Dieciocho

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            Conozco a Jamil y lo imbécil que puede llegar a ser, por eso solo follábamos y nunca pasó algo más que eso

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            Conozco a Jamil y lo imbécil que puede llegar a ser, por eso solo follábamos y nunca pasó algo más que eso. Pero ver la reacción de Anoki había sido un golpe de aire fresco, que me haya reclamado nuevamente delante de él, sentir sus celos, que me deje tocarlo... Confieso, que, si bien estoy muy enojada con Jamil, estoy disfrutando de la situación y aprovechando lo máximo posible el tocar a Anoki. Me encuentro apoyando mi cabeza en su hombro, con nuestras manos entrelazadas y puedo sentir mi corazón latir con demasiada rapidez.

-Estamos listos para la guerra – dice y enseguida me saca de mi burbuja para hacer que me gire a él, lo miro detalladamente y frunzo mi ceño.

-¿Cómo dices? – lo cuestiona Einar.

-Los aquelarres a los que fuimos a visitar nos apoyan, ya todos están cansados del Clan Novikov, y sobre todo después de lo que le hicieron a... - me tenso en mi lugar y me paro recta en el sillón, noto como mi mano se aprieta aún más a la de Anoki e interrumpo lo que estaba diciendo.

-Bien, todos los aquelarres entonces nos apoyan, eso es fabuloso, ellos han conseguido el apoyo de algunas manadas, así que solamente tenemos que planificar todo y atacar, las personas ya las tenemos – digo y noto como todos me miran, sabiendo que interrumpí lo que sea que iba a decir Jamil, él me miró alzando una ceja y negó con la cabeza, sin decir nada.

-Eh, claro – Einar dice un poco incómodo – Llamaré a las manadas que aceptaron ayudarnos y luego comenzaremos a planear.

-Jamil, ¿Te quedas en la manada? – le pregunta Aitana, y yo pongo los ojos en blanco porque sé la respuesta a eso cuando él me mira.

-Si no es molestia – sonríe de lado.

-Bien, voy a mostrarte tu habitación – dice parándose de su lugar.

-¿Nos acompañas Aila? – me dice de forma sugerente.

-No – Jamil me mira por unos cuantos segundos, para después girar hacia Aitana y seguirla.

-Eh – Einar también se paró de su lugar – Voy a... vamos Otto a llamar a los Alfa – y ambos desaparecieron, hacia el despacho de Einar.

-No vas a dormir bajo el mismo techo que él – me debatí en mi interior si desafiarlo o solo dejar que él haga lo que quiera, y decidí hacer lo segundo.

-¿Y qué propones?

-Vamos – se levanta y tira un poco de mi mano.

-¿A dónde?

-A casa – okey, mi pobre corazoncito, está a punto de estallar y saber que él lo escucha a la perfección solo hace que lata aún más fuerte. Anoki se para antes de abrir la puerta y me mira con el ceño fruncido.

Una Bruja para el BetaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt