21

320 30 0
                                    

Vuelvo al coche después del mejor primer día posible y llamo a JungKook. No lo coge. Quiero contarle lo bien que ha ido la mañana y preguntarle por qué no me ha dicho que había trabajado en Vance.

Cuando regreso al campus es sólo la una. Me han dejado salir pronto porque había una reunión muy importante o algo así. Básicamente tengo todo el día para rascarme la barriga, así que acabo yendo al centro comercial a pasearme. Después de entrar y salir en casi todas las tiendas, me decido por Nordstrom. Seguro que necesito un par de conjuntos más para las prácticas.

Cuando vuelvo a mi habitación, Momo no está, y no hay noticias de JungKook. Guardo la ropa nueva y apago la luz para echarme una siesta.

Me despierta el tono de un móvil que no conozco. Me doy la vuelta y abro los ojos. Cómo no, JungKook está sentado en la silla con los pies encima de la cómoda de Momo.

— ¿Has dormido bien? —pregunta sonriente.

— La verdad es que sí. ¿Cómo has entrado? —Me restriego los ojos.

— Momo me ha devuelto la llave.

— Ah. ¿Cuánto llevas aquí?

— Una media hora. ¿Qué tal tu día en Vance? No pensé que fueras a estar de vuelta tan temprano: sólo son las seis. Pero aquí estás, durmiendo a pierna suelta y roncando. Debe de haber sido un día agotador —dice, y se echa a reír.

Me incorporo y me apoyo en el codo para mirarlo.

— Ha sido un gran día. Tengo mi propio despacho con mi nombre en la puerta. ¡Es increíble! Es maravilloso. Me van a pagar mucho más de lo que creía y voy a leer manuscritos. ¿No es perfecto? Lo único que me da miedo es fastidiarla porque es demasiado perfecto. ¿Sabes lo que quiero decir? —divago.

— Vaya, veo que le has caído bien a Vance. —Levanta una ceja—. Lo harás bien, no te preocupes.

— Me ha dicho que trabajabas allí. —A ver cómo reacciona.

— Le habrá faltado tiempo.

— ¿Por qué no me lo habías contado? Tampoco me has dicho que sigues trabajando. ¿De dónde sacas el tiempo para trabajar?

— Siempre me haces muchas preguntas. —Se pasa la mano por el pelo—. Pero te contestaré —añade—. No te he contado que trabajaba allí porque..., bueno, no sé porqué. Y saco tiempo para trabajar. Cuando no estoy contigo, saco tiempo.

Me siento con las piernas cruzadas.

— Al señor Vance le caes muy bien, dice que le gustaría que volvieras atrabajar para él.
— Me lo imagino, pero no, gracias. Ahora gano más que cuando trabajaba allí y trabajo menos —presume, y pongo los ojos en blanco.

— Háblame de tu trabajo; ¿qué haces exactamente?

Se encoge de hombros.

— Leo manuscritos, los edito. Lo mismo que tú pero con un poco más de implicación.

— ¿Y te gusta?

— Sí, YoonGi, me gusta. —Su tono es un poco borde.

— Qué bien. ¿Quieres trabajar para Portland Independent cuando te gradúes?

— No sé lo que quiero hacer. —Pone los ojos en blanco.

— ¿He dicho algo malo? —pregunto.

— No, sólo es que siempre haces demasiadas preguntas.

— ¿Qué? —¿Está siendo sarcástico o lo dice en serio?

— No necesitas saber hasta el último detalle de mi vida —salta.

KOOKGI : DESPUÉSWhere stories live. Discover now