Capítulo 50

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Harry observó desde su cama cómo Severus se movía por su habitación, ordenando el escritorio y guardando los libros y la ropa sucia. Harry puso los ojos en blanco.

—No tienes que hacer eso todas las noches, ¿sabes?—.

—Si no lo hago, me temo que al final de la semana seguramente parecerá que ha pasado un trol por aquí—.

Harry se encogió de hombros—Los elfos de la casa se encargan de ello en la torre—.

Severus dirigió una mirada acerada hacia el adolescente—Harry James, más vale que no esperes que los elfos domésticos hagan todo el trabajo por ti. Tienen muchas otras cosas que hacer sin tener que recoger constantemente lo que tú haces—.

—Sólo decía—señaló Harry mientras se impulsaba hasta quedar sentado en la cabecera de su cama.

Severus continuó mirándolo un momento antes de asentir con la cabeza—Pero tienes razón—dijo mientras dejaba caer los zapatos de Harry en el suelo, donde los había dejado—No tengo que hacer esto todas las noches y realmente no debería en primer lugar. Debería ser tu responsabilidad mantener tu habitación limpia y a partir de ahora lo será—.

Harry abrió la boca para asegurarle a Severus que en realidad le parecía perfectamente bien que quisiera limpiar por la noche, pero antes de que pudiera decir una palabra, Severus continuó: —Gracias, Harry, por llamarme la atención. No me había dado cuenta de que en realidad te estaba impidiendo hacer una de tus tareas más importantes. Sobre todo porque eres tú el que recibe la paga cada semana—.

—Genial—murmuró Harry en voz baja mientras estudiaba la parte superior de su manta, perdiéndose por completo a Severus que le sonreía.

Decidiendo que ahora sería un buen momento para cambiar de tema, Harry levantó la vista hacia su tutor y le hizo la pregunta que le había estado rondando por la cabeza durante los últimos dos días—Papá, ¿por qué sigues tan enfadado con tío Remus?—.

—¿Qué te hace pensar que lo estoy?—preguntó Severus.

—No te hablas con él. Ayer se sentó a tu lado en la comida y no dijiste ni una palabra en todo el tiempo. Luego, hoy, ha intentado hablar contigo en el pasillo y te has inventado una excusa sobre que llegabas tarde a una reunión con un alumno, pero luego ni siquiera has ido a tu despacho—.

Severus enarcó una ceja. No se había dado cuenta de lo mucho que Harry le prestaba atención últimamente. Suspiró, no quería discutir esto con Harry, pero tampoco podía mentirle.

—Me ha mentido, Harry—.

Harry se encogió de hombros—¿Y qué? Te he mentido antes y no dejas de hablarme—.

—Eres mi hijo—.

Harry hizo a un lado el impulso de sonreír ante las palabras de Severus y en su lugar intentó una mirada fulminante—Es tu hermano. Deberías perdonarlo—.

—Nadie ha dicho que no le haya perdonado. Simplemente sigo molesto con él. Te puso en peligro al ocultarme información, Harry, y eso no es algo fácil de olvidar—.

—¡Eso no es justo!—argumentó Harry—Yo tenía ese mapa primero, ¿recuerdas? Él me lo quitó. Si no lo hubiera hecho, quizá aún no lo hubieras sabido—.

—Ese no es el punto...—.

—Claro que lo es. Estás haciendo el ridículo. Estás enfadada con Remus por ocultar algo cuando yo te lo oculté en primer lugar. Aunque ya se haya disculpado. Una vez que se disculpa debería hacer las cosas bien de nuevo. Y además, los dos se han peleado y eso debería haber solucionado todo. Ahora deberías estar en paz. Nunca dejarías que Draco y yo estuviéramos tanto tiempo sin hablar—.

As Potter is to SnapeUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum