Cuando Dos Mundos Se Alinean (Novela Cristiana)

Capítulo 18

Ese mismo día, salimos de clases y nos dirigíamos a nuestras casas. Andy venía caminando conmigo porque hoy no tuvo entrenamiento con el equipo de Basketball. 

Hablábamos sobre nuestro futuro, yo le decía que quiero estudiar para ser psicóloga, es algo que siempre me ha encantado, él me decía que aún no sabía lo quería estudiar, pero que ahora sabía que podía pedirle sabiduría a Dios para seguir construyendo su futuro. 

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Después de varios minutos de caminata y una larga conversación, llegamos a casa de los tíos de Andy, aún debíamos seguir con las prácticas de Química.

 Entramos y ambos saludamos al Señor Alfred, quien estaba sentado en el sofá, pero luego nos dijo que iba a descansar un poco a su habitación, ya que hace un rato había llegado de trabajar. 

Andy y yo nos sentamos en la mesa y saqué mis apuntes, comencé a explicarle las cosas que a él le costaba, luego practicamos los ejercicios que venían en el libro de Química. 

Mientras Andy hacía la práctica, yo le mandaba un mensaje a mis padres y a Katherine para que supieran donde estoy, ya han de estar en casa y no me gusta preocuparlos. 

Cuando estaba concentrada en mi teléfono, noté que Andy me miraba con una sonrisa. 

—Oye, preciosa, quisiera salir de una duda...— Me decía aún sonriendo. 

—Claro, Andy, sabes que puedes preguntarme las veces que quieras, entiendo que Química a veces puede ser un poco enredado— Contesté. 

Él sonrió y negó suavemente con la cabeza, lo que me dejó bastante extrañada. 

—En ningún momento dije que era sobre Química, cariño— Contestó. —Es solo una duda que anda en mi cabeza... Yo quisiera saber si alguna vez has salido con algún chico— Agregó con un poco de vergüenza. 

Yo reí al ver su expresión, se veía tan tierno. 

—Sí— Contesté firmemente. —Pero eso fue hace mucho tiempo, él se llamaba Steven, fue mi novio por dos años, pero me fue infiel con una chica de la preparatoria, eso me dolió mucho y, evidentemente, terminé con él, ambos se fueron lejos y no sé qué habrá sido de ellos... Solo sé que debo esperar el tiempo de Dios, siento que ya no quiero tener otra desilusión— Agregué. 

Andy me miraba fijamente, luego bajó su vista hacia su cuaderno.

—Eso es terrible, no puedo creer que ese chico te haya hecho eso, a ti, que eres muy dulce con todas las personas y una de las mejores estudiantes de la preparatoria, ya veo que es cierto eso que dicen, uno no sabe lo que tiene, hasta que lo pierde— Dijo con un tono melancólico. 

Yo lo miré, él sostenía su quijada con su mano mientras seguía mirando el cuaderno. 

—Tienes razón, Andy, ese dicho es totalmente verdadero, podría aplicarse para todo... Pero, no todo es malo, después de esa mala experiencia, yo aprendí a esperar y también maduré durante todo este proceso de sanación, me acerqué más a Dios y le entregué mi futuro, jamás podría arrepentirme de lo que pasó, ya que fue una situación que me hizo buscar más de Dios— Expliqué 

Andy alzó su vista hacia mí, me sonrió y yo le devolví la sonrisa. 

—Sabes, preciosa, ese dicho siempre se ha grabado en mi mente, cuando mi abuelita aún vivía, se lo decía constantemente a mi madre por sus maltratos hacia mí cuando yo era un niño... Y también lo viví en otra ocasión por cuenta propia...— Decía suspirando pesadamente. —En la ciudad donde yo vivía, tuve una novia, se llamaba Jennifer, ella era la única felicidad que yo tenía en ese lugar, una chica verdaderamente amorosa, los padres de Jennifer eran cristianos conservadores, un día fui a conocerlos y se espantaron al verme vestido de negro, con piercings en las orejas y con dibujos de calaveras, me dijeron "mírate, eres un miserable pandillero, no te queremos aquí, y mucho menos al lado de nuestra hija" , yo salí muy dolido de esa casa, pero como yo era "rebelde", los ignoré y continué saliendo con Jennifer a escondidas de sus padres, hasta que, una vez se dieron cuenta y ahí se encargaron de separarnos para siempre, al tiempo después, mi tía me trajo aquí y entre Jennifer y yo ahora hay una gran distancia—Explicó.