𝒞𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁𝑜 25;

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𝒢𝓎𝑒𝑜𝓃𝑔-𝒽𝓊𝒾

Era ya casi invierno, cada día solía ser frío, aunque aveces la temperatura confundía ya se sabía que a finales de octubre el frío era lo que contagiaba a todos. Sin embargo, así como el calor se fue y vino el helado primer plano del invierno, una tristeza se marcho y empezó un nuevo capítulo de "que bueno que no estoy con él" aún habían cosas que pesaban en mi interior, pero cada vez que un recuerdo de esos que te rompen el alma empezaba a venir, mi mente lo aislaba. Aún no podía decir con certeza que había sanado por completo, no puedo afirmar eso ya que algunas noches aún pensaba en él.

Si lo miraba desde otra perspectiva, con Jinhyuk jamás me pasó eso. Después de su traición lo único que hice fue borrarlo de mi cabeza, y me sirvió mucho. Pero no podía borrar de una vez el recuerdo de Jungkook.

A pesar de todo las cosas en mi vida funcionaban completamente bien. Jimin estaba a mi lado incondicionalmente y se encargaba de hacerme sentir tranquila. Era un ser mágico, demasiado dulce y caballeroso. Siempre me contaba sus historias de la vida en París, algunas veces me sorprendía al mencionar ciertas mezclas de su destino con el mío. Se le daban bien muchas cosas. Cantaba maravilloso y tocaba la guitarra. También era bueno en la cocina y sabía jugar ajedrez. Yo lo intenté sin embargo perdí muchas veces.

Me convenció de dejarme pintar...

Jimin era bueno persuadiendo personas, con su natural encanto y sus palabras suaves logró hacer que yo considerase la idea de posar para él, aún no me había dicho las condiciones en las que lo haría pero ya le había dado mi palabra, además, sus ojos destellaron como miles de luciérnagas cuando acepté su propuesta. Aún no muy segura, por la tarde decidí dirigirme a su casa para proceder con el bendito cuadro, dudaba mucho que fuera a ser una pieza para su exposición aquí en Seúl y aun si lo fuera, no estaba completamente entusiasmada de si lo quería de esa manera. Todo mundo podía verla, talvez me sentiría mejor si llegara a caer en manos seguras.

Toqué la puerta de su apartamento. Jimin evidentemente tenía dinero, lo había notado por la manera tan lujosa en la que vestía, así que su apartamento no era menos modesto. A los pocos segundo de haber tocado Jimin salió y me dio esa hermosa sonrisa que aveces me hacía cuestionar cosas en mi vida.

— Te estaba esperando — me dijo con el tono amable que acostumbraba conmigo. Se hizo a un lado de la puerta y me dio chance para pasar.

— Traje pastel de mango — le dije sonriendo — Tu favorito.

Su cara se tornó seria y cerró la puerta sin decir nada.

— Es broma, Jimin. No te gusta el mango — abrió la boca en una pequeña "o" y después sonrió — En realidad es de fresa. También traje vino.

— Excelente. ¿Estás lista? — preguntó emocionado. Su rostro estaba demasiado destellado por la euforia. Sabía que pintar lo llenaba de felicidad.

— Sí. Si no, no estaría aquí — él sonrió aún más ampliamente.

— Eso es fantástico. He preparado el set — me ayudó a quitarme mi abrigo y tomó las cosas que tenía en la mano — He preparado un ambiente que hará sentirte cómoda.

— Me siento cómoda — le dije.

— Vamos — empezó a caminar y le seguí.

Me llevó hasta el pequeño cuarto donde tenía su estudio improvisado. Él me había hablado un poco de su verdadero estudio en París, me mostró fotos y puedo decir que era tan grande como todo su piso aquí en Seúl. Esta pequeña habitación, sin embargo, era increíble. La luz tenue y todos los trozos de tela que había en el fondo oara crear ambiente no hicieron más que emocionarme.

𝓛𝓸𝓿𝓮 𝓐𝓯𝓯𝓪𝓲𝓻 |𝒥𝑒𝑜𝓃 𝒥𝓊𝓃𝑔𝓀𝑜𝑜𝓀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora