09

1K 170 6
                                    

🂩

—Mirate, tan animado que te vez el día de hoy ¿acaso ese Alfa te dió de desayunar? - el Omega se sonroja. — ¡Joder! Que envidia. Ya sabía que no era por la comida por la que con solo cuatro meses estas bien feliz y casi tirando rosas.

Jasper ríe, sentándose con cuidado, podía sentir sus pies un poco adoloridos además de que su espalda se sentía cansada y su pecho de igual forma.

Definitivamente llevar a su cachorro era un reto.

Aurora se sentí frente a el, sonriendo mientras llevaba su mano a su mejilla mirando con atención al embarazado.

—Dime, ¿cuantas veces al días lo hacen? - el  Omega ahogó una carcajada.

—No seas chismosa — el Omega le muestra su lengua jugando, llevando su mano a su vientre mientras veía su computadora, dejó caricias sobre aquella superficie que comenzaba a ser completamente redonda.

—No soy chismosa, soy informativa.

Y ríe el Omega negando rodando sus ojos mientras subía y bajaba sus manos sobre su vientre.

—Las posibles. Solamente las posibles y necesarias que pensemos.

—¿QUÉ?

Y se encogió despacio de hombros mientras seguís mirando su computador, soltando un pequeño suspiro con aquella calma.

—Dijo que hoy iríamos a un lugar.

Sus labios se abultaron despacio soltando un pequeño, muy pequeño suspiro.

—¿Y tu no quieres ir..?

—Claro que si quiero. — Murmura mirándole levemente — Solo me siento nervioso.

Hizo un pequeño piquito con sus labios.

—Supongo que es normal. ¿Qué dices tú? - susurra a su lobo interno y ríe moviendo su cabeza apenas. —Lobito  habla.

El omega se levantó despacio, y su amiga castaña fue trasladado el, se recarga un poco mientras bebe de aquel vaso de agua.

—No. No va hablar, he sentido que me siguen estas semanas. - Su amiga sintió su piel más pálida por aquello — Siento que me vigilan apenas salgo del departamento.










El alfa mantenía la vista atenta hacia el Omega, quien parecía dar un saltito cada vez que veis algo que le gustaba, sin evitarlo una sonrisa se estiró en sus labios al verlo tomar unos pequeños zapatitos.

—¿Te gustan? Puedes tomarlos, puedes tomar todo lo que te guste. — El Omega ríe sonrojado.

—No se cual color usar — Jasper hizo un pequeño puchero.

—Lleva los cuatro.

—Pero.

—Llevalos, anda.

El Omega soltó una risa por aquello  tomando una, solamente una mientras caminaba tranquilo por la gran tienda. Abrió sus ojos de más emocionado por aquellas prendas.

—No se alejen de el. — El mafioso habla hacia aquellos guarda espaldas. — Se cuando me siguen. O siguen a mi Omega.

Su mirada se mantenía al Omega, quien  seguía tomando uno que otro pequeño suéter mientras mantenía aquel rostro emocionado.

Sus ojos bajaron a su abdomen como se notaba claramente ese vientre bajo su ropa, sintiendo su instinto brotar aún más de lo que ya era, sonrió finalmente. Aún sintiendo esa molestia interna, pero no iba a causarle malestar al Omega, no debería además de que se encargaría en secreto.

—¿Estas listo? - El Alfa pasó sus manos a sus hombros, dejando un beso en su cabello. El Omega asintió tranquilo.

Tomó su mano despacio, dejando sólo una pequeña bolsa en su mano, las otras dejandolas aquellos hombres que los seguían, su brazo pasó despacio por su cintura, dejando la palma de su mano sobre su vientre lo miró.

—¿Tienes hambre?

—Tengo sueño, quiero dormir y dormir sobre ti.— El Omega gruñó de aquella forma Mimosa, hundiendo su nariz en su pecho mientras lo abrazaba lento. —Últimamente no puedo dormir bien. — Admitió.

El Alfa pasó su mano en su espalda, acariciando con delicadeza esta, hasta llegar a sus mechones de su cabello y suspira.

—¿Las náuseas?

—Los antojos y... No saber a que lado ponerme. El cachorrito quiere un lugar en específico. Me duele la espalda.

Y el mafioso soltó una risa.

—Estuve... Pensando en algo. — Comienza lento, caminando por el lugar dejando caricias en las manos del Omega.

—¿Y eso es?

—Ir a Italia — responde, dándole una mirada directa segundos después. — Contigo, ir contigo a Italia.

Y el Omega alzó sus cejas.

Sintiendo aquel asombro de esas palabras, también sin saber que decir bien, pasó su mano sobre su cabello dudando un poco, mirándolo después.

—¿Y eso es..?

Jasper lo miró, esperando aquella respuesta, pasando su mano a su vientre, sintiendo su corazón acelerado.

—En un mes tal vez — respondió — quiero que tu y nuestro o nuestra hija estén tranquilos y cómodos en las tierras de Italia.

El Omega en cinta hizo una mueca, mirando hacia algún lado aún pensativo y después río cuando sintió aquel aroma nervioso.

—Acepto, llevanos contigo.

Y aquella sonrisa en el Alfa no se hizo esperar.





Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
MishapWhere stories live. Discover now