Capítulo catorce

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Cuando llegó a su habitación de hotel lo primero que hizo fue entrar a la ducha y terminar lo que había dejado pendiente en el asiento de su automóvil.
No se sentía nada orgulloso por eso, pero realmente se volvió aburrido volver a la habitación de aquel hotel.

Cerca de la noche ya había terminado de empacar todo lo que tenía consigo, no estaba tan cansado como lo había pensado y consideró por un momento el salir en busca de distracciones, pero su móvil comenzó a sonar en medio de la habitación.

—No tengo tiempo, lo que sea puede esperar para después Seokjin.

Una risa suave se escuchó del otro lado de la línea, al igual que una melodía se escuchaba de fondo.

—Namjoonie, las personas normales miran primero quién está llamando antes de contestar.

Un suspiro alto se escuchó antes de reír por lo dicho de aquel joven de facciones tiernas.

—Es culpa de Seokjin, últimamente llama por números que ni siquiera son de localidad Americana. —una risa nerviosa se escuchó por parte del menor por lo que Nam se mantuvo alerta—. ¿Cuál es el propósito de la llamada Jimin?

—Me atrapaste, nunca es fácil engañarte Nam. —el ahora pelinegro se encontraba en espera de su vuelo, regresaría por fin a su vida cotidiana en Japón, pero no podía simplemente aceptar las locuras e imprudencias de Kim Seokjin—. Estoy por volver a Tokyo, pensaba de paso saludarte en Corea. Pero Seokjin parece tener los mismos planes.

La línea se mantuvo en un silencio realmente tenso, Jimin no sabía qué era lo que le esperaba de Namjoon pero no tenía tiempo para hablar de más.

—El vuelo de Seokjin salió está tarde, cuando llegue no dudará en buscarte. —su avión estaba listo para ser abordado, con un suspiro lamentero se despidió—. Perdón por no poder hacer más Namjoon, sabes que Seokjin no es capaz de pensar bien las cosas.

—Llega seguro a Tokyo, Jimin. Me las arreglaré con Seokjin.

La línea se cortó, Namjoon podía sentir como su cordura se desgastaba poco a poco y mientras yacía sentado en la cómoda cama de hotel la urgente necesidad de liberación le invadió. Seokjin siempre había sido así de protector, pero desde el último encuentro que habían tenido ya hacía años las cosas se habían calmado por completo. No entendía porque de pronto volvía aquel lado insoportable y testarudo de su hermano mayor.
Tomó las llaves de su auto y caminó hacia la salida. Si era su última noche en aquel hotel debía disfrutarla como se debía. Había visto de camino varios bares en los que podría probar suerte, ya no le importaba quien fuera el que terminaba en su cama solo quería divertirse y distraerse.

Cuando estaba por salir de su habitación el móvil volvió a sonar avisando una llamada entrante. Está vez, si reviso quién era el que llamaba y no supo cómo describir la emoción que le recorrió al ver el apodo del chico peliteñido mostrado en la pantalla. Sentía una mezcla de alivio y emoción, pero el estrés aún presente hizo incómodo todo aquello.

—¿Hola?

Lo único que escuchó fueron varios murmullos en tono bajo, le fue imposible descifrar qué decía cada uno pero sabía que Hoseok si era el que había llamado.

—"¡Abogado! Disculpe llamarlo tan tarde, surgió algo… un imprevisto. No quiero molestarlo ¿Está ocupado?"

El chico le habló tan rápido y nervioso que solo pudo reír por lo bajo, se alejó de la puerta de la habitación y volvió a sentarse en la cómoda cama. La necesidad de salir se había esfumado rápidamente de su sistema.

—Habla más lento Hoseok, no estoy ocupado así que dime qué pasa.

Después de una breve explicación Namjoon logró entenderlo. No culpaba al chico por la situación, aunque no podía decir lo mismo de su compañero de piso.

Calm Me Down [HopeNam/NamSeok]Where stories live. Discover now