El domador de plantas experto de Interestelar

Capítulo 114: Extra III

Después de que Huo Feng hizo su contrato, deliberadamente le pidió a alguien que arreglara su villa. En el primer piso, a excepción de la cocina, el comedor y la sala de estar, todas las demás habitaciones se abrieron y se convirtieron en un dormitorio exclusivo para la bestia lobo gigante. El dormitorio era grande y estaba equipado con aire acondicionado central, por lo que tenía la temperatura óptima en todo momento. Un cojín blanco como la nieve fue colocado junto a la pared, que era la cama de la bestia lobo gigante.

La esquina derecha opuesta a la cama tenía una puerta grande que se abría al patio trasero de la villa, donde se encontraba una piscina de gran tamaño al aire libre. Huo Feng hizo expandir la piscina y dividirla en dos, por lo que un lado era para él y el otro era solo para la bestia lobo gigante.

Xue Yue se levantó del suave cojín, sacudió su largo y esponjoso pelaje, corrió hacia el otro lado de la pared y se miró en un espejo que ocupaba la mitad de la pared. Se examinó cuidadosamente a sí mismo, mientras giraba su cuerpo en el medio. Su pelaje era suave, sus ojos eran de un hermoso color turquesa, era hermoso y divino. Expresó su satisfacción.

Un pequeño movimiento provino de la sala de estar. Sus orejas peludas y puntiagudas se movieron y salió corriendo como un fantasma.

Huo Feng tomó un par de pantuflas de algodón del zapatero, pero solo pudo cambiar un zapato. Xue Yue lo apretó contra la pared, quien hábilmente se dejó caer en el suelo y luego frotó su cabeza contra él. Huo Feng levantó la mano para bloquearlo, mientras una sonrisa aparecía en su rostro serio, "Xue Yue, no hagas una escena".

Xue Yue infelizmente continuó frotando. "¡No me llevaste contigo cuando saliste!"

Huo Feng se frotó un lado de la cara. "Son solo negocios. No hay peligro. Te acabas de bañar al sol y tu pelaje ni siquiera está seco. Quédense en casa y estén cómodos".

"Hmph". Xue Yue tarareó. "Quiero seguirte. Me prometes. ¡La próxima vez que salgas, si me duermo, debes despertarme!

Huo Feng estaba indefenso, "Está bien, te lo prometo. Muévete del camino."

Xue Yue estaba satisfecho. Se levantó y se retiró a un lado. Huo Feng se cambió los zapatos y luego frotó el costado de su cuello. Casualmente se quitó la chaqueta del traje y la arrojó sobre el sofá, luego se desabrochó el botón superior de su camisa blanca y se quitó la corbata. Se sirvió un vaso de agua, se sentó en el sofá, tomó un sorbo y exhaló suavemente.

Xue Yue se dejó caer detrás del sofá. Sus ojos turquesa parpadearon mientras su cabeza descansaba en el borde del sofá junto al hombro de Huo Feng. "Feng. ¿No eres feliz?

Huo Feng frotó casualmente la gran cabeza de Xue Yue. "No."

Xue Yue inclinó la cabeza con enojo. "Mentiroso. Siento que estás calumniando mi inteligencia. Te lo dije, soy inteligente.

Huo Feng se rió un poco. Rara vez se reía. Su voz era baja y oscura, mientras que su sonrisa era fugaz pero magnética. "Ninguna cosa. Sólo un poco cansado."

La familia Huo era una familia de negocios con un personal numeroso y complejo. Ambos padres murieron temprano, y muchas personas tenían el corazón puesto en tener la compañía. Sin embargo, se hizo cargo de la familia Huo a una edad muy temprana con la ayuda de su abuelo y su abuelo.

Pero quién hubiera pensado que poco después de hacerse cargo de la familia Huo, su abuelo tuvo otro hijo. Su tío pequeño solo tenía ocho años este año.

El papá del tío pequeño era el cuidador de su abuelo, desde hace unos años. Entonces, aunque su abuelo favoreció a su hijo menor, claramente arruinó las cosas importantes. En los últimos dos años, ambos habían sufrido problemas de salud y necesitaban un cuidador más íntimo, y se vieron obligados a mudarse y compartir una propiedad. El abuelo no estuvo de acuerdo firmemente. La familia era un desastre todos los días.