𝒞𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁𝑜 11;

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𝒢𝓎𝑒𝑜𝓃𝑔-𝒽𝓊𝒾

Jeon Jungkook sin dudas sabía como hacer que alguien se pusiera nervioso. Tenía oficialmente tres días instalada en el puesto que había hecho para mi en su empresa, sin embargo no lo había visto para nada, según los rumores se fue de viaje de negocio y no volvería hasta el fin de semana.

Estos días me he encontrado con personas verdaderamente agradables, por ejemplo Gene, una chica mitad Coreana mitad Japonesa que se encargaba de presentar los anuncios del día a la oficina central, fue amable desde el primer minuto y casi siempre venía a comer pasteles y me traía una bebida. Los porteros también eran amables y casi siempre pasaban a preguntar si necesitaba ayuda cuando me veían muy ajetreada sirviendo los pasteles, además se me había encargado hacer postres para uno de los hoteles de Seúl.

Conforme los días pasaban, mis ansias de verlo aumentaban, cada vez había una partícula más de mi cuerpo que anhelaba verlo y hablar con él, bueno, en el caso de que lo permitiera porque sin duda era alguien de pocas palabras. Mi cuerpo lo ansiaba y en una de esas noches, mientras estaba sola en mi habitación y necesitaba de su toque, sentía la necesidad de ocuparme yo misma de la situación, pero mis manos no eran nada parecidas a las suyas y mis dedos no eran igual de largos que los de él, y eso era un problema, se suponía que no debía sentir estas cosas por él pero cuanto más me reprimia para no pensarlo, peor era porque evidentemente tenía la necesidad de él.

La hora de la merienda ya estaba por acabar y habían pocas personas por el pasillo, unos tomaban café y otros simplemente usaban su celular. Una mujer alta y de cabello oscuro, con cuestionable sentido de la moda se acercó a mi. Sabía que trabajaba en el área de Jungkook y que de hecho era la única persona por aquí que manejaba información referente a él, que además de eso muchos parecían temerle porque era estrictamente seria. Yo no sabía de ella y apenas ayer había escuchado que su nombre era Lia.

— ¿Me das una dona? — escuchar la manera en la que lo pidió me hizo confirmar que ella de hecho era de pocos amigos — Sin baño.

— No tengo de esas — respondí viéndola fijamente — Él cartel lo dice claro.

Ella rodó los ojos y dio un sorbo a su café.

— Deberías agregar, a Jungkook no le gustan con nada arriba — me dio una mirada despectiva.

Evidentemente ella lo conocía muy bien y eso de alguna manera le daba el derecho de decir que era lo mejor para él y probablemente sabía sus gustos.

— Cuando él esté aquí me aseguraré de que hayan en inventario — respondí. Ella me dio una sonrisa ladina.

— Estás muy equivocada, Gyeong-hui — me dijo con burla — Demasiado diría yo. Piensas que Jungkook es uno de esos hombres con los que seguramente ests acostumbrada a dormir, pero te equivocas.

— Tú no me conoces — rodé los ojos y tomé una toalla de papel para limpiar las migas que habían en la barra.

— Y tú no conoces a Jungkook. Él no hace este tipo de cosas con ninguna mujer, créeme, he estado en su vida por muchos años y jamás lo he visto salir con nadie, se que estas aquí porque eres quien le calienta las sábanas por los momentos, pero me gustaría decirte que te estas equivocando — ella dijo eso con tanta rranqyilidad que hizo que mis nervios se activaran en un instante.

— No sabes nada de nosotros...

— No existe un "nosotros", tienes que ser muy tonta para no verlo — rodó los ojos — Juega contigo como lo hace con cada una. ¿Nunca has visto que es lo que pasa cuando pones una manzana podrida en medio de cien buenas?

𝓛𝓸𝓿𝓮 𝓐𝓯𝓯𝓪𝓲𝓻 |𝒥𝑒𝑜𝓃 𝒥𝓊𝓃𝑔𝓀𝑜𝑜𝓀Where stories live. Discover now