XVII- Colmillos (Original Luo BingHe x Shen Jiu)

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Todos pensarían que una sirena de los abismos mitad demonio, mitad pez sería una bestia. 

Cola enorme, escamas filosas que si se caen pudieras utilizar como cuchillos. Pequeños colmillos que te desgarrarían la carne, uñas afiladas que cortarían la piel con facilidad creando finos hilos de sangre, ojos rojos que iluminan como luz en la oscuridad pero al mismo tiempo poseedores de una belleza oscura digna de quedarse allí mismo: En los abismos. 

Luo BingHe era el tritón de aquél tipo. Temido injustamente por su apariencia y sangre demoniaca. 

Pero nadie sospechaba de su tritón que siempre estaba con él aun lado. Un tritón de jade. Así les decían a los cola de pez que provenían de un valle de algas espesas y altas. cualquiera que fuera allí se perdería y nunca saldría. Ciertamente, aquél lugar protegidos por el poderoso quelpo era como un laberinto, pero lo que nadie sabía que era que las sirenas de aquél lugar, bellas como el jade, de cola verde como esta misma, no solo eran hipnóticas por su clase exótica. Ni por sus pares de gemas que creaban vergüenza a cualquier que los mirara a los ojos, no. Nadie sabía que aquella especie de sirena se alimentaban de carne y sangre. 

Shen Jiu el tritón de jade encontró a Luo BingHe cuando era joven, más adolescente, más inocente. Al final el ser carnívoro no tuvo valor para alimentarse de él, pero a partir de entonces estaban juntos, sin embargo, tenía que alimentarse tarde o temprano. 

Eso los llevó a aquella situación:

Ojos de fénix se posaron contra la piel de su oponente. Parecía inerte, no se movía, solo estaba escaneando cínicamente el cuello de su presa. Blanco, delicioso, lujurioso. Shen Jiu era experto en la casa, le gustaba la carne blanda y la sangre jugosa y especial. 

— Mi amada sirena parecía estar muy hambrienta—Luo BingHe, con una sonrisa ladina, juguetona e impaciente espera respuesta de Shen Jiu, quien en lo absoluto: no se inmuta. 

Después de unos segundos finalmente da un bufido, entonces satisfecho: sonríe. Abre un poco más la boca, de manera delicada, no tan obsceno. Sus colmillos se ven filosos, blancos como perlas, filosos como el coral. 

Posa sus manos blancas con unas largas y finas en los hombros toscos, bronceados y bien formados de músculo de Luo BingHe. Se apodera de él; diciendo que es suyo en la fuerza que pone en su apretad. 

Luo BingHe se siente caliente, él es responsable de la sana alimentación de su ser amado. Sabe que hay dos alternativas, ellos escogieron la segunda: la sangre. 

Ladeo su cuello, balanceando su cabellera negra en al agua. A BingHe le encanta ese espectáculo, él también quiere atacar ese blanquecino cuello. Hacerlo suyo y marcarlo. Pero es paciente, aún así no evita calentarse cuando Shen Jiu posa sus suaves labios sobre su cuello y después como el gancho de pescador, ataca su cuello. 

Cosquillea, su interior cosquillea mientras siente como su sirena absorbe su sangre. 

Shen Jiu termina y se relame los labios, extasiado, satisfecho, alimentado. 

Cuando sus orbes de esmeralda chocan con las rubí de fuego sonríe, ve la lujuriosa sonrisa en el rostro de su pareja.

Era tiempo del segundo plato. 

*

Notas de autor: No sé por que me siento en la necesidad de explicar que: no, no se comieron literalmente entre esos dos. Shen Jiu es más como una sirena mitad vampiro, y solo se alimenta de la sangre de BingHe. Al final cogen y pos eso. 

Leyendas del marWhere stories live. Discover now