Mishap

08

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El Omega pasó despacio sus dedos sobre la nuca ajena, recorriendo los mechones que podían atrapar delicadamente estos. Sus piernas poniéndose cada vez más temblorosas por ese beso que comenzaba a ponerse cada vez más intenso.

Su aroma se intensificó al momento de que el Alfa pasó sus manos sobre su cintura con delicadeza mientras su boca se movía junto a la suya. Sintiendo como se buscaban cada vez con más necesidad, gimió un poco cuando el Alfa mordió su labio.

Sus manos bajaron sobre su espalda, soltando un pequeño jadeo separándose al fin de la boca contraria, sus mejillas estaban demasiado rojas. Mierda, sentía millones de sensaciones en su vientre. Podía sentir muchas cosas en esos instantes mientras subía sus manos delicadamente sobre su cuello.

Pudieron haber llegado hacia algo más.

Si no fuera por aquel tono de ese timbre, hubiesen haber llegado algo más, sus manos subieron despacio sobre su nuca soltando un pequeño suspiro mientras miraba hacia el Alfa, quien miraba de igual manera al otro, sus ojos fueron hacia la puerta, levantándose mientras que el omega bajó sus manos sobre la cama, apretando aquellas sabanas entre sus dedos.

Sus mejillas seguían enrojecidas, mirando al frente un poco cerrando sus ojos unos cuantos segundos.

—Volveré en seguida —El alfa susurra apenas, mirando al pelirrojo, este pasó sus manos a su vientre con cuidado mirándole unos cuantos segundos —No te levantes, —el Alfa se movió un poco y le dio una mirada de nuevo, adorando aquella imagen que era aquella, este tenía sus manos en su estómago con delicadeza además de sus mejillas rojas, su cabello pelirrojo revuelto además de sus labios en ese mismo tono un poco inflamados. —Al menos que no quieras continuar esto.

El Alfa avanzó hasta la puerta, el omega se manos tuvo en en el colchón mirando su estómago, apenas viendo aquella muy diminuta curva.

—Tu papá es tan único —dice bajo a su estómago cerrando sus ojos soltando un suspiro.

Escuchó aquella conversación con el repartidor, después de que se cerrase aquella puerta, sin evitarlo suspira mientras que sus mejillas seguían calientes, mirando el techo.

Al escuchar aquella puerta cerrarse bien, y además de unos cuantos pasos más acercarse abrió sus ojos cm mirando hacia donde estaba el Alfa, mordió su labio inferior con lentitud, subiendo sobre el después de unos cuantos segundos.

—El saber que llevas a nuestro hijo en tu vientre... —El omega pasó despacio su mano por su vientre  hasta su cintura mirandolo fijamente.  —Me pone caliente.

El omega soltó una pequeña risa al sentir que el Alfa besa su cuello y ese pequeña rastro que comenzaba hacerse de barba en su rostro picó en su piel.

—¿Eso acaso es un fetiche extraño? - susurra, sintiendo la lengua ajena en su piel causando un escalofrío en su piel.

—No, no lo es. — mordió su hombro, pasando sus manos por su cintura debajo de su ropa despacio mientras le daba aquella mirada.

—Si claro, y yo soy Virgen.

—Claro —Dice el Alfa besando la boca de su estómago con delicadeza, dejando pequeños besos en aquella zona mientras subía a su pecho. — Esto es parte del espíritu santo. — Una risa más fuerte brotó de su boca, subiendo sus piernas viendo como el hombre subió su mano sobre su cabeza.

Sus labios se unieron de forma lenta, sintiendo ese aroma de las cerezas y esa hierbabuena en la habitación mientras apretaba sus caderas.

El omega subió su pierna sobre la cintura del mayor, un jadeo salió de sus labios cuando el Alfa pasó sus labios sobre el cuello del omega, mordiendo aquella zona, y bajando sobre su pecho, dejando pequeñas lamidas en su pecho.

—Dijiste que empezaban a doler ¿verdad? - el mafioso tocó uno de esos pezones rosados, viendo como comenzaban a tener un ligero abultamiento  muy leve.

—Solo si los presionas—respondió y el Alfa lamió aquel pequeño botón con cuidado, succionando apenas en este mientras pasaba sus manos en sus muslos, apretando estos escuchando aquel gemido del parte del Alfa. —Cuidado — jadea sin aliento. —No quisieras aplastar a tu bebé. —Ríe cuando el hombre se levantó mientras su estómago rozaba con el suyo.

Deslizó sus dedos sobre el pecho del Alfa, comenzando a quitar botón tras botón, viendo aquellos hombros bronceados con pecas además de ese abdomen ser descubierto, sus manos fueron sobre su pecho lentamente posando sus manos a su abdomen despacio.

El mayor pasó su mano sobre su nuca, juntando sus labios de forma lenta, moviendo despacio estos entre cada beso, acarició su mejilla sintiendo como el pelirrojo pasó su mano sobre su antebrazo, cosa que no duró mucho ya que sus manos se entrelazaron, dejandolas sobre su cabeza.

Un pequeño gemido salió de sus labios al sentir aquella presión en su trasero, sintiendo como aquella humedad comenzaba hacerse presente.

Las hormonas estaban presentes en si, haciendo que desease el tener al mayor, sus mejillas tomaron un color enrojecido y sonrió con tranquilidad, acariciando su mejilla con lentitud, viendo como aquellos oscuros ojos se quedaron fijos en los suyos.

—La primera vez — susurra quitando aquellos pantalones con lentitud. — No pude apreciar todo de tí.

El omega se quedó en silencio un largo rato, el sonrojo en sus mejillas de esa manera intensa sonrió sintiendo aquel beso sobre su frente.

Su boca continuó besando su piel, recorriendo delicadamente su cintura hasta que sonrió mirándolo soltando un pequeño suspiro.

Disfrutó del tener aquel calor, ese contacto de su piel chocarse contra otra, sintiendo sus piernas temblar en el momento exacto en que volvieron a unirse de aquella forma, un gemido salió de su garganta de nuevo.

Sus labios estaban entre abiertos, arrugando sus cejas alzando bien sus cejas mientras subía sus piernas a su cintura, siendo cuidadoso con el hizo aquel movimiento con sus caderas, causando que el omega soltara un gemido más fuerte.

Sus labios se juntaron en aquel beso, moviendo lento estos mientras dibujaron después una pequeña sonrisa entre aquellos besos, el pelirrojo subió sus manos a sus antebrazos sintiendo como tomaban su cintura.