XXVII

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Febrero 2021

Eleonor.

El día de San Valentín, Tom me despertó con el desayuno en la cama. Había puesto un par de rosas rojas en la bandeja, al lado de la taza de café. No sé de dónde consiguió un trozo de tarta de zanahoria con crema, mi favorita, para desayunar, pero ahí estaba. Este hombre me sorprendía cada día más.
Se sentó a mi lado, para que desayunasemos juntos. Besó mi cabeza y dijo:
- Feliz día de San Valentín, que sea el primero de muchos, Eli.
- Lo mismo digo- dije mirándolo embobada.
Sin duda no podía negar que estaba totalmente enamorada de él.

Aquel día, al ser domingo, Tom no tuvo que ir rodar, pues estaba rodando una película cerca de Londres. Aunque llevaba unos días sin ir a rodar, pues a causa de la lluvia no podían rodar en exteriores.
Así que allí estábamos, en el sofá, acurrucados y viendo películas, después de almorzar, con chocolate caliente en las manos y comiendo dulces, mientras oíamos llover.
- Nos vamos a poner como vacas- dije cogiendo un pastelito que tenía una pinta demasiado apetitosa.
- Si quieres, podemos hacer algo de ejercicio - respondió él en tono pícaro.
-¡Tom!- exclamé y me reí ante su cara.
-¿He dicho algo malo?- preguntó él inocentemente.
Se inclinó hacia mí y empezó a hacerme cosquillas. Empecé a gritar y a reírme.
- Por favor... Para... Tom, para... Me voy hacer pis encima.... Tom...- dije en tono de súplica, pero él no paraba.
Yo no podía parar de reír y notaba mi cuerpo flojo a causa de la risa.
Tratando de parar a Tom, sin querer le di con la mano en la cara, haciendo que se llevara una mano a su ojo derecho y sentándose en el sofá. Me incorporé inmediatamente al verlo.
-¡Ains, Tom! ¿Estás bien, tesoro?- pregunté angustiada.
- Si, si... No te preocupes- dijo cerrando los ojos. Por suerte, no llevaba las gafas, si no... Le hubiera hecho más daño, seguro.
Me levanté para ir a la cocina a por hielo, pero Tom me retuvo. Giré la cabeza hacia él y le dije:
- Déjame ir por hielo, para ponértelo donde te he dado.
- No es nada, Eleonor, no te preocupes. De verdad. Ha sido un golpe tonto.- respondió sonriendo.
- Pero Tom...
- Nada, estoy bien... Anda, ven- dijo y me hizo sentarme en su regazo, hundiendo la cabeza en el hueco de mi cuello.
Lo oí suspirar allí y apoyé mi mejilla sobre su cabeza. Así nos quedamos varios segundos.
Luego, Tom se movió para quedar su cabeza enfrente de la mía y juntar nuestras frentes. Me abrazó y ahora suspiré yo.
- De verdad, lo siento, Tom. No era mi intención- dije apenada.
- Eli, te lo he dicho ya, que no pasa nada. Ha sido una tontería por haber empezado a hacerte cosquillas. Me lo he buscado yo- dijo y empezó a reírse.
Primero lo miré seria, pero tuve que reírme con él. La verdad es que había sido sin querer.
- Para la próxima, me pongo un casco, ¿vale?- dijo entre risas.
-¡Oye!- dije haciéndome la ofendida.
- Anda, no seas tonta. Es broma- dijo y me dio un beso corto en los labios.
Un corto beso que se convirtió en un beso apasionado. Noté las manos de Tom por debajo de mi sudadera y mis manos fueron a su cuello y pecho.
Pero, de repente, tuve que parar. Un fuerte dolor de barriga me hizo separarme de él. Me levanté rápidamente y me dirigí al baño corriendo, literalmente.
Cerré la puerta del baño y, al bajarme el pantalón y las braguitas, descubrí que me había bajado el período.
Bien, y en el baño de abajo no tenía mis cosas. Bravo, Eleonor.
-¿Eli, estás bien, cariño?- preguntó Tom al otro lado de la puerta.
Parecía preocupado.
- No es nada, amor. Sólo cosas de chicas.- respondí.
- Vale, espera, ahora vuelvo.
- De acuerdo- respondí y suspiré quedándome allí sentada como tonta.
Parecía que yo no sabía lo que hacer, después de tantos años con el período.
A los pocos segundos, oí llamar de nuevo a la puerta.
- ¿Puedo entrar, cariño?- preguntó.
- Si, entra.
Abrió la puerta con cuidado. Vi que traía en las manos una pequeña cajita que tenía en el baño de arriba, para estos días y ropa limpia. Tom sabía perfectamente que, aquella cajita, estaba en el mueble de debajo del lavabo, porque me había visto rellenarla más de una vez.
- Toma, sé que lo vas a necesitar. Voy a prepararte un té.- dijo y salió del baño, cerrando la puerta.
Me quedé mirando hacia la misma y, sin saber por qué, me puse a llorar.
¿En qué momento me he merecido a este hombre tan maravilloso?
Respiré hondo para calmarme, me desnudé y me metí en la ducha.
Cuando acabé en el baño, recogí todo, dejé la ropa sucia en la zona de lavandería y me fui para la cocina, donde Tom estaba sentado en la isla de la cocina con el móvil en la mano y dos tazas humeantes al lado. Levantó la mirada al oírme llegar.
- ¿Estás mejor, pequeña?- preguntó.
- Si. Gracias por todo- dije mientras me sentaba a su lado.
- Es mi deber como novio cuidarte en todo lo que haga falta. Toma, aquí tienes tu té y tienes ahí un analgésico para el dolor. Tómatelo, te hará bien.
- Gracias de nuevo- dije cogiendo la pastilla y tomandomela con un sorbo de té.
Cuando acabamos de tomarnos la infusión, Tom me cogió de la mano y subimos a la habitación. Me hizo acostarme en la cama y colocó las almohadas para que pudiera sentarme más cómoda. Incluso me arropó cuando me metí en la cama.
Yo no podía parar de mirarlo embobada. De verdad, no entendía como podía ser tan maravilloso, tan buena persona y tan atento.
-¿Necesitas algo más, princesa?- preguntó mirándome desde los pies de la cama.
- ¿Podrías quedarte conmigo?- pregunté a mi vez.
Él solo asintió y se metió en la cama conmigo, abrazándome.
-¿Mejor?
- Si, mucho mejor.
Sentí como me besaba en la cabeza y yo respiré hondo, oliendo así el perfume que desprendía su sudadera.
La verdad es que no podía pensar en nada más, Tom era especial, para que negarlo.
Y, si pudiera parar el tiempo, lo haría en ese mismo instante.

Perdonad por este capítulo cortito pero estoy preparando los siguientes y quiero que sean algo más largos.
Una pregunta, q os va pareciendo la historia??? Tenéis algunas ideas o sugerencias??? Os leo!!!

Noches de Plata (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora