Capítulo ocho

59 15 0
                                    

16 años
La tensión que rodeaba en el segundo piso de la gran mansión Kim era algo que jamás se hubiera presenciado por parte del segundo de los hijos, quien ahogado en la ira de su corazón entró a su habitación sin la educación y paciencia por la que se le caracterizaba, no, su paciencia se había agotado. No pensaba claramente, sus acciones ni siquiera tenían una pizca de racionalismo.
Lo primero que hizo al entrar a su habitación fue inundar todo el pasillo con el sonido del impacto que provocó su violenta acción al cerrar la puerta sin delicadeza alguna, pero su atención solo estaba en la maleta debajo de su cama, la que después de abrir comenzó a llenar con cualquier cosa que se encontrara en su armario.

No estaba pensando, solo actuando por el impulso que le inundó al verse en tan tensa situación, tan vulnerable, perdido, y ofendido.

Hola Joon. -la puerta se abrió, sin emitir sonido alguno, dando paso al hermano mayor del moreno, con una expresión serena pero se podía palpar la incomodidad en su mirar.-

El menor en la habitación bajo la mirada, sintiendo la ira disminuir y ser reemplazada por vergüenza, estaba actuando como un completo niño haciendo berrinche delante de su hermano, aquel al que ha admirado desde siempre. Pero no quiere buscar justificación, porque eso podría lastimar a los demás, y aquello le desespera. Dejó de empacar, su hermano tomó asiento en su cama en un intento de enfrentarlo pero solo le dio la espalda, porque la impotencia se mostró en su rostro como lágrimas que bajaban por su delicado rostro.

Se sentía igual que un niño mimado a quien no se le cumplen sus caprichos.

No te sientas culpable, no hiciste nada malo, Nam. -el silencio de la habitación se interrumpe por el suspiro del mayor, sabía que el trato de su hermano hacia sus padres no fue muy adecuado, pero tal vez si era necesario un poco de realidad a la vida de todos.- Tal vez deberíamos convencerlos de manera diferen-

¡Me canse de eso! ¿No lo entiendes Seokjin? ¿Por qué debo ser yo quien haga lo diferente? -la desesperación estaba marcada en cada palabra, no solo enfrentó a sus padres, ahora estaba enfrentando a su hermano sin siquiera pensarlo-. ¿Por que solo yo debo cambiar para que los demás sean felices?

Seokjin no lo soportó, bajo la mirada avergonzado por la situación, por la miseria que se veía en la expresión dolida de su hermano al que juró proteger y solo así sintió la triste realidad que intentó cubrir con sonrisas y dulces palabras. No importa cuanto tiempo pasara, Namjoon nunca sería visto como el hijo de su madre, y la misma mujer que le dio la vida ahora intentaba rehacer la vida de todos excluyendo al hermoso chico de mirada penetrante de la vida que llevaban juntos en esa enorme mansión.

No lo hagas, no cambies Joonie. No porque yo lo diga, haz con tu vida solo lo que tu quieras.

Kim Seokjin, con veinte años de edad y Kim Namjoon, con dieciséis años se fueron a Norteamérica, porque sus padres se divorciarían y solo se le dio refugio al que sería el único de los Park, porque un hombre como Kim Seokmin no era apto para criar a su único hijo menor de edad, porque Park HyeJi no soporto mas ser la burla de todos solo por haber adoptado a un niño, y porque deshacerse de un joven de dieciséis años era la diferencia que mejoraría todo.

[...]

— "Entonces no estaba en su casa, ¿cierto?"-

— Si, Seokjin, por tercera vez esta mañana él no estaba en su departamento. Solo un joven con quien comparte habitación.-

En las afueras de aquel desdichado edificio se podía ver a un elegante hombre con expresión desesperante mientras mantenía una serena plática por teléfono con quién sabe quién extraño.
Después de tan fugaz encuentro con él joven de tez pálida responsable se su mal humor a tan temprana hora de la mañana, seguía su descontento mientras mantenía informado a su hermano de tal situación.

Calm Me Down [HopeNam/NamSeok]Where stories live. Discover now