Capítulo trece

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24 años

La mañana fría en Estados Unidos le saludaba por las ventanas del hotel donde se alojó la noche anterior tras desvelarse buscando compañía en algún bar del lugar. Mientras abotonaba su oscura camisa sentado en aquella cama detallo de manera superficial el lugar. No estaba acostumbrado a habitaciones pequeñas, su acompañante aún estaba en la cama pero no vio la necesidad de tomar una ducha en aquel lugar. Tenía un encuentro con sus hermanos esa tarde y si quería llegar a su departamento para arreglarse entonces debía partir ya.
Justo cuando salió de la habitación se encontró con su hermano, el mismo Seokjin. Parecía haberle estado esperando justo en la entrada al ascensor, como si fuera cualquier otro huésped en el lugar.

—Creí que dejarías esto cuando cumpliera veinte Seokjin, ya no necesito que me sigas a todos lados como si fuera un crío.

—Y yo creí que ya no pasabas las noches en bares buscando a quien meter en tu cama, Namjoon.

Cuando el elevador llegó a su piso ambos entraron por aquellas puertas, fue Jin quien presionó el botón para bajar manteniendo el silencio entre esas cuatro paredes.

—Sigues creyendo que necesito cuidado, pero estoy por cumplir veinticinco Jinnie, y tienes tus propios asuntos para atender.

Cuando el elevador llegó a la planta baja fue Seokjin el que salió primero, Namjoon siguiéndole por detrás.

—Pasaremos a mi casa y después iré a por Jimin en el aeropuerto. Su vuelo llega en media hora y quiero estar ahí antes. —a paso firme ambos salieron del hotel con dirección al vehículo de Seokjin—

—Quiero ir contigo, sería incómodo quedarme solo con tu esposa en casa.

Con una expresión preocupada Seokjin se enfrentó a él ya dentro del vehículo.

—Sabes que ella no intenta incomodarte, solo es un poco… —sin poder encontrar las palabras adecuadas suspiro a lo alto—

—Un poco… ¿Cómo mamá?

Aunque Namjoon sonriera por lo que él mismo dijo, el ambiente se empezaba a sentir pesado.

—Si, algo como eso.

Se sentía miserable al saber que el tierno hombre a su lado no se sentía cómodo en su casa, y por más que él quisiera cambiar la vida que llevaba no era posible, al menos no para él. Su vida debía mantenerse intacta y perfecta, justo como debería ser por parte del hijo mayor del señor Kim.

—Creo que no es así —continuó Namjoon en un intento para aligerar el ambiente— tal vez sean las hormonas del embarazo, cuatro meses no se debe tomar a la ligera, futuro papá.

Seokjin no pudo evitar reírse a lo alto, provocando las mismas carcajadas al moreno a su lado.

—Eres todo un caso Namjoonie, nunca cambies.

Poniendo en marcha el vehículo ambos emprendieron camino al aeropuerto, porque aquella tarde debía ser perfecta. La familia de ambos estaba ya en la casa del Kim mayor pero aún faltaba el único de los Park, la celebración de ese día llevaba meses siendo planeada. Porque no todos los días el hijo mayor de un jefe en la mafia anunciaría a su primogénito.

[...]

El constante sonido del reloj era lo único que les hacía compañía a ambos hombres en aquella habitación. Mientras uno de ellos curioseaba alrededor de la habitación, el otro golpeaba la punta de un bolígrafo contra el escritorio en el que se apoyaba. Varios documentos esparcidos sobre él pero aquel que sostenía a lo alto le hizo soltar un suspiro que no pasó desapercibido por el joven hombre que le acompañaba.

Calm Me Down [HopeNam/NamSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora