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Jasper se sentía ansioso, sus pies se movían con rapidez, su vientre de ocho meses , el cual era demasiado notorio le hacia ver un aspecto demasiado tierno.

Su cabello rojizo se revolvió, durante aquellos meses había crecido lo suficiente para hacerle ver más bonito, sus mejillas rosadas y ese brillo en sus ojos de igual manera.

Sus pies dolian un poco, hasta que vió llegar al mayor con algo a sus espaldas, tenía aquel pantalón que se ajustaba perfectamente a sus piernas y una camisa color vino, las mangas estando a sus antebrazos.

—Hola manzanita - menciona suave, dando pequeños pasos a el y Jasper arruga sus cejas.

—¿Hola? - murmura sintiendo ese beso en sus labios, sacándole una sonrisa y arquea su ceja —¿Qué llevas ahí?

El Omega mordió despacio sus labios mientras que el hombre dejaba besos en sus mejillas y ríe después.

Sabía que los Alfas se volvían extraños en la última estapa del embarazo del Omega que había embarazado, claro (solo si se mantenían en contacto constante) y en ese momento veía aquel Alfa besar sus mejillas, notando ese estado tan mimoso, abrazando su cuerpo y de igual forma marcando su cuerpo con su aroma.

El Omega soltó una risa de nuevo y vió aquellas Rosas finalmente, tomando despacio estas dispuesto a oler estas, pero se detuvo.

Olfateando un poco uno de estos sintiendo ese aroma que conocía.

Chocolate.

Alzó una de esas Rosas y definitivamente, era chocolate  esta vez la risa fue más notoria en el.

—¿Por qué darte rosas que se marchitarán si puedo darte unas de chocolate del cual amas?

Las mejillas del menor se ponen rojas.

Un suave gemido salió de los labios del Omega mientras estiraba su cuello, recibiendo aquel gruñido en su cuello mientras dejaba caricias en su espalda y ríe.

—Tan lindo - soltó — me fascinas.

Y el Omega se sonroja más, sintiendo un último beso en su cuello, dejando una pequeña mordida en el proceso mientras dejaba caricias en los hombros musculosos contrarios.

—Aquí, - susurra dejando un beso en la glándula de aroma — estará mi marca.

Sus ojos le miraron con aquel brillo acurrucandose.

Aquellos brazos lo rodearon completamente mientras tenía sus ojos cerrados abrazando su cuerpo, sintiéndose pequeño entre sus brazos mientras dejaba caricias en sus mejillas.

El Alfa llevó sus manos a sus muslos, dejando caricias en estos. Subiendo despacio a sus caderas, y finalmente tocando el vientre de su Omega, sintiendo a su pequeña hija moverse.

Y eso le hizo soltar una pequeña sonrisa en su boca, dejando caricias en la piel de su pareja, escuchando un sonido de su boca finalmente.

— ¿Ya pensaste en algún nombre? - la voz de su Omega salió e hizo un pequeño sonido con su garganta.

—Ujum. . . Si, si lo hice.

—Dime, quiero saber.

—Stella — respondió, dejando caricias en su cintura y el Omega sonrió feliz, sentándose un poco.

—Me encanta — Asintió un poco, mientras dejaba caricias en su vientre, recibiendo aquel movimiento.  —Y al parecer a ella igual.

Y el Alfa sonrió un poco separándose lento de el.

—Ven.

El Omega arruga sus cejas un poco, dejando caricias en su vientre asintiendo.



Había un lugar favorito para el, y ese era el jardín, era sin duda un lugar bastante bonito.

Habían muchas flores, era grande y con varios árboles además de unas fuentes y una que otra banca.

Sabía que a su bebé le encantaría correr en el jardín en el futuro.

Sus ojos miraron el cielo, viendo este de forma atenta, aquella Luna era linda desde ese lugar, llevando sus manos a su estómago bajando la mirada después mientras veía aquella mesa.

Estaba adornada.

Habían velas y varias cosas más.

Sus ojitos brillaron de una forma única, mordiendo sus labios de forma lenta y recibió las manos del Alfa.

Lo ayudó a sentarse mientras dejaba caricias en sus manos aún, esa sonrisa fue clara en su boca mientras  mordía después sus labios, teniendo su vientre un poco pegado a la mesa y ríe bajito.

—Que romántico - susurra con lentitud.

Y el Alfa sonrió de forma ladina.

—Yo siempre seré romántico.

El Alfa se arrodilló dejando pequeños besos en sus labios, mientras que el Omega le miró con atención.

—Estoy enamorado de ti sin duda alguna - susurra — eres el ser más perfecto que pudo haber existido en el mundo, eres la persona con la que quiero permanecer a mi lado, te convertiste en mi vida, bueno - ríe bajo tocando su vientre — tu y nuestra hija se convirtieron en mi vida — volvió a dejar un pequeño beso en sus labios ,—Estoy dispuesto a vivir a tu lado, puedo morir incluso por ustedes dos, me enamore de ti, cada parte de ti, todo de ti, desde como arrugas la nariz, hasta donde te molesta que pellizque tu mejillita- el Omega se sonroja — Jas, cariño, mi tierna manzanita ¿te casarias conmigo cariño?

El Omega soltó una risa suave, acercando su rostro al contrario asintiendo.

—Si, si quiero - susurra — ¡Si quiero! - aquel brillo en su mirada estuvo presente, recibiendo aquel abrazó, dando una pequeña vuelta.

—Malditas Vegas, te amo con mi vida - soltó el Alfa causando que el Omega soltase una pequeña risa dejando besos en sus mejillas y boca.

El Omega dejó caricias en sus hombros sintiendo aquella forma en que el mayor lo cargaba despacio, lo suficiente mientras dejaba caricias en su espalda, cuidando de no aplastar su estómago.

Sus ojos seguían mirándose.

—Mío, mío - susurra el mayor — mi Omega y mi cachorrita — soltó en su piel, dejando caricias en su espalda y el Omega se acurruca.

—Somos solo tuyos.






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MishapOù les histoires vivent. Découvrez maintenant