2O

368 35 1
                                    

El vacío que noto tras dejar a JungKook es muy raro, y me siento un poco patético.

Después del corto trayecto hasta la residencia, me da la impresión de que llevo horas sin verlo. Momo no está en nuestra habitación, y me alegro. Necesito estudiar y prepararme para mañana, mi primer día en Vance. Tengo que decidir qué voy a ponerme, qué voy a llevarme y qué voy a decir.

Saco la agenda y planifico la semana al minuto. Lo siguiente es la ropa. Para mi primer día en Vance, los jeans rojo, camisa celeste y y un abrigo de tela azul noche. Es un atuendo muy profesional pero casual a la vez. Me pregunto si a JungKook le gustará.
Para no pensar en él, termino todos los trabajos que tengo que entregar esta semana y adelanto alguno más.

Para cuando he acabado, el sol ha desaparecido del cielo y me muero de hambre, pero la cafetería ya ha cerrado. JungKook todavía no me ha escrito, así que imagino que no tiene pensado verme esta noche.

Cojo mi billetera y salgo a buscar algo de comer. Recuerdo haber visto un restaurante chino cerca de la pequeña biblioteca pero, cuando llego, ya está cerrado. Busco el restaurante más cercano y encuentro uno llamado Ice House. Voy para allá. Es pequeño y parece hecho de aluminio, pero tengo hambre y el estómago me ruge sólo de pensar en tener que buscar otro sitio en el que comer.

Entro y veo que es más bien un bar en el que sirven comida y, aunque está bastante lleno, consigo encontrar una mesa al fondo.
Procuro ignorar la forma en que me mira la gente, que se pregunta qué hago aquí solo. Siempre como solo. No soy de esas personas que necesitan ir con alguien a todas partes. Hago la compra solo, como solo y he ido solo al cine unas cuantas veces cuando Jimin no ha podido acompañarme. Nunca me ha importado estar solo... hasta ahora, para ser sincero. Echo de menos a JungKook más de lo que debería, y me preocupa que no se haya molestado siquiera en escribirme.

Pido y, mientras espero a que me sirvan, la camarera me trae una bebida naranja con una sombrilla.

— Esto no lo he pedido yo —le digo, pero me lo deja en la mesa de todas formas.

— Ha sido él. —Sonríe y ladea la cabeza en dirección a la barra.

No sé por qué pienso que es de JungKook y estiro el cuello para mirar. Pero no. TaeHyung me saluda con la mano y una sonrisa deslumbrante. Chan se acerca y se sienta a su lado en un taburete. Me sonríe también.

— Ah, gracias.

Parece que en este campus sirven alcohol a diestro y siniestro aunque nadie tenga edad de beber. O que esta gente sólo va a esa clase de sitios. La camarera me asegura que mi comida estará lista dentro de un momento y se va.

TaeHyung y Chan no tardan en venir a mi mesa, apartar las sillas de enfrente y sentarse. Espero que TaeHyung no esté enfadado conmigo por lo del viernes.

— Eres la última persona a la que esperaba ver aquí, menos aún en domingo —dice Chan.

— Ya, he venido por accidente. Quería cenar comida china, pero el restaurante estaba cerrado.

— ¿Has visto a JungKook? —me pregunta TaeHyung con una sonrisa.
Mira a Chan, que le devuelve una mirada misteriosa, y luego ambos me miran a mí.

— No. Hace ya rato que no. ¿Y vosotros? —Los nervios me traicionan.

— Hace horas que no, pero vendrá pronto —responde Chan.

— ¿Aquí? —aúllo.

Llega la comida pero ya no tengo hambre. ¿Y si Yuqi viene con él? No podré soportarlo, no después del fin de semana que hemos pasado juntos.

— Sí, venimos a menudo. Puedo llamarlo y preguntarle a qué hora tiene pensado llegar —sugiere TaeHyung, pero niego con la cabeza.

— No, no hace falta. Yo ya me iba. —Miro alrededor para pedir la cuenta.

— ¿No te ha gustado la copa? —pregunta TaeHyung.

— La verdad es que no la he probado. Gracias por el detalle, pero debería irme.

— ¿Habéis vuelto a discutir? —pregunta.

Chan va a decir algo, pero TaeHyung lo hace callar con una mirada. ¿Qué pasa aquí? Le da un trago a su cerveza y vuelve a mirar a Chan.

— ¿Qué os ha contado? —pregunto.

— Nada, sólo que os lleváis mejor —responde TaeHyung por él.

El pequeño bar empieza a resultarme claustrofóbico y no veo el momento de marcharme.

— ¡Mira! ¡Aquí están! —dice Chan.

Miro rápidamente hacia la puerta y veo a JungKook, a Lucas, a NaYeon, a Momo y a Yuqi. Lo sabía. Sé que son amigos y no quiero parecer un loco controlador, pero no soporto ver a JungKook cerca de esa chica.
Cuando los ojos de JungKook encuentran los míos parece sorprendido y diría que también un poco asustado. Otra vez no. La camarera pasa junto a la mesa.

— ¿Podría ponerme la comida para llevar y traerme la cuenta, por favor? —le pregunto.

Parece sorprendida, luego mira al grupo que acaba de llegar y los saluda antes de regresar a la cocina.

— ¿Por qué te vas? —pregunta Momo.

Los cinco se sientan a la mesa de al lado. Me niego a mirar a JungKook. Odio cómo se comporta cuando está con sus amigos. ¿Por qué no puede seguir siendo el mismo chico que he tenido para mí todo el fin de semana?

— Yo... Es que tengo que estudiar —miento.
Me sonríe alentada.

KOOKGI : DESPUÉSDove le storie prendono vita. Scoprilo ora