Capítulo 11

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Entré a casa y vi que mi madre ya había llegado, ella y Katherine estaban viendo las noticias en el televisor, luego me miró con una sonrisa pero vio mi cara de preocupación. 

—¿Hija?, Dios mío, ¿Te pasó algo?— Preguntó preocupada acercándose a mí. 

—Ehhh... No... Es solo que... Mientras venía de camino vi que Andy y sus tíos iban saliendo de su casa un poco preocupados, solo es eso— Dije nerviosamente.

—Dios Santo, hija, oraremos para que no sea nada malo—

Yo asentí con la cabeza, en verdad, le pido a Dios que al Señor Alfred no le pase nada malo, él siempre ha sido una buena persona. 

Mamá apagó el televisor y nosotras nos unimos en oración. 

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Los días pasaban y Andy no iba a clases, los profesores nos decían que esta vez sí había avisado y que era por un asunto familiar. 

Mi madre, Katherine y yo veíamos a la Señora Michelle y a Andy salir casi todos los días hacia el hospital, de hecho, mi madre les hace compañía ahí mismo en su tiempo libre, solo sabemos que el Señor Alfred está internado y sigue muy delicado de salud. 

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A la semana siguiente, comenzó el primer torneo Interescolar de Basketball, los chicos estaban listos, mis amigas y yo estábamos sentadas en las gradas del gimnasio, mientras que Tracy y Richard oraban juntos tomados de las manos, luego se dieron un tierno beso, mi amiga volvió a sentarse con nosotras, ya casi iba a iniciar el partido. 

El equipo de nuestra preparatoria se llama las Águilas Doradas, hoy juegan contra los Guerreros de Acero, es un equipo bastante bueno. 

Los equipos salieron a la cancha, yo le pedía a Dios que nuestro equipo saliera victorioso para la honra y gloria de Dios. 

Pero, hubo algo que me sorprendió muchísimo, Andy estaba ahí en la alineación, no había vuelto a clases, pero hoy estaba con el equipo y se veía un poco pensativo, en su camiseta tenía su apellido, Johnson, con el número 05. 

<después de un partido verdaderamente emocionante, Las Águilas Doradas habían ganado su primer partido, nosotras aplaudíamos de la emoción. Para ser su primer partido, Andy estuvo muy concentrado, había jugado muy bien, todos se acercaban a felicitarlo, incluso el entrenador Anderson. 

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Pasaban los días y el equipo de nuestra secundaria seguía dándose paso para llegar a la final, gracias a Dios, habían ganado los otros partidos, solo les faltaba el último que les permitiría ganar la copa.

En cuanto a las clases, todo seguía igual, Andy se reincorporó y se puso al día con los temas vistos en las semanas anteriores, ahora se veía un poco más relajado, pero igual tenía un aspecto arrogante. 

El día de hoy era el último partido, la final era en nuestra secundaria contra los Tigres de Bronce, ellos eran los eternos rivales de las Águilas Doradas, eran mucho más altos y musculosos, pero,  tenían fama de jugar con trampa. 

Mis amigas y yo nos sentamos junto a Tyler en las gradería del gimnasio, aún le faltaba un poco para recuperarse completamente, le pedíamos a Dios en voz baja que nuestro equipo ganara. 

El partido había comenzado y, minutos después, los Tigres de Bronce ganaban por 40 puntos de más, Richard y los otros estaban cansados, sus rivales hacían un poco de trampa para ganar.

Cuando Dos Mundos Se Alinean (Novela Cristiana)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora