IV - Neptuno ( Original Luo BingHe x Shen Jiu)

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El tridente de Neptuno. 

En las profundidades del océano se ha hablado por cientos de años de la soberana arma, perteneciente al más poderoso rey de los mares: Neptuno. 

Quién la poseyera, podría domar cada gota del océano, controlar a las criaturas y hacerse soberano de los 7 mares. 

Luo BingHe era un tritón que había conquistado casi todo el mar, se jactaba de su inagotable poder. Había pasado poco tiempo en el que consiguió todas las piezas del rompecabezas que lo llevaría a descubrir el antiguo palacio del rey Neptuno. Ahí, entre sus tesoros en su cripta encontraría el tridente del cual se apoderaría de todo. 

En las negras profundidades, pero cristalinas, se aventuró a buscar aquella reliquia. A su lado lo acompañaba un tritón en artes mágicas, su amante: Shen Jiu. Sin embargo, como cualquier otro tesoro escondido todo tenía un costo. Uno alto, por que el poder cuesta. 

Shen Jiu cayó en una trapa, siento atrapado por lazos de magia que lo aprisionaron contra una matriz mágica en el suelo rocoso de la antigua estructura. 

BingHe volteó ferozmente su semblante, iría a ayudarlo. Pero con el rostro molesto e indignado.

—¡No vengas, idiota! Ve y consigue ese maldito tridente—gritó con la voz desgarrada, tratando de no hacer que se acercara. Podía notar que la trampa quería derrumbar el palacio. Habían llegado hasta aquí para obtenerlo, ver a BingHe apoderarse de todo era parte de su sueño. Lo amaba, y el apoyaba cada sueño de aquél conquistador. BingHe nació para regir los mares.  

Su amor nació de la frígida relación contenida en veneno, dos personas opuestas pero inyectadas de ego. sus infancias carentes y heladas les destruyeron, la amargura los carcomió, podían entender el filo de sus extrañas carencias emocionales. Se fusionaron en un par perfecto. No solo era que Shen Jiu sentía que Luo BingHe lo complementaba. Era también que tenían el mismo anhelo, y a toda costa, incluso de su vida, quería que su amado lo lograra. Por aquella renuncia era su más grande muestra de amor. 

Luo BingHe apretó los puños. El océano que anhelaban conquistar pronto estaría en las palmas de sus manos. Cuando él contó de su plan al semblante desinteresado de Shen Jiu no pensó que lo apoyaría, pero a cambio le siguió, entregando no solo su lealtad sino sus sueños. Luo bingHe soñaba con gobernar los 7 mares junto a Shen Jiu. ¿Sin él valdría la pena?

—¡Qué esperas! Ve—rugió de nuevo. 

Luo bingHe cerró sus puños y se apresuró a seguir la corriente por el tridente. 

Sabía que Shen Jiu se estaba sacrificando por su reinado. 

Habían hablado antes de ello, antes de ser amantes fueron enemigos, después compañeros y ahora entonces, ¿Por qué estaba llorando? sus ojos burbujearon en las turbulentas ondas. 

viendo que todo pronto iba a colapsar tomó una decisión. 

A Shen Jiu le dolía el pecho, pero estaba satisfecho. 

Si BingHe lo lograba, sería por los dos, entonces todo no fue en vano. Cerró sus ojos mientras que aquella magia comprimía mas su cuerpo contra el suelo. De pronto, su piel se sintió libre. De golpe, abrió sus ojos, y se encontró con dos pozos de fuego mirándolo con amor. El pecho de Shen Jiu se estrujó hacia el abismo. 

Luo bingHe tomó su cuerpo y lo acomodó entre sus brazos. Nadó lo más rápido que pudo, azotando su aleta carmín lo más fuere que pudo para sacarlo de aquél palacio. Estando a salvo, no soltó al tritón de cola esmeralda en sus brazos. 

impactado, Shen Jiu le miraba aterrorizado.—¿Qué has hecho? 

Luo BingHe sin perder su heroico semblante solo le miró. 

—¡Lo perdiste!—gritó— ¡todo se vino abajo! ¿¡Cómo conquistarás los 7 mares sin el tridente de neptuno!? ¿eres idiota?—Parecía que su voz se quebraba aún más. indigno, se sentía indigno y poco merecedor. él no podía ser más valioso que la arma ancestral. 

Luo BingHe detectó el tono perturbado y lamentable en su sirena. —No lo necesito. 

—¡No seas pretencioso! Hasta tú necestarías de—

—Tengo a Shen Jiu. Me gustaría ver que alguien pueda aponerse al filo de sus palabras. 

Su rojo se volvió cálido el atardecer. —¡Eres un!

Luo BingHe sonrió victorioso.—No podría conquistar el mundo sin ti, el tridente de Neptuno no lo vale si no estas a mi lado para ganarlo todo.

Algo dentro de Shen Jiu se quebró, su rostro era solemne en ese momento. —Tonto.—dijo mientras hundía su rostro en el monumental torso de Luo BingHe. —Que se jodan a Neptuno, entonces. 

Luo BingHe rio y apretó más a Shen Jiu contra su cuerpo. Lo tomarían todo, incluso a ellos mismos. 

*

Notas de autor: Tarde pero seguro. xd

Leyendas del marWhere stories live. Discover now