Capitulo 9

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Un cometa dorado se encontraba cayendo a gran velocidad en dirección de un planeta rocoso e inhabitado. Alrededor de dos milésimas de segundo fue el tiempo que transcurrió para que el inevitable impacto ocurriera, y una enorme columna de polvo se levantó por la dura caída del cometa dorado.

El polvo que se encontraba levantado y sirviendo como cortina de humo, comenzó a despejarse de poco a poco hasta mostrar que el cometa dorado no era en sí un cometa, sino cierto Bijū rubio con una mirada molesta en su rostro mientras se levantaba del cráter, y se elevaba hacia los cielos despegando con una velocidad más que cegadora.

Naruto chasqueo sus dientes con molestia, su mano derecha formando un puño se había movido con sorprendente velocidad tratando de impactar con la mejilla de cierta deidad de ojos dorados, quien solo miró con aburrimiento todas las acciones del rubio, solo para empujar su palma en el aire como si estuviera aventando el viento, esto provoco que Naruto se detuviera, para salir disparado en dirección contraria de su enemigo y terminara por cruzar un planeta entero con su cuerpo, dejando un hueco en el centro de este mismo.

—¡Buagh!... Sabía que Izanagi es poderoso... Pero nunca creí que sería para tanto —murmuró Naruto limpiándose con el dorso de su mano la sangre que fue bajando por su labio inferior izquierdo.

Flotando en el espacio, el rubio observó con uno de sus ojos en dirección de Izanagi, quien se encontraba con sus brazos cruzados en su espalda y con su mirada desdeñosa puesta en el rubio brillante.

Hmm... Tu creador cometió un error al hacerte a ti. Eres una anomalía que no debería ni de existir. Por lo que se de ti, tuviste una hija. Lástima por ella, también es una anomalía solo porque tú eres su padre, y como tal tiene que ser erradicada para evitar que existan más seres como tú que destruyen lo que quieran —habló Izanagi con su mirada de siempre.

Naruto abrió sus ojos hasta el borde, observó con enojo al dios y sus ropas doradas parpadearon brevemente como si quisieran apagarse—. Eres una basura de Dios... Finges que te importa la vida de los seres que creas y que te preocupas por su bienestar. Pero solo eres una mierda queriendo tener siempre el control de todo.

Simples palabras de un simple mortal —respondió Izanagi con tranquilidad.

—Si soy un simple mortal como dices, entonces ¿porqué carajos tuviste que venir tú personalmente para eliminarme de la existencia? —preguntó Naruto con una de sus cejas alzadas.

Tsk, eso es porque no confío en otras deidades para deshacerse de ti —respondió Izanagi con un ceño fruncido.

—Claro —dijo Naruto con una pequeña sonrisa juguetona.

Eres una creación fallida —dijo Izanagi con una de sus manos moviéndose frente a su cuerpo para que con su dedo índice con ayuda de su pulgar golpeara el aire, produciendo una onda de viento que viajo con un estruendo mientras el rubio esquivaba el ataque al inclinar su cuerpo.

—Que no sea alguien que puedas mantener bajo control no me hace un fracaso. Si tanto quieres que tus amadas creaciones sigan tus reglas, porque mejor no las haces con funciones robóticas para que nunca te desobedezcan —dijo Naruto lanzándose al ataque con su palma tratando de sujetar la cara del dios, pero un simple destello de los ojos de Izanagi produjo un golpe invisible en el pecho del rubio haciéndolo escupir sangre y enviándolo a varios Kilómetros de distancia.

Izanagi desapareció para desplazarse y reaparecer frente al rubio, solo para patearlo en el estómago, levantándolo por la fuerza y enviándolo a varios Kilómetros más lejos de él.

Naruto gruñó con enojo mientras se borraba de la vista, apareciendo frente a Izanagi trató de golpearlo en la cara con un izquierdazo, pero eso fue evitado por el pelinegro que de manera tranquila inclino su cara hacia la derecha, para después impactar un rodillazo en todo el estómago del rubio. Sujetándolo por el cabello, el dios lo levanto e hizo que sus ojos lo miraran fijamente.

JūbiWhere stories live. Discover now