EPILOGO

282 17 4
                                    

Una pelinegra de sonrisa radiante miraba desde el centro de una pequeña plataforma a un joven de cabello alborotado al tiempo que con un gesto con los dedos de su mano lo invitaba a subir al lugar donde ella estaba.

Ven, ¿o es qué me tienes miedo mi príncipe bello?, decía Milk con voz sexy.

Mi niña, yo no tengo miedo, es solo que sé que puedes hacerlo sola, respondía Gokú con una sonrisa en su rostro.

No me digas que tienes temor a que vaya a suceder lo de la otra vez, dijo Milk sonriendo, al tiempo que un recuerdo vino a su mente.

-.Recuerdo.-

Un par de pelinegros estaban sobre una plataforma realizando una técnica, cuando en un determinado momento uno de ellos aplico una llave, que hizo caer al otro al piso y por un error también cayo este sobre el cuerpo de su oponente, específicamente a la altura de su pecho, ruborizándose ante ello.

¡Disculpa! perdí el equilibrio, la idea, es que solo tu oponente caiga a la plataforma, decía un nervioso Gokú, ante lo ocurrido, al tiempo que intentaba ponerse de pie, pero fue detenido por las manos de su novia, que tomaron su rostro para darle un apasionado beso.

No te disculpes, no fue intencional, además me alegra que tus equivocaciones solo sean conmigo, debe ser pongo te pongo nervioso, dijo Milk una sonrisa en su rostro, tras romper el beso, al tiempo que acariciaba el rostro de su amado con sus manos.

Milk, es mejor que nos pongamos de pie, respondió Gokú, tratando de sonar calmado, sin responder al comentario que su novia hizo.

Bien, pero antes, regálame un solo besito más, decía la pelinegra con dulzura, acercando nuevamente su rostro al del joven de cabello alborotado, quién dejándose llevar por la pasión del momento, correspondió una vez más el mismo, mientras la jovencita lo acercaba más a ella mediante un cálido abrazo, que su amado correspondió.

El par de jóvenes estaban tan distraídos, que ni sintieron los pasos que se acercaban al lugar donde estaban, menos el sonido de la perilla de la puerta, solo reaccionaron al escuchar una voz que hizo que ambos se alejaran rápidamente del otro, para ponerse de pie, mientras trataban de mantener la calma a pesar de que estaban empezando a sentir sus mejillas arder.

Solo quería saber si te quedarías a almorzar con nosotros, dijo el señor Ox, mientras observaba al par de pelinegros.

Yo..., decía nervioso Gokú al tiempo que bajaba la mirada.

Sí se quedará padre, mi príncipe bello se quedará, y lo que viste, fue...., respondía Milk en tono calmado.

Muchachos ya son mayores de edad, por lo tanto, no puedo reclamarles nada a ninguno, sin embargo, les daré un consejo; sus demostraciones de afecto téngalas en lugares más privados, dijo el señor Ox sonriendo.

Señor Ox, no es lo que piensa, estaba demostrándole a Milk una técnica para que la emplee en el campeonato, pero esta se me fue de las manos y caí sobre ella y...., respondía Gokú, lo más calmado que podía.

Hijo no tienes que darme explicaciones, por las referencias que tengo de ti, sé que serías incapaz de faltarle el respeto a esta casa, comprendo la situación, dijo el señor Ox, mientras el joven de cabello alborotado se sonrojaba, y la pelinegra lo miraba con ternura.

-.Fin del recuerdo: Tiempo actual.-

Yo ese mismo día le expliqué a mi padre como paso todo, y que yo fui quien inicio todo con mi beso, pues tú eres muy respetuoso siempre conmigo y más cuando estamos en el rol de maestro - discípula, y ello me los has demostrado en los viajes que hemos tenido a otros pueblos, viajes en los que incluso hemos tenido que quedarnos algunos días por los pequeños torneos, y siempre ha sido en habitaciones separadas, y así hayamos tenido oportunidad para que suceda algo más, no hemos pasado de besos, como ese día, decía Milk, con dulzura.

"JUGADA DEL DESTINO"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora