Diecisiete

8.3K 627 58
                                    

       Estoy cansado, realmente cansado, físicamente por tener que hacer guardias en puntos estratégicos y también por tener que recorrer todos los límites para verificar que cada guardia esté en su lugar

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

       Estoy cansado, realmente cansado, físicamente por tener que hacer guardias en puntos estratégicos y también por tener que recorrer todos los límites para verificar que cada guardia esté en su lugar. Y mentalmente, por pensar todo el maldito día en Aila y pelear con mi lobo por no poder aceptarla. Necesito vacaciones, realmente las necesito, y las voy a tener el día que peleemos contra el clan Novikov y Aila se vaya a su aquelarre.

-No se va a ir, no vamos a dejar que se vaya – me gruñe Malik, pero yo solo decido ignorarlo.

-Anoki, ve a la frontera norte, aparentemente hay desconocidos allí – escucho a Einar y bufo, estaba justo por entrar a mi casa a darme una relajante ducha.

-Voy – murmuro, para darme la vuelta y volver a transformarme en mi lobo. Comienzo a correr y en menos de cinco minutos me encuentro en la frontera norte, donde guardias rodean a un brujo. Me transformo y me coloco únicamente un short.

-¿Quién eres? – le pregunto con voz gruesa, detallo al brujo por si lo conozco pero su cara no me es conocida. Tiene la piel morena, ojos castaños, es bastante alto, pero más bajo que yo y su cuerpo es más bien flacucho.

-Soy Jamil, brujo del aquelarre Kanye – se presentó y yo volví a estudiarlo con mis ojos.

-¿Qué haces acá? – casi gruño.

-Necesito ver a Aila.

-¿Para qué? – siento como mis músculos se tensan, y como mi voz se vuelve un poco más fría y gruesa.

-Esos son asuntos nuestro lobo – me sonríe de forma burlona.

-Pues no hablarás con ella, así que puedes irte por donde viniste – digo girándome para irme.

-¡Jamil! – escucho cómo una alegre voz pronuncia, y casi sin darme cuenta, Aila pasa por mi lado para acercarse a ese brujo.

-Aila – él le sonríe y abre sus brazos, ella enseguida rodea su cintura con los brazos y él la espalda de ella, la familiaridad que hay entre ellos hace que me sienta realmente incómodo, y unas casi incontrolable ganas de separarlos me abrazan.

-¿Qué haces aquí? – nunca había visto esa sonrisa en Aila, se la nota realmente feliz, apretó mis puños en un intento de controlarme.

-Traigo noticias – la forma en que él la mira... conozco esa mirada, la mira con deseo.

-¡Entonces pasa! – ella lo toma de la mano y comienza a tirar de él, pero yo me pongo en el camino de ambos.

-Él no va a entrar a nuestra manada Aila – digo con voz seria.

-¡Por supuesto que sí! – Aila me frunce el ceño y yo también lo hago.

Una Bruja para el BetaOnde histórias criam vida. Descubra agora