Una Bruja para el Beta

Epílogo

            Estoy putamente nervioso, no puedo parar de caminar de un lado a otro sin parar, vuelvo a pasar una mano por mi cabeza y agradezco el estar casi rapado, de esa forma no puedo despeinarme. Miro hacia un lado y otro, mientras peleo con Malik que quiere tomar el control para poder ir a buscarla.

-¿Dónde demonios está? Estoy seguro que quien está demorando es Aitana – gruño, y escucho la risa de Einar y Otto a mi lado.

-Calma hombre, ni siquiera es la hora – me dice Otto palmeándome la espalda de forma amistosa.

-Y no vuelvas a hablar así de mi mujer, te lo dejo pasar solo porque sé que estás nervioso. ¡Por la Diosa Anoki! Calma tu corazón, se va a salir de tu pecho – gruñe y yo le gruño a él.

-Como si pudiera, ni siquiera entiendo por qué estoy nervioso – me quejo y me desvío de mis amigos para seguir caminando de un lado a otro.

Nos casamos en el bosque, justo donde se llevó a cabo la celebración de la presentación de nuestra Luna, todo estaba muy bellamente decorado, rodeado de flores que las brujas habían hecho. Toda la manada ya se encuentra en el lugar, al igual que los brujos del aquelarre Kanye, también se encuentran algunos vampiros que nos hemos hecho amigos a lo largo de estos meses.

-Woow, soy humana y creo poder oír tu corazón desde aquí.

-¿Dónde está mi brujita? – le pregunto entre dientes a Aitana que acaba de llegar.

-Ya está por venir, debes calmarte lobito, vendrá – me asegura mientras se acerca a Einar para depositar en sus brazos a la pequeña Keila, de tan solo tres meses.

-¿Por qué no vino contigo?

-Porque tiene que hacer su entrada sola Anoki, no conmigo – dice con obviedad.

-¡Joder! ¿Por qué demoran tanto las mujeres? – Gruño mientras vuelvo a pasar mis manos por mi cabeza – ¡Se acabó! La iré a buscar.

-¡Tú no irás a ningún lado Anoki Sallow! – me dice Aitana tomándome por mis hombros, miro hacia abajo para poder enfocar su cara, y me debato entre gruñirle para que me deje ir o empujarla. Pero es mi Luna y no puedo hacer ninguna de las dos cosas, y también puedo sentir la tensión de Einar y Otto detrás de mí, pude sentir como Einar dejó en los brazos de alguien más a Keila.

-Aitana, muévete – le digo con los dientes apretados.

-Mira lobo tonto – me dice dando un paso atrás y poniendo sus manos en su cintura – Aila soñó muchos meses con esto, con su entrada y cómo sonaría la banda mientras ella camina lentamente hacia ti – y señala hacia un rincón donde hay algunos músicos esperando su momento para tocar – Y tú no se la vas a arruinar, ¿me escuchaste?

-Y no está demorando, aún faltan cinco minutos para su entrada – dice Einar colocándose a lado de Aitana, mientras la rodea con un brazo, de forma protectora.