Capitulo 4

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Evie.

Habían pasado varios días desde la última vez que había visto a mis amigos, de hecho estaba centrada en mi nuevo año escolar. Con Amelia había ido de compras y ella me compró libros, una nueva mochila y todo lo necesario para empezar el curso.  Ella quería que me sintiera cómoda con mi nuevo inicio, pero la verdad, habría estado más cómoda si mi instituto fuera el antiguo, con mis amigos y mis ex compañeros de clase.

Ahora mismo estoy tumbada sobre la cama mirando al techo, aún queda media hora para que suene la alarma, pero una vez que despierto no puedo volver a dormirme tan fácilmente. Realmente estoy muy nerviosa. Cómo estoy harta de estar tumbada mirando hacia la nada decido darme una ducha para despejarme y alistarme aunque después me vaya a sobrar tiempo. Una vez lista bajo hasta la cocina y el desayuno está hecho por una empleada que comenzó justo ayer a trabajar en la casa para Amelia.

—Buenos días, señorita. —Dice de manera cortés y después abandona la habitación.

Me río levemente porque me hace bastante gracia como la gente se comporta cuando trabaja para una familia adinerada.

Sin darme cuenta Amelia y Asher entrar en la habitación y se sientan a mi lado, y eso hace que salga de mis pensamientos.

—Buenos días. —Les digo a ambos y ellos me devuelven el saludo.

—¿Estáis listos para vuestro primer día? —Nos pregunta Amelia y ambos le decimos un sí al unísono. —Muy bien. Hijo, quiero que cuides de Evie ¿si?

—Que si mamá, me lo dijiste treinta veces. —Dice Asher en modo de queja mientras come cereales.

—Tranquila, estaré bien.

—Lo sé Evie, pero quiero que no te ocurra nada malo. —Me dice Amelia de manera muy reconfortante y yo le devuelvo la sonrisa.

—Oh, hijo, espero que tu también empieces bien el curso. —Dice Asher en un tono burlón que en verdad no hace nada de gracia.

—Me imitas fatal, hijo.

—Yo creo que lo he clavado.

Tras el desayuno, Amelia nos lleva hasta el instituto, a pesar de estar a unos 20 minutos a pie, nos lleva porque la pilla de paso hacia su trabajo.

Nada más llegar, Amelia aparca a pocos metros del recinto. De cerca parece más grande de lo que creía.

—Cuídense chicos, y Ash, no te saltes las clases. —Le dice en un tono serio, típico de madre.

—No, mamá... —Bufa. —Me tratas como un niño.

Yo simplemente río y después terminamos despidiéndonos de ella. Caminamos hacia el interior del recinto, pasando por los jardines. Muchos estudiantes caminan en la misma dirección que nosotros, hacia el interior del edificio principal. Una vez dentro Asher ve un grupo de gente, y se acerca a saludarlos.

—Hey, que pasa colega. —Le dice un chico moreno.

—Hey, Kelce. ¿Como te ha ido el verano?

Ellos hablan mientras me quedo a una distancia prudencial observando todo. El suelo es de mármol y las paredes están decoradas por altas columnas que resaltan que estamos en un edificio histórico, y por supuesto bien mantenido, a base de dinero. La gente por su parte camina despreocupada, o se encuentra con compañeros y se saluda, mientras que los de primer año se ven igual de perdidos que yo.

Noto como las primeras miradas se posan en mi, un par de chicas me miran y comienzan a murmurar sin disimular a penas mientras se alejan por el pasillo. Tras ello una enorme inseguridad comienza a invadirme y siento como si todas las miradas estuvieran dirigidas hacia mi, es algo agobiante y noto como mi respiración se corta. Hasta que choco con alguien y ese golpe me devuelve a la realidad. Seguido de ello veo unos libros en el suelo y me agacho a ayudar a la persona a recogerlos, al levantar la mirada me encuentro con unos ojos marrones y una larga cabellera rubia. Sarah Cameron.

Let me go || Rafe CameronWhere stories live. Discover now