XVII

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Noviembre 2020.

Tom pasó por mí aquella mañana de mediados de noviembre para ir a hacernos las fotos para la promoción de la película. Me emocionaba la idea de volver a ver a todos mis compañeros y por supuesto, a Daniel.
Pese a todo éramos amigos.

Llegamos al estudio de fotografía y bajamos del coche. Debo de admitir que, desde que la prensa se enteró que Tom y yo éramos pareja, eran pocas las veces que no viéramos algún fotógrafo cerca nuestra. Pero bueno, el tener un novio tan famoso, tenía esas consecuencias. Y si yo seguía en este mundo, era lo que me esperaba.

Entramos en el estudio y allí ya se encontraban mucho de nuestros compañeros. Miré por si veía a Daniel y no lo veía. Tom se dio cuenta, y dijo:
- Daniel llegará en unos minutos, no te preocupes.
Lo miré por si estaba molesto, pero no era así. Sonreía de esa manera que me mataba.
Saludamos a los que habían sido nuestros compañeros, y me alegré mucho. Se alegraron mucho que Tom y yo estuviéramos juntos y de que pronto, presentáramos nuestro disco.
Nos hicieron pasar a una sala a las chicas, y a los chicos a otra, para así cambiarnos con el vestuario de nuestros personajes. Me dio mucha nostalgia verme caracterizada como mi personaje de la película, pero a la vez, me alegré de volver a ver a Katherine y a Lily, que, a pesar de que hablamos a menudo, no las veía desde hacía tiempo.
Salí de los vestuarios junto a Katherine camino a la sala donde nos harían las fotos, cuando escuché a alguien llamarme:
- ¡Eleonor!
Me giré rápidamente y me encontré con Daniel, quien tenía una gran sonrisa en su rostro. Me acerqué a él y lo abracé.
-¡Qué alegría verte, Dan!- exclamé emocionada.
- Puedo decir lo mismo. Cuando llegué, ya estabais todos dentro de vestuarios. Me alegro de veros a todos.
Nos fuimos hacia la sala donde nos harían las fotos, juntos, hablando de varias cosas.
Los fotógrafos nos indicaron como nos harían las fotos y con quién, a cada momento. La verdad es que me lo pasé bien, aunque os admito que las fotos con Daniel en aptitud "cariñosa" si me dieron algo de vergüenza.

Después de miles de fotos, fui a cambiarme y esperé a Tom fuera de la zona de los vestuarios. Lo vi llegar junto a Daniel.
- Nos vemos pronto, amigo- dijo Daniel estrechando la mano de mi novio.
Se acercó a mí y me besó en la mejilla:
- Me alegro de verte. Nos vemos en la premier. Hasta pronto, chicos- dijo Daniel y salió del estudio.
Tom y yo salimos detrás del él, nos dirigimos hacia su coche.
- Noto a Dan algo extraño- dije al montarme en el coche.
- Esa novia que tiene cualquier día le cuesta un disgusto. Por lo que me ha dicho, ahora tiene celos de otra compañera de rodaje.- me explicó Tom.
Puse los ojos en blanco y negué con la cabeza. Desde luego, Daniel tenía el cielo ganado con ella.
-¿Quieres ir a almorzar?- preguntó Tom sacándome de mis pensamientos.
- Sería un placer - dije mirándolo.
- Como órdenes, mi reina- respondió Tom y me hizo reír.
Arrancó y se dirigió a un restaurante en el centro de Londres.

Los días pasaban y Tom y yo, seguíamos tan bien como al principio. Cuando hacía algún live, los veía con Lisa en casa, las dos tumbadas en el sofá, mirándolo como si fuera la persona más especial del mundo.
Mamá se reía de nosotras y papá decía que sus hijas mayores estaban locas. No comprendía como ambas estábamos tan coladas por el mismo chico y más como yo permitía que mi hermana dijera ciertas cosas de mi novio. Pero al final, terminaba riéndose junto a mamá.

A finales de noviembre, me encontraba con Tom dando un paseo por el parque. Paseábamos a Willow, cuando sentí que algo me golpeaba en el brazo. Miré y era una piedra.
Quizás algún niño pequeño, estaría jugando y, al tirarla, se le escaparía dándome a mí. No le di importancia.

Llegamos a su casa, le pusimos de cenar a Willow y nos sentamos en el sofá.
- Oye, Eli, ¿por qué no te quedas en casa esta noche?- preguntó Tom besándome por el cuello.
- No me parece mala idea- respondí mientras me abrazaba, pegándome así a su cuerpo.
Reí, pues me estaba haciendo cosquillas con la barba que le estaba saliendo.
- Eso quería escuchar- dijo Tom.
- ¿Cenamos algo y vemos una peli?- pregunté.
- ¿Y si te ceno a ti mejor, señorita?- preguntó dejando de besarme y mirándome con gesto pícaro.
Me tuve que reír de nuevo, pero sentí cierto cosquilleo por dentro. Le di un pequeño golpe en el hombro, a modo de broma, y haciéndome la ofendida le dije:
- ¿Por qué no quieres cenar y ver una peli conmigo?- hice un pequeño puchero.
Riéndose, me respondió:
- Vale, vale. Cenemos... ¿Y qué película quieres ver?
Se levantó y me extendió la mano para ayudar a levantarme del sofá.
- ¿Qué tal Harry Potter y las reliquias de la muerte, la dos?- dije mientras nos dirigíamos a la cocina.
- Por mí, vale. Preparemos la cena y ahora la pongo.
Aplaudí como si tuviera cinco años, a lo que Tom se rió mientras sacaba algo de la nevera.
Preparamos unos sándwiches y una ensalada para cenar, y nos dirigimos al salón con la comida. Puso la televisión y buscó la película. Mientras la ponía, dije:
- No sé porqué eliminaron del montaje final la escena donde Draco le da la varita a Harry, no lo entiendo.
- Porque Draco tiene una reputación, Eli, no puede verse como ayuda a Potter- dijo muy serio.
Me quedé mirándolo con las cejas alzadas y él volvió a reírse, diciendo:
- Cosas de los directores, cariño.
Se sentó a mi lado, le dio al mando de la televisión para que la película empezara y, extendiéndome el plato con un sándwich, dijo:
- Comencemos a ver la odisea de Draco.
Le sonreí y empezamos a cenar y a ver la película.
Debo de admitir, que lloré, grité y aplaudí como si la viera como la primera vez. Tom me miraba asombrado. A veces, no sé cómo no decía que tenía de novia a una loca. Pero me encantaba escucharlo decirle cosas a los personajes como si lo pudieran escuchar. Me divertía verlo así, sinceramente.

La película terminó, y empezamos a recoger los platos de la cena.
- No entiendo una cosa- dije mientras lo seguía a la cocina.
- Dime- dijo Tom soltando los platos en el fregadero.
- ¿Por qué Draco, Harry, Ron, Hermione, Ginny y Astoria se ven como si tuvieran cincuenta años y no unos treinta y siete? Tú tienes treinta y tres y te ves mucho mejor que Draco con treinta y siete.- admití.
Tom se quedó mirandome y empezó a reírse.
- Eso quisiera saber yo. La verdad es que nos caracterizaron algo más mayor de lo que nos vemos ahora. - dijo entre risas.
Yo me encogí de hombros y mi novio se acercó a mí.
- ¿O sea, que no te gusta el Draco de treinta y siete no? ¿Prefieres el de diecisiete?- negué ambas veces.
- No me gustaba Draco, te lo confieso. Me gustaba Oliver Wood en la primera peli, después me enamoré de Harry hasta la última película. Draco me parecía alguien muy creído, pero después de leerme todos los libros y ver las pelis entendí lo mucho que estaba agobiado por culpa de su padre y la tontería de la sangre limpia. No me gustaba como menospreciaba a Hermione llamándola sangre sucia, cuando ella era mucho mejor que otros personajes. Aunque te admito que, sin ella, Harry no hubiera salido vivo de más de una ocasión.
- Acabo de confirmar que eres una gran potterhead. Pero señorita, creo que usted se ha confundido de personaje.
Lo miré con las cejas alzadas.
-¿Por qué lo dices?- pregunté dudosa.
- Bueno, dices que te gustaba Harry, entonces, ¿cómo estás saliendo con Draco?- preguntó poniendo aquella cara que tanto me recordaba a su personaje, mientras se apoyaba en la isla de la cocina.
Una sonrisa se extendió por mi cara, a la vez que me acercaba a él. Acerqué mi cara a la suya y, aunque Tom era algo más alto que yo, quedamos a la misma altura debido a su posición.
- Resulta que mi novio se llama Tom Felton, no Draco Malfoy. - dije y le di un corto beso en los labios.
Me separé de él y, dirigiéndome hacia la puerta de la cocina, dije en tono pícaro:
- Así que, señor Felton, ¿viene usted a dormir?
Suspiró, y con una bonita sonrisa en los labios, se dirigió hacia mí. Al llegar a mi lado, me besó en el hueco del cuello, cogió mi mano y subimos a su habitación.

Noches de Plata (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora