XXV

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Febrero 2021

Eleonor.

Enero se fue, dejando paso a febrero, y con él, se acercaba mi cumpleaños.
El día 12 llegó demasiado rápido, y con ese día, mi cumpleaños. Pero al menos, empezó de muy buena manera.
Tom me despertó llenando mi cara de besos, lo que provocó que me empezara a reír.
-¡Feliz cumpleaños, princesa!- exclamó mientras yo me sentaba en la cama.
Me quedé mirándolo fijamente como atontada. No me explicaba como podía lucir tan bien recién levantado. Y sobre todo, lo bien que olía. Sabía que se había duchado nada más despertarse. Me mordí el labio mientras suspiraba viéndolo.
¿En qué momento sucedió todo esto? De verdad, llevaba ya varios meses saliendo con él, pero me seguía pareciendo mentira.
Me levanté de la cama y me lancé a sus brazos, donde él me acogió perfectamente. Me levantó en volandas, colocando mis piernas alrededor de sus caderas, mis brazos por su cuello y él poniendo sus manos bajo mis muslos.
- Muchas gracias, cariño- le respondí y le di un beso en los labios.
- De nada, solo quiero que tengas un bonito día de cumpleaños.
Lo miré alzando una ceja y con media sonrisa. Hablé con tono de broma:
- Espero que me tengas un buen regalo de cumpleaños.
-¿No te basta con una tarta?- dijo haciéndose el inocente.
Me reí, le di un corto beso y dije:
- Tú eres el mejor regalo que he podido recibir en la vida. Y vivir contigo, es lo más bonito que ha podido pasarme. Así que si, contigo lo tengo todo, no le puedo pedir más a la vida.
Tom sonrió de aquella forma que tanto me gustaba. Una sonrisa que llenaban de brillo sus bonitos ojos azules.
Poco a poco se dirigió a la cama, conmigo de aquella manera. Al llegar, me tumbó con mucho cuidado, mientras decía:
- Felices veintinueve años, cariño.
Y comenzó a besarme.
- ¿No vamos a desayunar?- pregunté inocentemente, aguantando la risa.
Tom se incorporó levemente, se quedó mirandome, para después decir.
- Yo pensaba en desayunarte a ti primero y luego, bajar a tomar un café. Pero si quieres, bajamos a por un café y dejamos esto para luego...
No le dejé terminar, tiré del cuello de su camiseta para besarlo, y, nuestras ropas, quedaron a los pies de la cama...

Bajamos a desayunar (esta vez un desayuno normal) y tuve que ahogar un grito al bajar por las escaleras y al ver el salón. Había colocado varios jarrones con rosas blancas y rosas en las escaleras, en todas las mesas del salón y para más, también en la encimera de la cocina y en la isla de la misma.
Miraba a cada rincón de la casa bastante sorprendida y Tom se dió cuenta. Esbozó una sonrisa amplia al verme tan sorprendida. Me llevé las manos a la boca, tapándomela e intentando no llorar.
Tom se acercó a mí y me abrazó.
- Nadie... Nadie, absolutamente nunca había tenido un gesto tan bonito conmigo.
- Te mereces esto y mucho más. Ven- añadió agarrando mi mano y tirando de mí.
Llegamos a la cocina y, aunque ya las había visto desde el salón, no pude evitar emocionarme al ver los jarrones con las flores.  Justo al lado del jarrón que había en la isla de la cocina, estaba preparado el desayuno. Zumo, tostadas, café, mermelada y mantequilla, estaban dispuestos en dos manteles individuales sobre dicha isla.
Me senté, dispuesta a desayunar, sabiendo que las sorpresas no habían terminado. Conociendo a Tom, sabía que algo más podría ocurrir.
Tomé la jarra de zumo y nos serví a ambos, mientras Tom se sentaba al otro lado de la isla.
- Daniel me ha enviado un vídeo felicitándote, ¿Lo quieres ver?- preguntó poniendo su móvil encima de la encimera de la isla.
-¿Daniel? Claro, me encantaría- respondí.
Él asintió y buscó algo en su móvil para luego dármelo.
Lo cogí y le di a reproducir el vídeo.
- Muchísimas felicidades, Eli. Espero que tengas un maravilloso día rodeada de todos los tuyos. Perdona por no poder llamarte hoy, pero sabes que estoy fuera de Londres grabando y no nos coinciden las horas. Por eso, he querido mandarte este video a través de Tom. Sabes que aquí me tienes para lo que haga falta y necesites. Y si ese rubio de ojos azules te hace algo, llámame.- me reí ante el gesto de Daniel. Miré a Tom, quien sonreía con la ceja levantada. - Bueno, espero verte muy pronto. Me alegro que estés recuperada del todo. Un gran beso, amiga. Y feliz cumpleaños, Eli - y se despidió mandando un beso con la mano.
Le devolví el móvil a Tom con una sonrisa.
- Me ha encantado. Más tarde le contestaré. Me extraña que no me lo haya mandado a mí. Aunque me imagino el por qué.- dije.
- No creo que a Erin le haga gracia aún que seáis amigos, la verdad. Esa chica nunca me ha gustado para Daniel.... En fin... Lo importante es que te haya felicitado.
- Eso si... Bueno desayunemos.- dije con un suspiro.
- ¿Quieres ir a cenar esta noche?- preguntó Tom de golpe.
Me quedé con la cuchara llena de azúcar a punto de echarla en el café durante unos segundos. No me sorprendió que me lo dijera, pues muchas noches pedíamos comida o íbamos a cenar. Pero no sé por qué, algo intuía que Tom escondía algo tras esas palabras.
- Claro, estaría bien - contesté volcando la cucharilla en el café.
-¡Estupendo! De alguna manera hay que celebrar tu cumpleaños- lo miré con la ceja levantada. - Por cierto, tengo algo más para ti.
-¿Más?¿No te ha valido todo hasta ahora?- pregunté sorprendida.
Él rió y se levantó. Volvió a los pocos minutos, supuse que fue al salón, con una pequeña bolsita, que dejó justo a mi lado.
- Ábrelo, es tuyo- dijo volviéndose a sentar.
Tomé la bolsita y mientras la abría, le dije en tono de broma:
- Dime que son entradas para ir a los estudios de grabación de Harry Potter.
- Para ir allí, no te hace falta nada. Sólo me lo dices y vamos.
- ¿Vas a usar tu papel como Draco Malfoy para entrar por la cara?- pregunté metiendo la mano en la bolsita.
- Por la cara no, entramos por la puerta.
- Muy gracioso, Tom- dije sacándole la lengua.
Saqué una pequeña cajita negra y la abrí, para descubrir un precioso anillo de plata, con un pequeño cristal azul. Era de corte sencillo, pero aún así era precioso. Me quedé mirándolo embobada, sin saber que decir...
Levanté la mirada hacia Tom.
-¿No te gusta?- preguntó algo triste.
- ¡No!... Quiero decir... Si, si, me ha encantado. Simplemente no me lo esperaba... Es demasiado bonito, Tom. No deberías haberte molestado en comprarlo.
Su rostro se relajó y sonrió. Volvió a levantarse, para acercarse a mí. Me quitó la cajita, me tomó de las manos y dijo:
- Te lo repito, te mereces esto y mucho más. Tú me has demostrado lo que es ser fuerte, me has echo entender muchas cosas de este mundo. Tú con tu inocencia me has echo entender lo que está bien y lo que está mal. Eres mi punto de apoyo en todo... Sé que no debería ni siquiera en pensar en lo que te pasó, pero no puedo. Sentir que te perdía, hizo que el alma se me partiera en dos. Te has convertido en el centro de mi universo, Eleonor. Así que si, todo lo que te he preparado aquí en casa es poco para todo lo que te mereces.
- ¡Ains, Tom!- dije con un nudo en la garganta.
No pude decir nada más y lo abracé. Él me acogió entre sus brazos, haciéndome sentir tan cómoda como de costumbre.
No sé cuántas veces lo diría, pero sabía que Tom era mi lugar más seguro.

Tom.

Me encantaba ver a Eleonor tan feliz. Disfrutaba de las cosas más sencillas que daba la vida como una niña pequeña, que era algo que hacía que me enamoraba aún más de ella.

Habíamos terminado de desayunar y no podía evitar mirar el anillo que lucía en su mano derecha. Ciertas mariposas me revolotearon por el estómago. Sabía que ella era esa chica que tanto había soñado durante tanto tiempo.
Quizás, en un corto periodo de tiempo, le pudiese pedir que fuera mi esposa.
Si, estaba más que seguro de que ella era la apropiada. No tenía ninguna duda.

Eleonor fue a ducharse a eso de las cinco de la tarde y yo aproveché para hablarle a Irma, quien se encontraba preparando los últimos detalles de la fiesta de cumpleaños de Eleonor. Su mejor amiga había sido de gran ayuda para poder prepararle esta sorpresa.
Sabía a la perfección que Eli no se esperaría esta fiesta.

"Hola, Irma, ¿cómo va todo?"

"¡Hola, Tom! Todo está terminado. Sólo queda que llegue la tarta. Pero todo está preparado."

"Estupendo."

"¿Sospecha algo? Creo que no, a mí no me ha dicho nada, solo me ha dado las gracias por haberla felicitado."

"No, no sospecha nada. Le he dicho de ir a cenar. "

"Me parece genial. Pues entonces, luego nos vemos. Besos, Tom."

"Perfecto, muchas gracias Irma. Besos."

Todo estaba listo. Ya no había nada de que preocuparse.
Sin duda, Irma era una excelente persona y aún más, una excelente amiga.

Eleonor salió de ducharse y llegó al salón vestida con un pantalón negro pitillo, un jersey color rosa, unos botines de tacón negro y el pelo suelto. Se había maquillado ligeramente.
- Te ves realmente bonita - dije levantándome del sofá y dirigiéndome hacia ella.
Puse mis manos sobre sus caderas y olí su perfume en el hueco de su cuello. Me encantaba ese olor a fresas de su gel de baño mezclado con el olor floral de su perfume.
- Tom, anda ve a bañarte o no llegamos a la cena- dijo ella riendo tontamente.
- De buena gana me quedaba aquí contigo, sin salir de la cama- dije soltandola.
-¡Tom!- exclamó Eleonor algo escandalizada, pero aún así, riéndose.
- Vale, vale... Voy para la ducha- dije dirigiéndome hacia la escalera.
Me volví en un descuido de ella, tomándola del brazo y tirando de ella para darle un rápido beso en los labios, para luego si subir hacia el baño.
Mientras el agua de la ducha recorría mi cuerpo, no podía imaginar la cara de Eleonor cuando viera la fiesta sorpresa que le había preparado con la ayuda de Irma.
Sólo quería su bienestar y yo haría todo lo posible para que ella estuviera lo mejor que pudiera ser a mi lado.

Bueno, se acerca la fiesta de cumpleaños de Eleonor. Sólo os digo que pronto habrá novedades de la fan enloquecida....
Os leo por comentarios.
Besitos!!!!😘😘



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