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Jasper parecía estar arrepintiendo en ese momento, sus ojos estaban apretados un poco mientras temblaba un poco, sus labios permanecían entre abiertos, sus mejillas de igual forma se pusieron rojas y su cabello se pegó a su frente.

¿Por qué fue a las Vegas?

¿Por qué no chillaba el Alfa a su lado?

Le dió un golpe completamente agitado, llevaba ya varias horas de esa forma y sin duda le estaba doliendo, joder que si.

—¡Alessandro Lombardi! - chilló en furia — ¡Te odio! ¡Te aborrezco! - gritó de nuevo y gimió de nuevo al sentir otra contracción.

El Alfa se sobresaltó.

El Omega lo miró y tembló después mientras se acercaba a el, dejando sus manos sobre las manos del Omega, quien le dió un golpe en su pecho.

Solloza bajito envuelto un poco en esa sabana, sintiéndose tan cansado de igual forma mientras miraba un poco al Alfa, apretando delicadamente su pecho mientras soltaba un pequeño suspiro.

Quería un parto en casa, se llevó había repetido al mayor varias veces en los últimos meses y ahora se sentía que se iba a morir.

Sus cejas se volvieron arrugar jadeando mientras tocaba su estómago, sus mejillas estaban calientes debido al calor y esfuerzo que tenía.

—¿Por qué quise esto? - el Alfa abrió un poco su boca para hablar — no digas nada.

Al principio fue tranquilo.

Pero al final fue un dolor que empezaba a realmente no soportar tanto.

Solloza bajito, sabía que los Omega podían adaptar su cuerpo para tener a sus crías, y sabía que su cuerpo estuvo todo ese tiempo adaptándose para tener a su hija.

—Stella, solo por que te amo estoy soportando esto — susurra con sus piernas temblando y gritó bajo aferrándose al Alfa.

Su corazón latía fuerte.

Mordió despacio sus labios mientras tenía sus piernas abiertas, sintiendo su respiración forzada mirando aquella mujer quien le atendería, sus piernas se tensaron al sentir aquella contracción de nuevo.

Hacia algunas horas antes quería golpear al Alfa, pero justo ahora deseaba que no se separase, solloza bajo sintiendo esas caricias en su cintura.

El dolor era claro, sus ojos estaban apretados y miró al Alfa finalmente dejando caricias en su pecho, y cerro sus ojos escondiéndose en este, jadeó teniendo sus músculos unos segundos.

—Ya casi mi amor - el Alfa susurra algo adolorido por aquel apretón en su cuerpo. 

—No-o... - susurra bajito — n-no puedo — sus manos apretaron su hombro un poco mientras temblaba entre sus brazos, dando aquel empuje suave.

—Si puedes mi amor - el mayor susurra de vuelta de la misma forma y vió al Omega abrir más sus ojos soltando un jadeó.

Lo volvió abrazar con cuidado, dejando pequeñas caricias en su espalda mientras apretaba sus dientes pujando de nuevo mientras apretaba el brazo del Alfa y solloza.

Su mano se mantuvo en su estómago, su piel estaba sudando, y realmente el sentir que el Alfa estaba a su lado le hacia sentir mejor y seguro.

Derramó pequeñas lágrimas y jadeó, apretando su cuerpo con fuerza.

Sintió demasiado irreal el escuchar ese llanto, derramó lágrimas despacio mirando como aquella mujer que los había estado monitoreando envolver aquella bebé entre sus brazos.

Jasper sintió su llanto aumentar más sintiendo aquel beso en su frente y miró al Alfa mientras este sonreía feliz.

—Te amo, te amo demasiado — le susurra con lágrimas en sus ojos de igual forma.

El Omega sonrió con sus ojos húmedos, sorbiendo su nariz despacio .

—Yo te amo también - susurra de vuelta, sintiendo un beso en sus labios, recibiendo a su pequeña hija.

Apenas la miró, pudo sentir enamorarse aún más.

Su piel estaba rojiza debido a que acababa de nacer, pudo ver ese rastro de cabello rojizo en su cabeza, sabía que los bebés no tenían rasgos definidos, pero el sabía que su hija se parecía a su Alfa. Podía jurar que tenía muchas cosas del hombre quien les miraba.

Este parecía llorar en silencio, en una sonrisa en sus labios pasando despacio su brazo sobre el suyo, rodeando despacio a su hija quien parecía más calmada sobre su pecho.

—Es perfecta - el italiano menciona despacio mientras abrazaba a su pequeña familia.

—Stella - Jasper acaricia sus mejillas con delicadeza — mi bonita Stella, mi pequeña adoración  te estuvimos esperando ansiosamente.


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MishapWhere stories live. Discover now