XXII- Perlas (Tianlang jun x Shen QingQiu)

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Advertencias de contenido: Secuestro, cautiverio, Síndrome de Estocolmo, consentimiento ambiguo, noncon ímplicito, mad love, Love makes you crazy. 

Este capítulo maneja un género más: Terror psicológico y dark romance. 

Tampoco hay una penalización por las acciones, entonces, proceder con cuidado. Realmente estos capítulos no son muy largos o explícitos, pero aún así aunque sean 100 palabras no quiero que se arriesguen a leer algo que no es de su agrado o les produzca algún malestar cómo ansiedad o algo por el estilo. Entonces aunque sea leve prefiero avisar :) 

¡El Shen QingQiu es Shen Yuan!

*

La celda estaba helada. 

Shen QingQiu había perdido la cuenta de cuánto tiempo había pasado en aquella celda. 

No importaba cuanto se abrazara a sí mismo, y reposara su rostro en las escamas de su cola, las corrientes de agua siempre eran las mismas. El brillo de su cola había desaparecido. Ahora sus escamas eran de un verde opaco parecido al sargazo, cuándo antes eran de un bonito tono claro y reluciente. Probablemente también su piel blanca ya no tenía acentos saludables color durazno que lo hacían parecer sano y feliz. Tal vez ahora solo parecía enfermo, muerto. 

¿Se habría vuelto de sangre fría?

¿Tianlang volvería pronto?

Ah...Tianlang.

Ese nombre al inicio le pareció fascinante. 

Ahora ya no podía pronunciarlo igual. 

aun recordaba el día que lo conoció, aquella memoria era tan clara como el agua cristalina de la superficie. Aquél suceso siempre vivía en su mente, se repetía como remolinos en su mente inconsciente cuando dormía. No tenía escapatoria. 

El rostro marcado y hermoso del hombre capturó su atención de inmediato. Tianlang era un noble más grande que él, su atractivo maduro era imposible de superar. Su mandíbula era cuadrada, bien marcada y hostil, aunque su mirada, a pesar que  era afilada podía encontrar encanto y calidez. Era magnético, ¿Cómo acaso podía ser tan intimidante y hechizante al mismo tiempo? 

La primera vez que lo miró a los ojos supo que jamás podría ver la luz del las estrellas igual. Pero nada se comparó a cuando le sonrió por primera vez, o cuando posó sus labios en el dorso de su mano al saludarlo. 

Para un tritón más joven, pequeño a comparación del otro que ni músculos tenía en su pecho y brazos, el tener a una presencia como Tianlang Jun frente a él, mirándolo de esa manera, era un sueño del cuál no querría despertar. Es decir, ¿Si tuvieras a uno de los tritones más guapos, carismáticos y gentiles de los sietes mares frente a ti lo rechazarías? Probablemente no. 

Shen QingQiu era un tritón joven, agraciado, una belleza en ascenso que se convertía en una gema del mar. Probablemente Tianlang Jun lo vio también. Por que él tampoco lo quiso soltar después de ver el lucero de sus ojos. La mirada de Shen QingQiu aún era joven, curiosa, aún le faltaba mares que explorar. Esa inocencia le empalagaba la boca, lo hacía desear. 

Cada vez que lo miraba a los ojos o sonreía, sus regordetas mejillas se teñían de carmín. Oh...Neptuno, qué hermoso color cuál sangre. 

La cola con escamas que parecían esmeraldas como sus ojos, y el cabello liso flotante que lucían tan grácil como las algas bailando bajo el mar. 

Shen QingQiu estaba por encima de la especie. 

En el momento que tocó las suaves y blancas manos de Shen QingQiu su corazón dio un brincó contrayendo su estómago por completo. Las manos de Shen QingQiu no solo eran perfectas, eras refinadas, podías dibujar mapas cuando veías las arrugas de su palma y sus venas. Sus uñas eran blancas y un poco rosadas como conchas de mar. Quería sostenerlas por siempre

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