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Para Wei Wuxian, el apocalipsis comienza en una gasolinera, con un bebé llorando y su madre moribunda, y una horda de muertos vivientes afuera. Todo l...
Un pequeño aviso, este capítulo tiene elementos que algunos lectores pueden encontrar un poco espeluznantes, incluidas referencias a la experimentación médica.
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Lan Wangji quedó impresionado por lo bien que Meng Yao había podido cubrir las huellas que habían dejado cuando se salieron de la carretera. Donde hace una hora había huellas de neumáticos que aplastaban el follaje y se clavaban en la tierra, ahora había hojas, ramitas y tierra dispersas, y un árbol caído se extendía por el camino. Gracias a los cortes verticales en su tronco y la forma en que Xiongzhang había partido la madera, parecía convincentemente como si hubiera sido derribado por una tormenta, como si hubiera estado aquí durante semanas. Parecía intacto y ocultaba lo peor de las huellas de los neumáticos, disimulando el lugar donde habían dejado el camino con notable eficiencia.
"Obtuve la idea de Xue Yang", había dicho Meng Yao, con una sombría satisfacción en su voz. "Así es como bloqueó el camino para atraer a la gente al zoológico".
No resistiría un escrutinio intenso, pero no debería ser necesario. Era una gran montaña: sin importar cuántos recursos tuviera Wen Ruohan, tomaría días, incluso semanas, antes de que la montaña pudiera ser buscada tan a fondo. Habían comprobado una y otra vez que ni el coche ni la furgoneta tuvieran fugas de aceite, y se habían asegurado de que no quedara rastro en la carretera principal, que no había razón para que nadie se detuviera en la franja de bosque que habían despejado...
Tenían que esperar que fuera suficiente.
Aún así, cuando pasaron la barricada camuflada, Wangji se sintió incómodo por dejar atrás a la mitad del grupo. Él había sido el primero en sugerir dejar a los bebés en un lugar seguro y mantuvo la lógica de la decisión, pero no le gustó. Lo carcomía con cada paso que daba para alejarse de la cueva, el miedo y la incertidumbre le rogaban que se diera la vuelta. De alguna manera, se había vuelto aún peor cuando el llanto de A-Yuan se perdió del alcance del oído, la ausencia de ese sonido asustado y lúgubre fue aún más difícil de soportar de lo que podía imaginar.
No podía imaginar cuánto más difícil fue para Wei Ying. La fragilidad de su sonrisa cuando besó la nariz de A-Yuan y se despidió con la mano todavía pesaba en el corazón de Wangji, al igual que la mirada quebradiza y adolorida en los ojos de Wei Ying cuando se dio la vuelta, y A-Yuan sollozó por su Baba.
Sin pensar, Wangji extendió la mano, entrelazó sus dedos y apretó la mano de Wei Ying. Wei Ying lo miró sorprendido y luego sonrió, cansado y pequeño pero sincero de todos modos.
"¿Estás bien?" murmuró, y Lan Zhan inclinó la cabeza.
"Mn. ¿tu lo estás?"
La sonrisa de Wei Ying se hizo más amplia, pero no fue particularmente convincente, y su agarre se hizo más fuerte alrededor de la mano de Wangji. "Estoy bien." Luego, rodó los hombros, elevando un poco la voz mientras miraba por encima del hombro. "¿Estás seguro de que quieres venir, Wen Ning? Es la última oportunidad para dar marcha atrás ahora."
