lo siento, estoy vagando. Supongo que mi punto es que todavía siento pena por A-Yao. Sé que su terrible infancia no es excusa para lo que hizo. Solo desearía que las cosas hubieran sido diferentes, y no puedo evitar preguntarme qué podría haber hecho de manera diferente. Lo dejé tomar el cargo de gran secretario sin siquiera hacer preguntas. ¿Tener el poder que tenía le impidió tratar de suplantarme tanto tiempo como lo hizo? ¿O solo alimentó su conclusión de que merecía gobernar?"

"No lo sé", dijo Jiang Yanli en voz baja. "Parece que su padre hizo cosas terribles, y sé que saberlo es difícil de soportar. Pero no tome sus decisiones sobre sus hombros, Jin Zixuan. Eras sólo un niño cuando las hizo. Creo que hiciste lo mejor que pudiste para apoyar a tu hermano, y no tienes la culpa de lo que hizo".