A los 14, la pequeña española-inglesa Violet Gardiner fue comprometida con el joven italiano Stefan Salvatore. Sin saber que su vida se vería llena de horrores ante la llegada de Katherine Pierce, la cual la condeno a vivir una eternidad en el cuerp...
Soltando un suspiró, Elena se dejo caer al suelo junto a la celda donde habían dejado a Stefan. Llevaba ahí 10 minutos, sola. Violet y Damon estaban arriba hablando con su hijo perdido.
—Hola.
—Hola.
Elena observó perpleja como Ben se acercaba y se sentaba frente a ella en el suelo. Ambos se quedaron en silenció por unos segundos, hasta que decidió hablar.
—eres su hijo ¿eh?
—suena loco. Lo sé. —Ben miro brevemente la puerta de la celda— Pero aquí estoy.
—¿tus padres?
—estrenando.
Ella arrugo su nariz con desagrado, cosa que lo hizo reír.
—no me van a dar un hermano, tranquila.
—eso es desagradable.
—¿como crees que me siento yo? Me audicion me dejara traumas.
Ben soltó una carcajada, Elena no se molesto. Solo lo observó, notando lo diferente que era a Damon y Stefan.
—oye y ¿Cómo sabes sino eres...?
—también tenía mis dudas.
—¿ya no?
—no. —Ben sacudió su cabeza serio— Por lo que sé, Katherine se encargó de que mi madre nunca saliera embarazada de Stefan. La hizo...
—¿abortar? —Elena lo miro espantada.
—Anna me lo contó.
El castaño agudizó sus oídos. Sus padres por suerte no los estaban escuchando por seguir en lo suyo en el segundo piso.
—como sabrás su madre era muy amiga de Katherine. —continuó y Elena asintió viendo como apoyaba su cabeza en la pared y miraba el techo del sótano— Tenía una tienda de medicamentos o algo así, le dio una yerba, lo puso en una bebida y mi mamá nunca se entero.
—¿no lo sabe?
—y mejor no. —Ben le advirtió con la mirada— ¿Sabes cuanto le destrozaría eso? Le hicieron creer que era estéril.
—si, Stefan me lo contó.
—Stefan fue la peor pareja que pudo haber tenido.
—no te agrada.
—no como padre, quizas como tio un poco.
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Los días pasaron volando y para la familia de tres ya era normal ver a Elena dentro de la casa. La doble se había quedado incluso a dormir con tal de no separarse de Stefan, que deliraba al verlos.
