Capítulo 20

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—¡Sabía que lo habías robado! —espetó Draco, mirando desde el anillo, hacia Harry.

—Silencio, Draco —dijo Snape con brusquedad, aunque mantuvo sus ojos firmemente en Harry.

—Yo no lo he robado —Harry pudo sentir que le temblaban las manos y las cerró en puños a los lados.

—¿Cómo llegó aquí? —preguntó Snape, dando un paso hacia Harry y, sin embargo, dejando suficiente espacio entre ellos para que Harry no se sintiera agobiado por su presencia. —Potter, si no lo robaste, ¿Cómo explicas que esté aquí, escondido bajo tus cosas?—.

—¡No lo sé, Snape! —Harry quería, necesitaba, que Snape le creyera, pero no tenía ni idea de cómo podía haber llegado el anillo hasta allí. —¡Probablemente lo plantó allí!—.

El ceño de Snape se frunció y Harry lo reconoció inmediatamente como decepción.

—¡No, no lo hice! Sólo admite, Potter, que lo robaste!—.

—¡Cállate, Malfoy! —le gritó Harry al otro chico.

—Potter, ¿por qué haría eso?—.

Harry se quedó mirando a Snape como si acabara de hacer la pregunta más ridícula.

—¡Para meterme en problemas! —Harry cruzó la habitación a paso de tortuga y se dejó caer en la nueva cama, más pequeña. —¿Y Jenka? —Preguntó de repente. —Ella lo ve todo, ¿verdad? Ella lo sabría. Pregúntale a ella, Snape—.

—¿Una elfa doméstica? —Draco escupió: —¿Vas a creer en la palabra de una ama de casa?—.

—¡Yo prefiero la de ella a la tuya, Malfoy! —Harry lo fulminó con la mirada y luego se volvió hacia Snape. —Por favor, Snape, pregúntale a ella—.

Snape suspiró pero asintió brevemente. —¿Jenka? —Llamó en voz baja.

La pequeña elfa entró en la habitación, pero al retorcer el dobladillo de la sábana que llevaba, mirando entre los tres magos con expresión preocupada, Harry supo que llamarla no había sido la mejor idea.

—S-sí, maestro Snape, señor—.

—Jenka —comenzó Snape, y se agachó para estar a la altura de sus ojos, ignorando la forma en que Draco se mofaba de él por detrás. —¿Viste quién tomó el anillo de Draco esta mañana?—.

Las lágrimas brotaron en los ojos exageradamente grandes de la elfa. —No, amo Snape, señor. Jenka no lo hizo. Jenka estaba en Hogwarts esta mañana y no volvió hasta el desayuno. Jenka lo siente, señor—.

—¡Está bien, Jenka! —Dijo Harry de repente. No soportaba ver a la elfa tan alterada y se arrepentía de haberla puesto en esa situación.

Snape asintió. —Sí, Jenka. Todo está bien—.

—Te dije... —Draco comenzó pero Snape lo cortó.

—Ve y prepárate para la cama, Draco—.

—Pero- —Draco protestó inmediatamente.

—¡Ahora! —Snape apenas se giró para mirar en su dirección mientras gruñía la palabra antes de volverse hacia Jenka.

Draco se marchó enfadado y apenas se resistió a dar un portazo tras de sí. Un momento después oyeron que el agua se abría.

—Gracias, Jenka. Puedes irte —Jenka lanzó una última mirada a Harry antes de desaparecer. Snape suspiró y volvió a levantarse, caminando hasta situarse frente a Harry con los brazos cruzados. Harry no levantó la vista, sino que miró al suelo.

As Potter is to SnapeTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang