Capítulo 29

3.4K 378 23
                                    

—Estás muy callado esta mañana —dijo Snape a la mañana siguiente en la mesa del desayuno. Harry asintió. No había dormido muy bien. Había tenido pesadillas casi toda la noche sobre tío Vernon y se había despertado sintiéndose más agotado que antes de acostarse. Le dolía la cabeza y tenía la boca dolorida por haber rechinado los dientes durante la noche.

—Me duele la cabeza —respondió, sabiendo que no serviría de nada fingir delante de Snape. Un momento después, una poción aterrizó con un suave tintineo en la mesa junto a su plato. —Snape...—.

—Tómala —interrumpió Snape —y no te quejes—.

Harry puso los ojos en blanco y se llevó la poción a los labios sin discutir, notando enseguida que sabía a fresas.

—No siempre tienes que darles sabor por mí, sabes —dijo mientras dejaba el frasco de nuevo sobre la mesa —no soy un niño pequeño—.

Snape tomó un sorbo de su café. —Lo recordaré la próxima vez que te enfrentes a mí por tomar uno —Señaló entonces la poción nutritiva que Harry había estado ignorando hasta ahora. —Bébete eso también. Sé que no las has estado tomando por las mañanas como se supone que debes hacerlo—.

—¿Cómo lo sabes?—.

—Le pregunté a Jenka. Ella dijo que ha estado sin tocar todos los días de esta semana. Sabes que si no la tomas, Madam Pomfrey tendrá bastante que decir al respecto—.

Harry no contestó, pero bebió un trago de la poción con sabor a vainilla antes de volver a prestar atención a sus huevos. Estuvieron en silencio durante otro largo momento antes de que Harry volviera a hablar.

—¿Snape?—.

—¿Hmm? —Snape estaba leyendo el periódico de nuevo y Harry se dio cuenta de que la primera página todavía tenía la foto de Sirius Black. Apartó la mirada mientras preguntaba,—¿En qué se ha convertido tu boggart?—.

Snape pasó la página del periódico con la suficiente fuerza como para hacer un sonido de chasquido. —No es Neville Longbottom, si es que se trata de eso—.

Harry tosió en un intento de ocultar la risa que se le escapó. Sin embargo, controló sus rasgos rápidamente cuando Snape lo miró por encima del papel. —No es eso. Sin embargo, sabía que te enfadarías por eso. El profesor Lupin era muy bueno para ayudar a todos a aprender a convertir sus miedos en algo divertido—.

—Sí —dijo Snape con sorna —siempre ha sido un manojo de risas—.

Harry volvió a sonreír —¿Lo conocías bien antes de venir aquí? Has dicho que sabe lo de Dumbledore y McGonagall. Más o menos actúa como si te conociera, y dice que fuisteis juntos a Hogwarts, pero cuando le pregunté, me dijo que no te conocía tanto como hubiera querido—.

—Me imagino que sí —respondió Snape sin levantar la vista de su papel. Sin embargo, cuando Harry no dijo nada más, dejó el papel con un suspiro. —Sí, conocí al profesor Lupin en el colegio. Pero no, no muy bien. Se enteró de la adopción en algún momento de nuestro quinto año y después de eso, nos volvimos... no sé, menos que enemigos —Se cortó con otro suspiro—Es todo muy complicado, Harry, y realmente no es mi historia para contar—.

Harry empujó su comida en el plato hasta que finalmente, Snape hizo desaparecer todo excepto su poción nutritiva y su propio café.

—Supongo que no tengo mucha hambre —admitió Harry mientras pasaba el dedo por el borde de su vaso antes de dar otro trago.

—Obviamente —respondió Snape. —¿Creía que estábamos hablando de Boggarts? En qué se convirtió el tuyo?—.

—Yo te pregunté primero —dijo Harry rápidamente.

As Potter is to SnapeOnde histórias criam vida. Descubra agora