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Maya

- nunca has sido sincera conmigo.- exclama en mi cara con los ojos llorosos. Me dolía verle así.- me mirabas a la cara, me basabas, nos acostamos; ¿todo eso sabiendo que te habías acostado con otro mientras yo estaba trabajando?- nueve los brazos agresivo. Jamás le había visto así.- me mentiste, aquella noche me dijiste que me querías para después acostarte con él.

- y te quiero Spencer.- logro decir antes de que vuelva a interrumpirme enfadado.

- claro que no. Lo tuyo no es amor Maya; es un trauma emocional que llevas cargando desde el día en que te conocí.- grita mirándome a los ojos. Siento mi pecho romperse al oírle decir algo así.

- ¿eso piensas de mi? ¿Que estoy rota?- cuestiono con mi mirada fija en la suya. Ni siquiera me quedaban ganas de llorar. El castaño tiene el rostro rojo del enojo.

- si.- responde al fin sin dudar.- estás rota, siempre lo estuviste y siempre lo estarás.- dice a milímetros de mi cara haciéndome temblar.- ¿sabes? Siempre lo supe; desde el día en que te vi actuar así con Dean en aquel restaurante, cuando te volviste loca al salir del juicio de tu padre, la forma en la que miraste a aquel niño ciego.

- ¿si llevas pensando eso de mi tanto tiempo por qué estabas conmigo?.- cuestiono tratando de regular mi respiración agitada.

- porque tengo complejo de héroe Maya.- contesta haciendo que no me arrepienta de haberle mentido.- pensé que podría arreglar todo el daño que te hicieron anteriormente pero parece ser que es imposible arreglarte.- continúa enrabiado.- y ahora, por favor, lárgate.

Su tono es duro y ni siquiera se como reaccionar. Yo le había mentido para protegerle; al final resulta ser que él lleva odiándome desde el principio.
Camino hacia la puerta aún en estado de shock con el corazón acelerado y la garganta taponada.

Solo quería arreglarte.

Me quedo paralizada pensando en sus palabras y tratando de justificarle por la mentira que yo había contado. Si yo pensara que Spencer me había sido infiel también estaría así.
Pero yo no tendría nada que decir. Le quiero; tal y como es, con sus problemas y su pasado.

Sabía que lo que había hecho era lo correcto. Le quería vivo; cerca o alejado de mi, pero vivo.

Una semana después

Observo la puerta de madera lisa color beig frente a mi. No sabía si golpear ahora o esperar a que fueran las nueve.
Recuerdo la primera vez que crucé esta puerta y se me hace extraño pensar que probablemente nunca me vuelva a dejar entrar.

Tres choques de mis nudillos con la puerta.

- hey.- acoto cuando le veo frente a mi. Iba arreglado. Había tenido la suerte de acabar con todo justo antes de que tuviéramos nuestros diez días de vacaciones. Me mira sin decir nada.- venía a por mis cosas.

Solo se aparta para dejarme pasar y yo lo hago. La casa parece perfectamente limpia, como siempre. Si alguien viera la mía se desmayaría.

- ahí está todo. Tengo prisa así que cógelas y vete cuando acabes.- explica señalando la esquina de la entrada. Toda mi ropa y libros estaban en bolsas de basura al lado del mueble que ambos habíamos pintado.

Sentía mi corazón partirse pero lo podía mostrar ningún tipo de remordimiento frente a él.
Se va de la habitación dejándome sola pero al acabar no me voy como me dijo, trato de hablar con él.

- oye Spencer.- llego al salón en el que está arreglando su pajarita y echándose perfume. No entiendo porque tanta ansia de formalidad hoy. Me mira confuso.- quería decirte antes de irme que no quiero que todo esté mal entre nosotros al volver el lunes a trabajar. Quiero decir, los chicos aún no lo saben y puede que esté bien que siga as...

- esto tiene que ser una broma.- interrumpe sonriendo.- ¿me engañas y quieres que encima se lo oculte a mis mejores amigos? ¿Qué les digo? ¿Qué lo dejamos porque un día lo decidimos sin más?

- tienes razón.- solo respondo eso para no complicar más la situación. Sinceramente, no quería que todos me odiaran a pesar de que sería más fácil así. Más seguro para todos ellos. Antes de poder despedirme suena su teléfono.

"Perfecto, voy para allí Alice."

Siento mi cuerpo temblar por un segundo al oír el nombre de Alice salir de sus labios. Trato de disimular mi incredulidad y evitar repetirme lo increíble que sería que esté viendo a otras una semana después de dejarlo.

- me voy entonces.- digo algo incómoda. Me mira y se encoge de hombros dirigiéndose a la entrada tras de mi.

Bajamos en el ascensor ambos. Las bolsas de basura con mis cosas nos separan. Ni siquiera era lo suficientemente valiosa como para poner mis cosas en cajas de cartón.

Sale del lugar sin mirar atrás dejándome con cuatro bolsas llenas de los recuerdos en los que pensaba antes de dormir.

Replaced; Spencer ReidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora