𝘞𝘪𝘵𝘩𝘰𝘶𝘵 𝘧𝘦𝘢𝘳 [ᴅᴀʙɪꜱʜɪɢᴀ] (Terminada)

10. Nuestro tiempo Pt. 2

Dabi aspiraba con fuerza el olor que desprendían los cabellos del más bajo, a pesar de todo el tiempo apartados jamás olvidaría el aroma que se situaba en esa zona, nada se comparaba a Tomura. Pues sus délitos se median en la sangre de los muchos que había asesinado solo por sus propios intereses.

Tomura por su parte solo se limitaba a inclinar su cabeza sobre el hombro del contrario.

Una vez Dabi tuvo demasiado, se alejo del menor aún teniendo las manos a la altura de su cintura, le gustaba ver cómo su líder no había cambiado en nada en ese aspecto. Refiriéndonos en no apartarlo, como si estuviera acostumbrado.

—Quita tus manos engrapadora andante. —hablo el menor poniendo sus manos en el pecho fornido del mayor, con guantes claro esta.

—Quítalas tú, si tanto te molestan. — respondió Touya con una sonrisa burlona en su rostro mientras se acercaba al rostro del menor y depositaba un casto beso.

Había extrañado sentir los labios de su líder. Nadie se comparaba al sentimiento de añoranza que tenía con el albino.

Shigaraki solo se dejó hacer, a estas alturas no servía de nada alejarlo, porque al fin y al cabo también el necesitaba sentir a Dabi contra su piel.

Pero sería demasiado pronto ¿Verdad?

O eso cruzo por su mente antes de que el albino con argollas se acercará a su oído y dijera lo que jamás pensó escuchar.

—Hagamoslo, Tomura. — susurro mientras entrelazaba sus manos por detrás de la cintura del de orbes escarlatas.

Era una propuesta tentadora antes de que comience la guerra.

—¿Quién te crees? —pregunto levantando su vista y empujando a Dabi para mirarle a los ojos.

—Tu amante, tu subordinado, el idiota que jamás pudo ocultar lo que sentía.

—¿Lo que sentías? ¿Qué sabes de sentir tú? —hablo brusco teniendo una ligera esperanza de que todo podía florecer entre ellos, aunque claro también estaba ese maldito sentimiento que dictaba que el no era una persona de poder sentir.

—Escucha. —decreto tomando la cabeza de su líder y apegarla en su pecho. Era vergonzoso, pero no quería joder su esfuerzo.

—Late tan fuerte como el mío... — soltó un suspiro para poder continuar con una pregunta entrecortada —¿por qué...?

Y ahí Touya lo supo el no hablaba de los sonidos que hacían sus corazones, el menor hablaba de su tardía respuesta.

—Es obvio. Te merecías a alguien mejor, yo no soy lo suficiente bueno para ti.

—Soy el único que decide su vida, no tenías porque pensar en ello, Dabi. 

El nombre que decía se escuchaba melancólico, tan lejano a su situación actual.