Siestas con Yuta

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Para Jaemin, Yuta era un omega independiente y perezoso: no pedía muchos mimos, su aroma siempre se mantenía suave, y no se involucraba demasiado en las dinámicas de la manada. El omega japonés priorizaba sus siestas de los domingos antes que buscar atenciones de cualquiera de los alfas que no fuese Winwin.

Y es que Yuta le tenía un cariño inmenso a su manda, pero las cálidas mantas y su cómoda almohada eran más suave que todos ellos juntos.

Por eso que Jaemin amaba tomar siestas con Yuta.

Porque el omega mayor era tan cómodo y calentito que Jaemin no podía resistirse a escabullirse de la limpieza semanal de los domingos para terminar en la cama del japonés, siendo rodeado por sus brazos y durmiendo por horas.

Nakamoto nunca lo había mencionado. Na tampoco. Y es que era sorprendente incluso para ellos, puesto que a pesar de conocerse de hace años, y ser parte de la misma manada desde casi los inicios, Yuta y Jaemin no solían interactuar mucho. Pero luego de un tiempo, crearon su propia rutina juntos.

Así que para la camada principal no era sorpresa ver al cachorro entrar a su departamento en pijama y con una almohada entre sus brazos, saludando por encima a quien se encuentre hasta llegar a cuarto del japonés.

Pero ese día fue distinto para Jaemin, pues al llegar al cuarto del omega, este no se encontraba por ningún lado.
La cama de suaves sábanas rojas está perfectamente tendida, con cada almohada y peluche acomodada sobre el colchón; las cortinas estaban abiertas a cada lado, y por la ventana ingresaba un viento fresco.

Jaemin frunció el ceño y tiró su almohada sobre la cama de Yuta antes de salir del cuarto. A pocos pasos de la puerta se encontró con Jaehyun.

—Hyung— llamó exaltando al mayor quien iba mirando su teléfono sin nota su presencia. —¿Sabes dónde está Yuta?

Jaehyun lo miró dudando un poco, para finalmente negar con la cabeza.

—No, creo que se fue temprano en la mañana. ¿Por qué?

Jaemin suspiró y una mueca se formó en su rostro.

—No, por nada, da igual.

Jaehyun olfateó el aire sin disimulo alguno, pero al no recibir respuesta del aroma de Jaemin solo se encogió de hombros y continúo su camino hasta el cuarto de Taeil.

Jaemin por su parte volvió hasta la habitación de Yuta, y tomando su almohada se recostó en la cama decidido a esperar por el omega mayor.

Dio unas cuantas vueltas, observó los dibujos pegados por las paredes, utilizó su teléfono, y asi pasaron dos horas, Yuta aún no regresaba y Jaemin ya comenzaba a rendirse. Quizás el japonés no regresaría hasta entrando la noche, o tal vez había surgido algo de último momento en lo que ocupar el dia, y... Oh, la puerta de entrada había sonado.

Jaemin se sentó rápidamente sobre la cama, y miró fijamente la puerta esperando ver al omega pelirrojo entrar. Se quedó en completo silencio y sin mover ni un pelo intentado oír quien había entrado, pero solo podía escuchar a Jungwoo y Johnny reír al ver una película barata.

Su corazón dio un salto de susto ante el repentino ruido de la puerta abrirse.

—Oh, Nana, ¿Qué haces aquí?

Yuta se sorprendió al ver al menor sentado sobre su cama mirando a la puerta, como un cachorro esperando a que su dueño vuelva de hacer las compras.

—¡Hyung, hoy es domingo!

Respondió el cachorro con el ceño fruncido, confundiendo un poco más al omega mayor.

—Lo es... ¿Y bien?

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⏰ Son güncelleme: Dec 02, 2023 ⏰

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