Peleando por un omega

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Moon Taeil, omega, en sus veintes, respetado y amado por cada miembro de aquella extraña manada.

Pero no crean que todo es color de rosas. No, no, no.

Si bien ser respetado por todos los miembros, desde cachorros hasta adultos, tenía su cosa buena: como por ejemplo que siempre le hagan caso al dictar una orden, sin necesidad de tener que enfadarse, y tener en cuenta su opinión en momentos importantes.
Ser Moon Taeil también tiene su cosa mala, el hecho de tener la gran parte del tiempo a todos encima suyo reclamando su atención sin descanso era agotador, justo como ahora.

—Por favor, Renjunnie, deja que hyung se vaya.—

Llevaba aproximadamente veinte minutos intentando convencer al joven omega de que le permita ir a ensayar con el resto de miembros, sin embargo el cachorro ese día parecía encaprichado de sí, se mantuvo todo el tiempo sentado en su regazo o pegado a su costado impidiendole moverse.

Suspiró algo fastidiado pues el menor no había movido ni un poquito el agarre que ejercía sobre sí. Sus piernas ya empezaban a doler por tener al chino sobre sí tanto tiempo.

—¡Renjunnie, estás acaparando a mí omega!— Johnny se acercó a ellos intentando ayudar al mayor, pero con aquel tono juguetón solo agrandaba las ganas del menor de aferrarse a su hyung.

—No es tu omega, ahora es mío.— el castañito lo miró triunfante mientras le sacaba la lengua de manera juguetona.

El estadounidense hizo una mueca ofendida mientras llevaba una mano a su pecho ¡Su cachorro lo estaba traicionando!

—Oh señor Huang ¡Usted acaba de declarar la guerra!—

El rubio se acercó de manera veloz al más pequeño comenzando a hacerle cosquillas, este se removió inquieto intentando esconderse más contra el cuerpo de su hyung coreano, pero era casi imposible pues ambos tenía contexturas físicas parecidas.

John puso ambas manos a los lados del cachorro tomándolo en brazos para alejarlo de Taeil, Renjun solo se quejaba y pataleaba pero siempre teniendo cuidado de no lastimar a nadie, solo estaban jugando.

Una vez el estadounidense tuvo al chino entre sus brazos como quien sostiene un cachorro caminó hasta el otro lado de la sala, llevando al menor hacia otro omega, Doyoung.

—¿Qué se supone que hacen?— preguntó el azabache mientras aceptaba que Johnny deje al cachorro en su regazo. Este solo miró al mayor de todos con falso enojo y se recostó contra el omega coreano jugado muy bien su papel de ofendido.

—El bebé Huang intentó robarse a mí omega, un acto totalmente imperdonable.—

—Ohh, ¿Eso es cierto, Junnie?—

—Taeil es mí omega, Johnny hyung no quere aceptarlo.— ambos mayores dramatizaron una gran exclamación mientras comenzaban a pellizcarlo suavemente sacándole muchas risas por las cosquillas que sentía.

Los tres siguieron jugando por un rato hasta que los dos omegas decidieron acurrucarse y dormir una pequeña siesta en el sofá de la sala de ensayos, aprovechando los minutos libres que les habían dado.

Por su lado Johnny volvió junto a Taeil quien también intentaba dormir, o al menos relajarse, sentado en el suelo y recostado contra una pared bastante alejada del resto de miembros.
El estadounidense se acercó en silencio siendo delatado nada más que por su fuerte aroma combinado con el del cachorro.

El coreano recostó su cabeza en el hombro del mayor aspirando su bonito aroma, adoraba aquella fragancia que lo llenaba de seguridad y calidez, no había nadie como su alfa.

Sus inicios como manada no fueron del todo buenos, sin embargo Moon rescataba que gracias a los altibajos atravesados había conseguido la más bonita de las relaciones junto al alfa mayor y el líder. Ellos tenían una gran historia juntos, no del todo buena, pero los momentos de furia, tristeza, confusión y estrés también eran parte del trayecto a una manada sana y unida.

Si le preguntaba a Taeil, él no cambiaría ni uno solo de los días que pasó junto a sus bonitos chicos, ellos eran sin duda la motivación de sus mañanas.

—¿En qué piensas, omega?—

—En lo guapo que es mí alfa, en lo mucho que lo amo, y en lo bien que huele.— su voz apenas sonaba entre el barullo creado por los menores, se oía como un suave susurro.

—Tambien te amo, bonito. Mí lindo omega, mio, mío y solo mío.— Johnny acercó al mayor en un reconfortante abrazo, rodeando por completo lo pequeñito de su cuerpo, marcandolo de paso con su aroma.

—Mi alfa.— susurró aferrándose al hoddie del contrario.

—Todo tuyo, cielo.—

Taeil no era el omega más mimoso de la manada, si bien sabía pedir atención cuando la quería, esto solía ocurrir muy de vez en cuando, y generalmente era a Johnny o Taeyong. Quizás alguna vez pedía mimos de Jaehyun, pero aquello no era muy común tampoco.
Por lo que cuando el rubio comenzó a dar besitos y mimitos en su rostro y cabello se permitió disfrutar del cariño sin importar nada más.

Los brazos de Johnny era un lugar muy cálido y seguro. Lo amaba.

—A ver, ustedes dos, la parejita mimosa del fondo, vuelvan a la práctica.—

Bueno, no siempre uno puede quedarse en el suelo disfrutando de su alfa, pues llega un líder celoso a querer desgastar sus energías en baile.

[🍊]

Capítulo cortito mostrando un poquito de la relación JohnIl.

Espero les haya gustado, si ven algún error me avisan. 🧡

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