Veintisiete

7.4K 536 27
                                    

            Me encuentro junto a Anoki, ambos recostados en la cama

Oups ! Cette image n'est pas conforme à nos directives de contenu. Afin de continuer la publication, veuillez la retirer ou télécharger une autre image.

            Me encuentro junto a Anoki, ambos recostados en la cama. Recién me había contado la historia de sus padres y el por qué le tenía tanto miedo a tener una mate. Y lo entiendo, realmente lo entiendo. Él no creció viendo el amor de sus padres, las caricias robadas, las risas compartidas. No creció en el mismo ambiente que yo crecí, por el contrario, creció viendo sufrir a su madre, así que claramente lo entiendo. Pero me alegra y mucho que él se haya podido dar cuenta que yo no soy su padre, y que juntos vamos a ser felices.

Suspiro, sabiendo que es mi momento de compartirle mi secreto con Anoki, no puedo no contárselo, es mi mate, y merece saber todo de mí.

-Anoki – le susurro mientras juego con su pelo, él está acostado con su cabeza en mis piernas y levanta su mirada para poder verme mejor – Yo también quiero contarte algo.

-Lo que tú quieras brujita – me dice mientras se levanta y se sienta a mi lado, para prestarme su entera atención, yo le doy una sonrisa de boca cerrada y me aclaro la garganta.

-Yo... Yo no solo quiero que acabemos con el Clan Novikov porque me secuestraron y por todas las atrocidades que hicieron – quedo en silencio por unos segundos, mirando hacia un punto en la pared, intentando contener todas mis emociones – el Conde torturó y mató a mis padres, y me hizo ver todo, sin poder defenderlos – noto como mi voz se quiebra y me muerdo la lengua. Enseguida siento los brazos de Anoki envolver mi cuerpo y llevarme a su pecho – Él... él hizo que les hicieran cosas realmente horribles y yo solo podía suplicar que parasen – mis lágrimas caen en cascadas, y sé que ya no voy a poder parar el llanto, ni todo lo que tengo para decir.

-Tranquila mi brujita, yo estoy acá, estoy contigo – me dice mientras me mece suavemente y me acaricia el pelo y la espalda.

-Ellos... ellos no solo los torturaron físicamente, papá... Oh por Dios – digo al recordar el cuerpo magullado de papá y suelto un sollozo.

-Tranquila cariño, no tienes que decirlo – me susurra.

-Lo necesito – le digo, nunca le he contado a nadie lo que había pasado, las personas que me rodean solo saben que los habían torturado y matado, no cómo lo habían hecho – Los tres teníamos esposas que nos inhibían la magia, los tres estábamos atados en un triángulo, para que podamos ver perfectamente cuando torturaban a uno de nosotros tres. A papá lo golpeaban, una y otra vez, puños, patadas, látigos, cortes con navajas, lo que se te ocurra. A mamá y a mí nos golpeaban con látigos, descubrieron que ellos sufrían más cuando me golpeaban a mí, así que siempre lo hacían, siempre comenzaban golpeándome a mí y cuando ellos tenían su ronda, si aún estaban conscientes volvían a golpearme, para que la tortura continuara – siento los brazos de Anoki apretarme con fuerzas, y noto como se pone tenso, seguro está imaginándose la escena, pero estoy segura que no es nada comparado a lo que realmente fue.

-No van a volver a tocarte, nunca – me asegura – No voy a permitir que se acerquen a ti – vuelve a prometer y yo solo me pego más a su cuerpo.

Una Bruja para el BetaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant