𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 ❶⓿

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Olympus solo estaba causando más estragos. Eran tan resbaladizos como las lagartijas y siempre conseguían librarse la gran inmensa mayoría de miembros del castigo.

A las tres deidades ya les sacaba de quicio aquella pandilla, pues no solo estaban haciendo daño a los miembros de sus pandillas, sino también a las familias o parejas de estos.

Esto se estaba saliendo de control, y todo tiene un límite, al que tarde o temprano no tardarían en llegar.

...

La amistad entre South y Ken iba floreciendo, lentamente, pero al menos ya no querían asesinar al otro nada más verse.

La chica estaba haciendo un buen trabajo con ese par.

La fémina llegó al lugar de reuniones de Rokuhara Tandai un tanto agotada y con una bolsa en mano, no sabía que quedaba tan lejos aquel sitio. En la entrada había algunos miembros de Rokuhara, unos estaban fumando o con su móvil, pero nada más se acercó la bajita todas las miradas se dirigieron hacia ella.

Era terreno peligroso.

Se acercó a un miembro que parecía el más... Agradable, de entre todos ellos.

—Disculpa... ¿South está dentro?—. Preguntó con timidez.

—Am... Él está en una reunión ahora mismo con los demás Asientos—. Explicó el muchacho, extrañado de que una señorita tan linda como ella estuviera buscando a su líder.

—Oi, ¿por qué buscas al líder?—. Una voz se escuchó a sus espaldas y se giró rápidamente, encontrándose con un pelirrojo con una cicatriz en la mejilla.

—Yo...—. Jugó con las mangas de su sudadera. —Quería verle.

—¿Eres su novia o algo así?—. Se acercó otro chico. Cada vez más muchachos la rodeaban, se sentía incómoda.

—Solo somos amigos—. Un sonrojo se adueñó de sus mejillas.

—Que suerte tiene el líder de poder tener a una chica tan linda para él—. Se quejó uno junto con algunos más de fondo.

—Espera... Me suenas... ¿eres la hermana de Draken?—. Un muchacho de cabellos castaños se abrió paso entre los demás. Los otros miembros guardaron silencio mientras la observaban con asombro.

—Sí... ¿Mi hermano es tan popular?—. Ladeó la cabeza, confusa.

—¡Ya lo creo! ¡Encantado de conocerte, señorita!—. Hizo una reverencia de respeto y ella correspondió su saludo, un tanto confusa.

—Nunca pensé que conocería a la hermana de Draken—. Habló uno con asombro.

—Es más hermosa de lo que imaginaba—. Comentó otro.

Las mejillas de la chica lentamente se iban coloreando de un lindo tono rojizo, algo que agradaba a los demás muchachos.

—Ey, ¿qué es este escándalo?—. Preguntó una voz grave, a lo que todos se giraron a mirar al propietario de aquella voz, encontrándose con un Kanji con cara de muy pocos amigos.

La reacción de aquellos chicos fue apartarse de [T/N], dejando así que el azabache la viera, abriendo sus ojos por la sorpresa.

—¿Qué haces aquí?—. Preguntó con paso firme hacia ella. —Sabes que es peligroso ir a los sitios de reuniones.

—Lo siento...—. Agachó la mirada con tristeza, apretando la bolsa entre sus manos.

El azabache suspiró y la abrazó, poniendo su cabecita en su amplio pecho.

—Está bien, pero no pongas esa cara, ¿vale?—. Murmuró.

—¿Estás enfadado...?—. Preguntó en un hilito de voz.

𝓛𝓪 𝓑𝓮𝓵𝓵𝓪 𝔂 𝓵𝓪 𝓑𝓮𝓼𝓽𝓲𝓪 | 𝑺𝒐𝒖𝒕𝒉 𝑻𝒆𝒓𝒂𝒏𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora