Royalty |Taekook|

11.

Taehyung se dirigió rápidamente hacia Jungkook, sus ojos se abstuvieron de dejar la vista del sirviente frente a él. Parece que no podía evitar caminar hacia el chico, que solo se dio cuenta del Príncipe una vez que Taehyung estaba de pie justo delante de sus ojos.

"Jungkook", murmuró el hombre de pelo de cuervo, fijando su mirada en la cara del  chico más bajo. Jungkook tenía hermosos orbes marrones, que complementaban perfectamente su piel blanca; y el Príncipe no podía creer lo etéreo que se veía el chico pelinegro "No pensé que vendrías".

"Oh", respondió el sirviente torpemente, sintiendo que su boca se secaba después de cada segundo que pasaba. "Quiero decir... Puedo irme si quiere", murmuró tímidamente, inmediatamente sintiéndose extremadamente avergonzado bajo la mirada intimidante del Príncipe.

Internamente, Taehyung quería abofetearse. Lo último que quería ser era ignorante, aunque la respuesta de Jungkook le señaló que no parecía amistoso aunque lo intentara.

"No quise decir eso", dijo rápidamente el Príncipe, sacudiendo la cabeza. Respirando un poco, el más joven se preparó para lo que todo su cuerpo le instaba a decir. "Quiero decir, lo que quería preguntarte era si te gustaría bailar conmigo".

Jungkook se congeló cuando su corazón se saltó un latido, sin creer que hubiera escuchado al Príncipe con claridad. "¿Qué?" Preguntó, adoptando un tono tonto mientras miraba inconscientemente al macho más alto. "No lo entiendo, señor".

Taehyung limpió sus sudorosas palmas de las manos contra la tela de su traje, incapaz de entender por qué se sentía tan nervioso. No le importaba lo que la gente a su alrededor pensaba sobre el hecho de que el Príncipe estaba conversando con un sirviente, solo sobre si Jungkook rechazaría potencialmente su oferta.

"¿Quieres que te lleve a bailar?" Repitió, adoptando un tono más firme, antes de añadir otro comentario. "Y recuerda lo que dije, Jungkook. No me llames así", dijo con disgusto, disgustando la formalidad que el sirviente tenía hacia él.

Irónicamente, Taehyung exigió el respeto de casi todos los que conoció, sin embargo, parecía ser completamente diferente con Jungkook. No quería nada más que tener una conversación normal con el chico, dejando de lado todas las expectativas sociales.

Mientras tanto, la pareja recibía miradas heladas de todos los que les rodeaban. El Rey y Jennie estaban entre las personas más enfadadas que no podían creer la vista frente a sus ojos. La Princesa sintió una intensa rabia porque el Príncipe había cortado su propio baile para conversar con su propio sirviente, así como con el Rey, que solo atravesó dagas en la parte posterior de la cabeza de su hijo, sintiéndose extremadamente humillado por la vergüenza que Taehyung había traído a toda la familia.

"No lo sé...", el chico de pelo pelinegro se quedó atrás, mirando tímidamente a los espectadores que los miraban. "Todo el mundo nos está mirando".

Taehyung puso los ojos en blanco a Jungkook mientras sostenía la mano con confianza, a pesar de desmoronarse por completo con los nervios internamente.

"Si hay algo que he aprendido en los últimos años es que no debería importarte lo que alguien piense de ti".

Jungkook se detuvo un minuto, antes de tomar la mano del Príncipe, evidentemente persuadido por las palabras de Taehyung. Mientras los dos caminaban hacia el centro del salón de baile, Taehyung colocó su palma contra el lado de la cintura del sirviente, mientras que Jungkook hizo lo mismo, excepto tomar el hombro del más joven.

Al príncipe le gustaba la sensación de su mano contra el cuerpo del chico mucho más de lo que había sentido con Jennie. De hecho, se sentía emocionado. Mirar a los ojos de Jungkook mientras los dos procedían a bailar fue una de las mejores experiencias que Taehyung había sentido en toda su vida, y no sabía muy bien por qué.

"Esta confundido", dijo el sirviente en voz baja después de unos segundos, bailando lentamente en perfecta sincronía con el ritmo de la música. "Pensé que me odiaba".

"¿Quién puede decir que todavía no lo hago?" El Príncipe respondió, odiando la sensación de que su guardia se descomponía lentamente. Podía sentir cómo era casi inminente de actuar con su verdadero yo frente al chico que apenas conocía, lo que lo asustó, aunque inmediatamente se arrepintió de sus palabras después de presenciar la caída de la cara de Jungkook. "No quise decir eso", dijo rápidamente, apretando ligeramente el agarre que tenía en la cintura.

"No espero que te guste de todos modos", reveló el sirviente, enmascarando la intensa sensación de sombrío que estaba experimentando por un tono de indiferencia. "Eres un príncipe y yo no lo soy".

La realidad de sus palabras se hundió en la fosa del estómago de Taehyung, creando una atmósfera sombría alrededor de los dos. No quería nada más que confesar a Jungkook que no le importaban las ridículas expectativas sociales impuestas a los dos, aunque no parecía ser capaz de reunir las palabras de su boca.

"Taehyung" Jungkook se acercró después de unos segundos, mirando a la cara del Príncipe. "¿Por qué bailas conmigo?"

Una vez más, se sintió incapaz de responder, porque tampoco sabía la respuesta a su pregunta. ¿Por qué bailaba con el sirviente? Jungkook no era diferente a cualquier otro sirviente que deambulaba por el palacio, aunque había algo que parecía atraer a Taehyung hacia él. La primera mirada que el Príncipe hizo hacia él actuó como un imán instantáneo, atrayendo al más joven hacia él casi de inmediato.

"No lo sé", respondió Taehyung honestamente, mordiendo su labio inferior. "Sinceramente, no lo sé".

"Me alegro por ti y por la princesa. Ella parece muy eufórica por el próximo matrimonio", dijo el sirviente después de unos momentos, a pesar de que sus entrañas le gritaban que dijera todo lo contrario.

No estaba contento.

Sabía que no tenía absolutamente ningún lugar para intervenir entre los dos y bailar con el Príncipe, a pesar de que no podía rechazar la oferta de Taehyung. No podía negarse a la oportunidad de bailar con él.

El príncipe del sur era seductor, y Jungkook se encontró enganchado. Ya sabía que le gustaban indefinidamente los chicos, aunque el asunto esta vez era diferente. No era cualquier hombre normal el que le gustaba. Se sintio atraído por el Príncipe. Estaba mal; y él lo sabía.

Por otro lado, Taehyung se quedó callado. La declaración de Jungkook hizo que sus entrañas se enrollaran en repulsión, ya que solo asintió de acuerdo, forzando una sonrisa en su cara. No sabía por qué se sentía tan abatido por el cumplido de
Jungkook, ya que el sirviente solo se dirigía a su propio matrimonio.

"Debería irme", dijo de repente el Príncipe una vez que la canción se detuvo, señalando que los dos habían bailado durante todo el pasaje. "Yoongi me espera pronto", continuó, escupiendo cualquier excusa que se le viniera a la cabeza en ese preciso segundo.

"Oh. Bueno", dijo el sirviente, de repente sintiéndose incómodo de nuevo. Era evidente que Taehyung solo se excusaba del baile con una razón coja, aunque el chico no podía luchar contra él en él. Después de todo, era un sirviente y eso es todo lo que sería.

En respuesta, retiró la mano del Príncipe, permitiendo que sus brazos colgaran a ambos lados de su cuerpo. "Gracias por el... baile".

Taehyung solo asintió secamente una vez que se retiró de la cintura del chico, ignorando las miradas agresivas que cualquiera de ellos estaba recibiendo de los espectadores.

Se sentía diferente. Se sentía amargado; amargado por el hecho de que no podía bailar con Jungkook normalmente y que no podía retirarse del matrimonio al que se le había obligado a vivir. Se sentía amargado por la realidad de que era un príncipe, a pesar de que no había nada más que quisiera que llevar una vida normal lejos del centro de atención.

Taehyung lo odiaba.

Así que, en cambio, el Príncipe se apresuró a salir del salón de baile, alejándose del baile que se le dedicó, y puso activamente toda la distancia que pudo entre él y el cautivador chico pelinegro hacia el que Taehyung se sintiera atraído a pesar de sus constantes intentos de mantenerse alejado del sirviente.