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ㅡEsto... ¿Dónde está Momo? ㅡIntento que mi tono suene autoritario, pero mi voz surge más como un alarido.

Hago el intento de cubrir mi pecho desnudo con la ropa humeda con una mano, y con la otra sujeto bien la toalla. El chico me mira y las comisuras de sus labios se curvan ligeramente hacia  arriba, pero no dice nada.

ㅡ¿No me has oído? Te he preguntado dónde está Momo ㅡrepito, intentando sonar algo más amable esta vez.

La expresión de su rostro se intensifica y finalmente farfulla:

ㅡNo lo sé. ㅡY se vuelve hacia la pequeña pantalla plana que hay sobre la cómoda de Momo.

« ¿Qué está haciendo aquí? ¿Es que no tiene su propia habitación? » Me muerdo la lengua para intentar guardarme mis groseros comentarios.

ㅡVale. Bueno, ¿te importaría... irte o algo para que pueda vestirme?

Ni siquiera se ha dado cuenta de que estoy envuelto en una toalla a medio cubrir. O tal vez sí, pero le da lo mismo.

ㅡNo seas tan creído, no pienso mirarte ㅡme suelta, y se vuelve y se cubre la cara con las manos.

Tiene un pronunciado acento que no había notado antes. Probablemente porque ni siquiera se dignó hablarme el día anterior.

Sin saber muy bien cómo responder a su grosería, resoplo y me dirijo a la cómoda. Tal vez es heterosexual, y quizá es a eso a lo que se ha referido con lo de « no pienso mirarte». Es eso, o que me encuentra poco atractivo. Me pongo rápidamente unos bóxers, después una sencilla camiseta y unos pantalones de buzo.

ㅡ¿Has acabado ya? ㅡpregunta agotando la poca paciencia que me quedaba.

ㅡ¿Por qué eres tan desagradable? Yo no te he hecho nada. ¡¿Qué coño te pasa?! ㅡgrito mucho más alto de lo que pretendía hacerlo.


Sin embargo, a juzgar por la sorpresa que se refleja en el rostro del intruso, mis palabras han surtido el efecto deseado. Me observa en silencio durante unos momentos. Espero una disculpa por su parte..., pero de repente se echa a reír.

Tiene una risa profunda, y casi sería un sonido encantador si él no fuese tan antipático. Unos hoyuelos aparecen en sus mejillas mientras continúa desternillándose, y yo me siento como un idiota absoluto, sin saber muy bien qué decir o qué hacer. No me gustan los conflictos, y este chico tiene pinta de ser la última persona con la que me interesa iniciar una pelea.

La puerta se abre entonces y Momo irrumpe en la habitación.

ㅡSiento llegar tarde. Tengo una resaca de mil demonios ㅡanuncia dramáticamente, y nos mira a ambosㅡ. Perdón, Yoon, olvidé decirte que JungKook se pasaría por aquí ㅡdice, y se encoge de hombros a modo de disculpa.

Me gustaría pensar que Momo y yo podemos llegar a un acuerdo de convivencia, e incluso establecer una especie de amistad, pero con su elección de amistades y sus juergas nocturnas, ya no lo tengo tan claro.

ㅡTu novio es un grosero. ㅡLas palabras escapan de mi boca antes de que pueda detenerlas.

Momo mira al chico. Y entonces ambos se echan a reír. ¿Por qué no para de reírse de mí esta gente? Están empezando a tocarme las narices.

KOOKGI : DESPUÉSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora