Capitulo 6

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Naruto observó fríamente las llamas que cubrieron gran parte del bosque, sus ojos parpadearon en un tenue rojo carmesí por unos momentos.

—Aquí tampoco —dijo con sus ojos vagando por el suelo, donde yacían los cadáveres mutilados de cientos de personas.

Un solo hombre logró sobrevivir a esta matanza, y sus ojos reflejaban el terror que se desbordaba en su ser—. ¡No me mates, tengo información que podría ayudarte! —exclamó con su voz llena de desesperación.

—Habla. —Miró con sus ojos llenos de curiosidad la cara esperanzada del hombre en el suelo.

—Un sujeto vino a verme hace tiempo, me pidió que le entregara unos hombres o niños, me negué y nos atacó. —El rubio se acercó mientras en su mano se comenzaron a reunir partículas de energía azulada y roja, el hombre agitó sus manos deteniendo a Naruto—. ¡Espera!, yo creí que seria una batalla fácil pero la realidad fue que nos derrotó y se llevo a varios hombres junto a muchos niños, también llevaba consigo una bolsa de dulces extraños. —Naruto se detuvo a unos cuantos pasos frente a el hombre.

—De pura casualidad, estos dulces tenían un color negro rojizo —cuestiono el rubio arqueando una de sus cejas.

El hombre asintió frenéticamente varias veces.

Naruto sonrió con su cabello haciendo de sombra, ocultando sus ojos—. Te encontré pequeña mierda —murmuró apretando sus puños, encajando sus uñas en sus palmas extrayendo sangre que bajo goteando hasta el suelo—¿Apariencia? —preguntó con seriedad.

—Pelo largo, color negro, ojos ámbar como de serpiente, piel sumamente pálida y unas extrañas marcas púrpura alrededor de los ojos. —El rubio asintió con satisfacción.

—Eso fue útil —dijo acercándose más.

—Entonces...

Sin decir una sola palabra, Naruto le propino una patada que le arrancó la cabeza al hombre, quien murió teniendo en su cara la expresión de una esperanza que no se cumplió.

—Nunca lo prometí —dijo alejándose del bosque con una mirada asesina en su rostro—. Ahora solo me queda saber quien lo hizo —pensó, sabiendo muy bien que para poder derrotar a estas personas, mínimo tenías que tener algún conocimiento Shinobi. Eso es claro teniendo en cuenta que no los quería matar, sino que se los quería llevar.

Una persona vino a la mente del rubio, cierto ex-compañero Shinobi de su esposa—. Ese pedófilo —murmuró chasqueando sus dientes con molestia.

En un destello amarillo se largo del destruido bosque.

-55 Minutos Después-

El Bijū rubio se recostó en el sofá de su bella mansión, en su regazó se encontraba su hija dormida con la pequeña rubia usando las piernas de su padre como si fuera una almohada.

—Esto debe terminar. —Naruto posó su vista en la entrada de la sala, encontrándose con la mirada penetrante de su esposa, quien se cruzó de brazos y camino hasta el otro sillón, en el cual se dejó caer.

Naruto alzó una ceja—. Uh, de que estás hablando —dijo mirando fijamente a la rubia.

Tsunade frunció el ceñó—. Habló de que debes dejar de poner en riesgo a nuestra hija, tienes que dejar de hacer tus matanzas, estás consiguiendo más y más enemigos. No puedes estar siempre protegiendo a nuestra hija, tarde o temprano cometerás un error que te cueste la vida de mi pequeña... —Naruto alzó su mano deteniéndola de seguir hablando.

—Se a lo que te refieres, mi hija no es débil, solo hay enemigos que son más poderosos que ella... Pero no volveré a cometer un solo error —dijo acariciando el cabello rubio de Aiko con una sonrisa suave.

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