Prologo

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Ōtsutsuki Hagoromo se encontraba admirando su más preciada creación, el que sería su heredero, alguien que traería verdadera paz al mundo cuando su tiempo terminará... O eso pensaba.

Con el cabello rubio puntiagudo, ojos azules intensos, marcas en las mejillas como bigotes, orejas de zorro con 10 colas balanceándose detrás de la espalda de este. El Rikudō Sennin más conocido como un dios por sus habilidades que junto a su hermano fueron una enorme ayuda en contra de su madre, actualmente se encontraba viendo al pequeño rubio que había creado.

Sus orbes purpuras anillados observaban con clara sorpresa, como lo que sería la creación de un heredero digno arrojo este resultado, aunque no debería estar sorprendido dada su obsesión por las personas rubias.

Deshaciéndose de sus pensamientos tontos, se enfoco en el rubio que se encontraba viendo el cielo oscuro con sus orbes azules mostrando curiosidad, el sabio levanto con cuidado al pequeño bebé que tenía una manta celeste a su alrededor.

—Tú mi pequeño que fuiste creado en una tormenta como esta, serás conocido como Ōtsutsuki Naruto. Levarás mi voluntad contigo y guiarás el mundo hacia la prosperidad. —El sabio expresó sus pensamientos observando la sonrisa del infante mientras no muy alejado de ellos un enorme rayo iluminó el lugar mientras caía y destrozaba una pequeña casa en el bosque.

Alejándonos un poco se podría observar que Hagoromo estaba en medio de una tormenta muy fuerte con enormes torbellinos que arrasaban con todo a su paso, casi le daba gracia que el pequeño fuera creado un poco antes de que esta enorme tormenta comenzará, sería algo así como que los propios dioses consideraban digno este nombre para el que llevaría su legado.

¡KRAKA-BOOOOOOOM!

Un segundo trueno retumbo y un enorme rayo azul dividió algunas nubes mientras el producto de la naturaleza tormentosa se estrellaba contra la tierra calentando el ambiente y generando una explosión por el impacto.

Sonriendo bajo la atenta mirada del anciano sabio, Naruto comenzó a reírse de los sonidos provocando una diminuta sonrisa en Hagoromo—. Sin duda estas lleno de sorpresas pequeño Naruto —habló comenzando a levitar con el pequeño en brazos que seguía riendo por todo.

Con un simple movimiento de su mano, un portal purpura se abrió en su camino. De manera lenta pero segura, ingresó en dicho portal con un infante que se reía por el paisaje que observaba con sus curiosos pero inocentes ojos.

-5 Minutos Después-

Hagoromo salió de un portal que se abrió en medio de un frondoso bosque, con pasos suaves pero calmados se dirigió hacia el centro del bosque. Cuando llegó a su destino encendió su Chakra en una llamarada poderosa que atrajo la atención de sus otras creaciones que no tardaron en acudir a su llamado.

Con temblores por todo el lugar pronto todo fue calma cuando 9 seres que parecían ser una especie de animales enormes pero adorables hicieron acto de presencia. El que más se destacaba era un zorro con pelaje naranja, orejas parecida a conejos y lo más destacable 9 tupidas colas que se balanceaban de manera emocionada cuando sus orbes carmesí lo vieron sonreír con cariño.

Los demás seres que aparecieron también sonrieron con suavidad viendo con cariño a su creador.

Aclarándose la garganta el sabio de los seis caminos habló—. Niños los he reunido aquí para presentarles a su nuevo hermano, puede que sea el menor de todos pero se que logrará grandes cambios que sacudirán todo el mundo. —Los Bijūs ladearon la cabeza confundidos, Hagoromo sacudió la cabeza, era obvio que todavía no lo entenderían si recién fueron creados apenas 3 días. Alzando al pequeño rubio que estaba en la manta, todos vieron a un ser extraño para ellos, pero lo que los sorprendió fue el ver no una ni dos sino que diez colas doradas que se balanceaban debajo de la manta de una forma perezosa.

JūbiWhere stories live. Discover now