𝘞𝘪𝘵𝘩𝘰𝘶𝘵 𝘧𝘦𝘢𝘳 [ᴅᴀʙɪꜱʜɪɢᴀ] (Terminada)

11. Consecuencias de ganar y perder

—Las probabilidades se han inclinado a nuestro favor. Gracias al colapso de Tártaro. Los héroes y la policía están muy saturados como para centrarse en nostotros. Parece que ganamos el juego del escondite en esta pequeña isla. —dijo All for one mirando a Spinner.

—¿Es una victoria aún si escapamos al extranjero? —pregunta incrédulo Spinner.

—Uhmm. Tengo otros objetivos en mente, ganar este juego insignificante no era más que la primera etapa. El siguiente paso, es volver a tener el OFA... ¿Dónde esta Tomura? —pregunto después de un rato.

—Bueno, se tuvo que encargar de algo —explica Spinner intentando ocultar la ausencia de quien debería escuchar esta revelación. —¿Hay alguna oportunidad en nosotros de recuperarlo?

—Stars and stripe. La mujer más fuerte del mundo. Si llegará a intervenir estaríamos en graves problemas. Pero ¡si pudiera conseguir su don! Bueno, el resto es historia. —hablo ancioso cerrando su puño. —Es hora de que cumplas tu papel, Iguchi-kun. Por eso ayudarás a Tomura en el campo de batalla. Aunque Re-Destro haya caído por sus ideales, tú serás diferente. Liberarás a todos.

—Necesitamos muchos soldados rasos. La antigua Liga no me gusta nada, pero no podemos dejar pasar esta opotunidad. Son un diamante en bruto, al fin y al cabo Re-Destro los reconoció. —hablo Skeptic escribiendo en su laptop. —En este momento da igual si creen en ello o no, la Liga de villanos son verdaderos liberacionistas. ¡Así que venérenlos! ¡Les haremos conocer su verdadero potencial! Nosotros seremos los que siembran la semilla... Que cumplirá el deseo de destrucción de Shigaraki Tomura.

Dijo bien seguro a sus secuaces, aunque de eso último podría dudar. ¿Aún existía un deseo de destrucción en el abino? ¿Qué había de los libertadores? ¿Ellos todavía estaban conscientes de todo el riesgo?

No quería pensar en eso, y efectivamente lo dejo de hacer cuando vio a su líder actual caminar con altiveza hacia donde debían estar Spinner y All for one. Él seguía allí, tenía sus objetivos claros. Nada podía salir mal.

Él era contra todo pronóstico su libertador y el de atrás, Dabi, era su más grande secuaz y compañero.

Estarían bien. Ellos ganarían esta confrontación.