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Para Wei Wuxian, el apocalipsis comienza en una gasolinera, con un bebé llorando y su madre moribunda, y una horda de muertos vivientes afuera. Todo l...
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A Meng Yao le tomó mucho menos tiempo del que esperaba sentirse cómodo con la presencia de Wen Ning. Durante la primera semana, Meng Yao pasó una buena cantidad de tiempo observando y, por lo que podía ver, Wen Ning parecía tener el control total de sus propias acciones. Meng Yao nunca notó un lapso de claridad en sus ojos, nunca notó que perdiera el enfoque o actuara de otra manera que no fuera humana. Parecía amable y manso, y deseoso de ser lo más útil posible.
A menudo, esa ayuda vino en forma de responder preguntas, confirmar o modificar su comprensión de los zombies hasta el momento. Estuvo de acuerdo en que sí, era más fuerte y más rápido desde que se había convertido, y que su resistencia había aumentado dramáticamente. Curiosamente, admitió que se cansaba mental y emocionalmente, por eso le gustaba dormir por la noche, cuando podía. También afirmó que si estaba herido su cuerpo no sanaría, pero tampoco se estaba pudriendo.
"He visto a algunos que se han, ya sabes... descompuesto", dijo con ansiedad cuando Meng Yao mencionó el tema. "Que se están pudriendo y..." se estremeció. "Es... menos de una cuarta parte, creo, de los zombies que he visto, pero hay algunos".
A través de Wen Ning, aprendieron que algunos de los sentidos de un zombie se alteraban ligeramente al girar, que su capacidad para ver en la oscuridad era menor que cuando vivían, pero que su sentido del olfato era más agudo. Según Wen Ning, su sentido del oído no cambió.
"¿Lo es?" Meng Yao había presionado. "Muchos de los zombies con los que me he encontrado parecen sentirse atraídos por el ruido; me preguntaba si se debía a un mejor sentido del oído".
"No creo que sea eso", había dicho Wen Ning, retorciendo las manos en su bufanda. "Creo que es solo que donde hay ruido es probable que haya gente..."
Wen Ning nunca parecía cansado de responder a sus preguntas, nunca parecía menos que ansioso por ayudar, y su entusiasmo parecía genuino.
A pesar de sí mismo, a Meng Yao le agradaba bastante.
En la segunda semana, comenzaron a invitar a Wen Ning con ellos bajo las escaleras durante períodos durante el día, para que pudiera ayudar en el aviario o unirse a ellos en la sala de juegos.
Así pasó el tiempo, hasta que pudieron presentarle a los bebés. Para leve horror de Meng Yao, Wei Wuxian apenas dudó antes de pasar a A-Yuan a los brazos de Wen Ning, pero el zombie había acunado al bebé suavemente, sonriéndole con asombro. A-Yuan parecía imperturbable, acariciando con curiosidad las venas negras del cuello de Wen Ning. En respuesta, Wen Ning solo sonrió más ampliamente.
Cuando había tanta alegría inocente en su rostro, era difícil recordar que Wen Ning estaba muerto, pero al mismo tiempo, era imposible olvidarlo. Wei Wuxian había cosido la herida abierta en su cuello, pero todavía había una línea roja que recorría el tramo de su garganta, y le revolvía el estómago a Meng Yao cada vez que la veía.
