𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 ❽

4.3K 328 81
                                    

Era completamente estúpida por salir mientras llovía.

Parecía el puto diluvio universal.

Y a pesar de que su hermano le dijo que no saliera, ella le hizo caso omiso y fue a donde estaba Senju sin pensárselo dos veces.

La joven de cabellos rosados había sufrido un accidente a causa de la lluvia. Un coche la había atropellado pues no pudo frenar a tiempo.

Según Takeomi, no era nada grave, solo unas cuantas lesiones y un esguince, con ningún hueso roto aparentemente. Pero a [T/N] la daba igual y fue a toda prisa al hospital.

—Estás empapada—. Habló Keizo con una pequeña sonrisa nada más la vió llegar. —No deberías preocuparte tanto por Senju—. Se quitó la chaqueta de su uniforme, la cual ya estaba prácticamente seca, y la puso sobre los hombros de la empapada joven, la cual jadeaba por haber corrido.

La pobre Ryugūji sentía dolor en el pecho, hacía mucho que no corría. Su boca tenía un leve sabor a sangre y estaba completamente seca junto con su garganta. Además de que sus piernas temblaban como un cervatillo, directamente era incapaz de sentirlas, en cualquier momento se iba a caer.

Nada la importaba, ni si quiera su propio estado físico, solo quería ver a Senju.

—Está en esa habitación—. Le señaló Wakasa. —Takeomi está den-...—. No terminó de hablar pues la joven corrió hacia la puerta y la abrió.

En la habitación estaba su joven amiga junto con Takeomi, quienes se sorprendieron al verla completamente empapada.

—¿Ah?

—¡[T/N]! Por Dios—. La chica se intentó reincorporar de la camilla pero la mayor fue a ella y la abrazó con suavidad. —¿[T/N]?

—Me has preocupado—. Habló con un hilito de voz, temblando completamente. —Ten más cuidado... Si es necesario la próxima vez pon a Takeomi en medio...—. No pudo evitar toser tras estas palabras, su garganta estaba fatal.

—Oye, estoy aquí—. Gruñó. Fue ignorado.

—Ya... Tranquila...—. La acarició el cabello. —Estoy bien, no tengo nada roto, solo un pequeño esguince en el tobillo y unos pocos moratones, soy fuerte, así que no te tienes que preocupar por mí—. Sonrió de oreja a oreja para calmar a su amiga, pero se alertó por completo cuando levantó su rostro y vió sus ojos llenos de lágrimas. —[T/N] estoy bien—. La tomó con suavidad de las mejillas y juntó ambas frentes.

Podría parecer que la mayor de los Ryugūji estaba exagerando su reacción solo por un pequeño accidente que no causó a penas daños. Pero Senju fue la primera amiga de [T/N], era la primera chica que no la había juzgado en nada y la ayudó en todo, incluso con su terrible agorafobia y pánico social. Senju era un pilar en su vida y quería ver con sus propios ojos si estaba bien o no.

Keizo y Wakasa se asomaron a la habitación y no pudieron evitar sonreír al ver aquella escena tan tierna entre ambas chicas.

Después de un buen rato se separaron, sentándose las dos en la camilla.

—Senju... ¿A dónde ibas con esta lluvia?—. La de cabellos largos la miró a los ojos.

—Sabes que hay una nueva pandilla, ¿no?

—South me lo comentó por encima el otro día, ¿ha pasado algo con ellos?

La de ojos esmeralda suspiró.

—Esa pandilla se llama Olympus. Los miembros fundadores de la Tokyo Manji los vencieron hace unos años y la pandilla se disolvió—. Explicó con un rostro serio. —Ahora han vuelto más fuertes que nunca.

𝓛𝓪 𝓑𝓮𝓵𝓵𝓪 𝔂 𝓵𝓪 𝓑𝓮𝓼𝓽𝓲𝓪 | 𝑺𝒐𝒖𝒕𝒉 𝑻𝒆𝒓𝒂𝒏𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora