007

481 51 1
                                    

Para cuando Momo regresa del cine, he dejado de llorar, me he dado una ducha y estoy más serena.

- ¿Qué tal tu... día con JungKook? -pregunta, y saca su pijama de la
cómoda.

- Bien, ha sido tan encantador como siempre -le digo, y consigo echarme a reír.

Quiero contarle lo que hemos hecho, pero me da demasiada vergüenza. Sé que no me va a juzgar y, a pesar de que quiero poder contárselo a alguien, al mismo tiempo no
quiero que nadie lo sepa.

Momo me mira con preocupación y aparto la mirada.

- Ten cuidado, ¿vale?; eres demasiado bueno para alguien como JungKook.

Quiero abrazarme a ella y llorar sobre su hombro pero, en lugar de hacerlo, le pregunto:

- ¿Qué tal el cine? -Quiero cambiar de tema.

Me cuenta que Nayeon no ha parado de darle palomitas y que le está empezando a gustar de verdad.

Me entran ganas de vomitar, pero sé que sólo estoy celoso porque Nayeon siente por ella algo que JungKook no siente por mí. Sin embargo, me recuerdo a mí mismo que yo
tengo a alguien que me quiere, y que debo empezar a tratarlo mejor y mantenerme alejado de JungKook, esta vez de verdad.

A la mañana siguiente me levanto hecha polvo. No tengo energía y siento ganas de llorar a todas horas. Tengo los ojos rojos e hinchados del berrinche de anoche, de modo que me acerco a la cómoda de Momo y cojo su estuche de maquillaje. Me doy unos toques de polvos para darle a mi piel algo de color. Satisfecho con mi aspecto, me pongo mis vaqueros ceñidos y un polo simple. Y por último, mi chaqueta negra. Es la primera vez que cuido tanto mi aspecto para ir a clase desde el día que nos hicieron la foto para la orla del último año de instituto.

SeokJin me envía un mensaje para decirme que tendremos que vernos en el aula, de modo que cuando me paso por la cafetería pido un café para él también. Todavía falta
bastante para que empiece la clase, así que camino más despacio que de costumbre.

- Hola, YoonGi, ¿qué tal? -oigo que me saluda una voz masculina.

Me vuelvo y veo a un chico bastante pijo que viene en mi dirección.

- Bien, Lucas, ¿y tú? -digo, y él asiente para indicarme que está bien también.

- ¿Te vas a pasar este fin de semana también? -pregunta.

Debe de ser miembro de la fraternidad; es evidente, es pijo y bastante guapo.

- No, este fin de semana, no. -Me río, y él lo hace también.

- Vaya, lo pasamos bien contigo. Bueno, si cambias de idea, ya sabes dónde estamos. Tengo que irme, ya nos veremos. -Se despide quitándose un sombrero invisible para hacer una reverencia y se marcha.

En clase, SeokJin está sentado y me agradece efusivamente que le haya
llevado el café.

- Hoy estás distinto -dice mientras me siento.

- Me he arreglado un poco -bromeo, y él sonríe.

No me pregunta por mi noche con JungKook, cosa que le agradezco. No sé qué
le diría.

Justo cuando el día empezaba a mejorar, y yo había dejado de pensar en él durante un rato, llega la hora de literatura.

Jungkook sienta delante en su sitio de siempre. Para mi sorpresa, esta vez lleva una camiseta blanca, y es tan fina que se transparentan sus tatuajes. Me fascina lo
atractivos que encuentro sus tatuajes y sus piercings cuando antes nunca me habían gustado. Aparto rápidamente la mirada, me siento en mi sitio habitual también, a su lado, y saco mis apuntes. No voy a renunciar a mi privilegiada posición por un chico desagradable. No obstante, espero que SeokJin no tarde en llegar para no sentirme tan solo con JungKook.

KOOKGI : DESPUÉSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora