✨EXTRA✨. Bendición.

544 129 93
                                    








- Jefe, por favor firme estos documentos. Nuestro proveedor los necesita urgentemente.

- Claro.- Sonrió con suavidad.- Por cierto, quiero felicitarte por tu compromiso.

- En verdad estoy feliz.- Sonrió con emoción.- Siempre soñé con este momento.

- Eres una buena chica Daiana, sin duda alguna tu prometido se está ganando la lotería.

- No diga esas cosas.- Se sonrojó.- Hace que me avergüence.

- Por cierto...- Sacó de su escritorio una pequeña caja de obsequio.- Esto es para ti, es de parte mía y de Zhan.

- No debieron molestarse.- La tomó en sus manos.- Con sus felicitaciones es más que suficiente.

- Era algo que queríamos hacer, en especial yo. Siempre has sido una buena amiga para mí. Nunca olvidaré cuánto me cuidaste y me acompañaste cuando no podía ver. Sobre todo como me defendidas cuando alguien intentaba burlarse de mi.

- Lo hacía con mucho cariño.- Se mostró conmovida.- Usted siempre ha sido un gran jefe y un excelente amigo. Siempre me trató con respeto y siempre que lo necesitaba estaba allí.

- Era lo mínimo que podía hacer por ti.- Sonrió.

- Como son las cosas de la vida.- Suspiró.- Parece como si fuera ayer que el señor Zhan entró a esta oficina para trabajar con usted.- Soltó una risilla.- Aunque parecía que a usted no le agradaba mire como resultaron las cosas, hoy es su esposo.- Levantó su mano y observó su anillo.- Y yo...ahora también estoy a punto de casarme.- Miró a su alrededor.- Y ahora que lo menciono ¿Donde está el señor Zhan? Es raro no verlo merodeando por acá.- Volvió a sonreír.

- Salió para conseguir algunas cosas que necesitábamos para la casa.

- Entiendo.- Tomó los documentos.- Bueno, ahora me marcho.

- Gracias Daiana.

Yibo se recostó comodamente en su asiento con su vista puesta en el hermoso mural que tenía ante él. Este mural había sido creado por su amado esposo.

Era la imagen de un hermoso y resplandeciente fénix el cual aleteaba alegremente entre bellas mariposas y preciosas peonias. Este mural era tan hermoso y tan realista quien lo veía fijamente podía jurar que la mirada de aquel fénix tenía vida propia.

Se han 2 años y 3 meses desde que ambos se dieron el sí de forma tan repentina. Aunque había sido una decisión apresurada ambos estaban más que seguros de haber dado aquel paso pues muy dentro de ellos una voz les decía que aquella decisión les duraría para siempre.

Era felices, vivían de forma plena y pacífica su amor. Ambos dedicaban su tiempo no sólo a sus responsabilidades sino a ellos mismos, como amantes y como familia.

Las cosas malas habían quedado atrás, fueron guardadas en el cajón del olvido y enviadas a lo más profundo de la memoria a un rincón de donde jamás saldrían. Sus memorias ahora se llenaban de hermosos recuerdos y momentos que juntos construían.

- Justo ahora estaba pensando en ti.- Yibo esbozó una sonrisa mientras llevaba el móvil a su oído.

- ¡Cariño!.- Se escuchaba agitado.

- ¿Que sucede?.- Se levantó de su asiento.- ¿Por qué te escuchas alterado?

- ¡Estoy en el hospital! ¿Podrías venir?

- ¿Que ocurrió?.- Se agitó.- ¿Estás lastimado?

- Ya es tiempo cariño.- Su voz se escuchaba entrecortada y nerviosa.- Ya es tiempo.

The Red Eyes LoverWhere stories live. Discover now